La Voz del Interior

El psiquiatra trucho, finalmente a juicio

Durante años, Daniel Sigaloff atendió a pacientes como si fuera un profesiona­l de la salud. Tres lo denunciaro­n ante un fiscal. El hombre debe responder por estafas reiteradas y ejercicio ilegal en el arte de curar.

- Mariela Martínez Correspons­alía

Ofició de psiquiatra en la ciudad de Río Tercero durante casi una década. Insólito, pero nadie había reparado en que era trucho. Hasta que el año pasado fue denunciado y, entonces, desapreció. Estuvo prófugo cerca de cinco meses, hasta que quedó detenido.

Según la causa judicial, atendió a una larga nómina de pacientes, pero sólo tres se animaron a declarar en su contra.

Tras un año de investigac­ión judicial, en las últimas horas el fiscal de Río Tercero, Alejandro Carballo, elevó finalmente a juicio la causa en su contra.

Daniel Sigaloff (62) está imputado por los presuntos delitos de estafa, falso testimonio y ejercicio ilegal del arte de curar; delitos cuya pena van de un mes a los seis años de prisión.

Sigaloff permanece detenido, sobre todo, por haberse dado a la fuga, lo que supone un peligro procesal. El año pasado fue capturado en la localidad bonaerense de Batán, entre las ciudades de Mar del Plata y Necochea.

En aquel domicilio, Sigaloff habría colgado una placa que aludía a un presunto consultori­o de psicología. Pero llamativam­ente en el reverso del cartel decía “venta de empanadas”, actividad que desempeñab­a al momento de la detención.

Cercado por las pruebas

La causa acumula pruebas respecto a que Sigaloff no tenía título habilitant­e de médico, menos aún de psiquiatra. Ante varias institucio­nes donde atendió exhibió –según el expediente judicial– una fotocopia borrosa de un supuesto título universita­rio. Luego se determinó que era apócrifa.

Por el consultori­o de Sigaloff pasaron varias decenas de pacientes de Río Tercero y de esa zona de la provincia de Córdoba.

Sólo tres se animaron a declarar en su contra. Son pacientes de la fundación de lucha contra la adicción a las drogas que preside César Tapia, en esa ciudad.

Tapia, además, aportó pruebas que pusieron en evidencia al psiquiatra trucho. Del resto de los pacientes, ni huellas. Nadie acercó evidencias ante el despacho del fiscal Carballo.

En un hecho que no resulta menor, se encuentran pacientes que son funcionari­os judiciales, familiares de empleados del Poder Judicial y policías.

La causa indica que varios de ellos habrían ingerido la medicación que Sigaloff les habría prescripto.

Su vida privada, aunque no se analizará en el estrado, también estuvo relacionad­a a la investigac­ión. Es que su última pareja, que hoy vive en la localidad de Tancacha (cerca de Río Tercero), declaró en la causa que Sigaloff le había dicho que era viudo. Pero luego habría aparecido una anterior esposa con toda una familia, de la que no habría dado cuenta.

Entre sus antecedent­es, la causa acumula evidencias de que el psiquiatra impostor estuvo detenido en Brasil y en Bolivia, por presunta estafa. Se desconoce si en los países limítrofes también se hacía llamar “doctor Sigaloff ”.

 ?? (LA VOZ) ?? Acusador. El fiscal Alejandro Carballo, a cargo de la causa.
(LA VOZ) Acusador. El fiscal Alejandro Carballo, a cargo de la causa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina