La Voz del Interior

No se ve la luz en el conf licto Epec-gremio

Tras dos meses de pelea, Luz y Fuerza está de paro por tiempo indetermin­ado. La tensión es extrema y la iliquidez de la empresa anuncia otro problema: es incierto el pago de sueldos y aguinaldo.

- Virginia Guevara mguevara@lavozdelin­terior.com.ar

El Gobierno sostiene que el ajuste es para mantener la empresa estatal. El gremio sólo percibe un avance privatizad­or. Analizan recurrir a la Nación.

Ados meses del anuncio de un ajuste de gastos por 1.500 millones de pesos anuales, el conflicto que paraliza hace semanas a la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) está en su punto de mayor tensión, sin salida a la vista y con costos elevados para las dos partes en pugna: Luz y Fuerza Córdoba y el Gobierno provincial.

Desde el primer minuto de hoy, el gremio –en este punto no hay diferencia­s entre la regional Córdoba y las regionales Villa María y Río Cuarto– inició un paro por tiempo indetermin­ado. Es la medida de fuerza más severa tras sucesivas acciones que incluyeron asambleas, quite de colaboraci­ón y huelgas de alcance creciente: dos horas, una jornada, 72 horas y ahora sin límite de duración.

La principal consecuenc­ia operativa del conflicto no se midió hasta ahora en cortes de luz a los usuarios, sino en una parálisis administra­tiva casi total en Capital, la falta de lectura de medidores y la imposibili­dad de facturar a más de 400 mil usuarios de la ciudad de Córdoba y alrededore­s.

Esta situación que no logró resolverse aún dejó a Epec sin posibilida­d de recaudar más del 60 por ciento de sus ingresos habituales –pasaron de una media de 60 millones diarios a entre 22 millones y 24 millones de pesos por día–, y esto generó una situación de iliquidez que anuncia un problema mayor en el corto plazo: el paro que comienza hoy fue resuelto por el atraso que registra Epec en el pago de la BAE (premio por eficiencia) a unos mil empleados, pero la empresa ya admite que no podrá cumplir con los sueldos de junio y con el medio aguinaldo.

Tormenta en el corto plazo

Los casi cuatro mil empleados de Epec tienen salarios brutos promedio de más de 75 mil pesos. Para cumplir con sueldos, aguinaldos y aportes, Epec necesita unos 750 millones de pesos la semana próxima, y por la falta de facturació­n, el Directorio asegura que no puede cobrarles a los usuarios casi mil millones de pesos.

La posibilida­d de que el Gobierno destrabe esta situación con recursos provincial­es parece lejana: es el gobernador Juan Schiaretti quien define cada medida que se aplica en Epec, y en el Directorio de la empresa saben que no habrá “auxilio”, al menos, mientras Luz y Fuerza no acepte una negociació­n que incluya el replanteo de 13 artículos del convenio colectivo de 1975 y el acatamient­o de las resolucion­es del Directorio que reducen costos operativos.

Desde julio, empleados y jubilados de Epec dejarán de gozar de energía ilimitada casi gratis. Los sueldos de los empleados ya registran una baja importante por el recorte de horas extras, por primera vez se están descontand­o las horas no trabajadas, y la imposición de la ley de servicios esenciales hasta ahora fue un hecho: hizo que se respeten las guardias mínimas y que no se resienta el servicio a los usuarios.

Hasta el momento, la dirigencia lucifuerci­sta rechazó cada uno de los cambios y anunció acciones judiciales que aún no concretó, además de llevar adelante el plan de lucha que se agudiza desde hoy. Pero no hubo avance alguno en el Ministerio de Trabajo de la Provincia. Esto hizo que el Gobierno analice, por primera vez, la alternativ­a de recurrir al Ministerio de Trabajo de la Nación.

Inédito por donde se lo mire

Cómo se resolverá la pelea en curso es un verdadero enigma. Lo evidente es que se trata de una situación inédita en Epec, donde ni el Gobierno ni Luz y Fuerza actuaron del modo en que lo hicieron durante décadas.

En la práctica, cada una de las acciones que toma la Provincia –fueron muchas desde abril– es una especie de “confesión de parte” sobre el descontrol que se permitió en los 19 años que lleva Unión por Córdoba en el poder.

El uso político de la empresa, los acomodos, el sobrecosto que la mala administra­ción impuso durante años a las boletas que pagan los cordobeses y la realidad de que había enormes áreas cedidas al control gremial se dan por descontado­s en cada anuncio de recortes, en la denuncia del convenio colectivo y en las resolucion­es que establecen supervisio­nes que en cualquier otra empresa suenan elementale­s.

¿Cómo explica este cambio el Gobierno? Afirman que el tarifazo nacional y la quita de subsidios plantean un nuevo escenario, que Córdoba decidió avanzar hacia un marco regulatori­o que transparen­ta los sobrecosto­s en la distribuci­ón y que los cambios en Epec son los imprescind­ibles para que siga siendo una empresa estatal.

“El objetivo de todos estos cambios en marcha es que Epec se asemeje en sus costos a la Epe de Santa Fe”, reitera Luis Giovine, presidente del Directorio. Se refiere a los costos de la empresa y a las condicione­s laborales: los 13 cambios que se impulsan en el convenio colectivo cordobés lo igualarían al que rige en Santa Fe.

Todo lo contrario

Desde Luz y Fuerza Córdoba la interpreta­ción es exactament­e la opuesta: sostienen que el ajuste en Epec y lo que consideran una “flexibiliz­ación laboral” es el paso previo a la privatizac­ión. El anuncio de que se tercerizar­á parcialmen­te la lectura de medidores domiciliar­ios recrudeció el conflicto y la certeza gremial de que se busca “el desguace” de la empresa.

Pero el conflicto en curso también mostró una reacción inédita de Luz y Fuerza: el gremio más combativo de Córdoba resiste los cambios, pero no está resintiend­o el servicio a los usuarios ni protagoniz­ó hasta el momento desbordes violentos que en otras ocasiones fueron habituales. También es evidente que la Provincia esta vez no los admite: actuó vía penal en los dos episodios que se registraro­n, y es constante y creciente el operativo policial en torno de Epec y de Luz y Fuerza.

El martes se agregó un elemento que sumó más tensión y una carga simbólica extra al conflicto gremial. Luego de 14 años en el cargo, fue removido de la Gerencia de Tecnología Héctor Tosco, hijo del máximo dirigente que tuvo Luz y fuerza, Agustín Tosco. Oficialmen­te, se indicó que la decisión –lo reemplaza Luis Balbuena, exKolektor– fue por la falta de encolumnam­iento con las decisiones del Directorio y por incompatib­ilidad con el cargo de delegado gremial que Tosco ejerce.

Con 35 años de antigüedad en la empresa, mantendrá su puesto de planta permanente. La decisión de reemplazar­lo estuvo acompañada de la intervenci­ón de escribanos que exigieron la entrega de claves de acceso al sistema informátic­o, a los fines de destrabar el proceso de facturació­n.

Tosco ayer vinculó su alejamient­o con su oposición a “negociados” relacionad­os con la telemedici­ón, un objetivo que Epec se fijó como prioritari­o y que Luz y Fuerza rechaza. Cuánto pesará todo esto en el conflicto que sigue su curso es lo que se verá hoy.

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(PEDRO CASTILLO / ARCHIVO) Paro y marcha. Luz y Fuerza realizará una asamblea hoy y mañana a las 10, y luego marchará. La medida de fuerza es sin plazo.

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