Mariano Tunga, de Los Caligaris
roso y demuestra interés. A esto se suma que la confluencia de nacionalidades le brindó la oportunidad de trabar amistad con personas de diferentes países. “Es increíble, pero ya tengo invitaciones para girar por varios países y estoy seguro de que lo voy a hacer”.
En cierta manera, César está transitando un camino a contrapelo de la modernidad, porque no va por vistas en YouTube, ni busca likes o corazones virtuales, su apuesta parece un homenaje a los orígenes, una epopeya romántica en la que se conquistan los países con el corazón.
–¿Qué te traés como experiencia de este viaje?
–Uf. Tantas cosas. Primero, que hay que estudiar; parece algo menor, pero conocer de geografía, de historia, tener cultura general te abre mucho la cabeza, y a veces te podés perder un montón de cosas sólo por no saber.
–¿Y en lo personal?
–Lo hablamos con mi pareja. No hay nada más valioso que mostrarles a nuestras hijas que se pueden perseguir los sueños, que no hay que bajar los brazos.
A César le toca empezar a juntar para el regreso. La experiencia de convidar su música –nuestra música– a un público que la celebra y la valora es el capital que ya tiene en el plazo fijo de su historia de vida. Ese no se lo quitan, el resto es moneda y, como tal, va y viene.
En 2018, a este músico ledesmense le tocó jugar otro Mundial, y los aplausos desinteresados en diferentes idiomas, el afecto y el reconocimiento de los desconocidos son –lejos– la mejor de las copas que hay para levantar.
NOHAYNADAMÁS VALIOSO QUE MOSTRARLES A NUESTRAS HIJAS QUE HAY QUE SEGUIR LOS SUEÑOS, NOBAJARLOSBRAZOS.
Mariano Tunga, asistente y clown de Los Caligaris, está en Rusia para prolongar el flash que consiguió en Brasil 2014. “Cuando fui a Brasil, me conquistó el cosquilleo de lo que es un Mundial, eso de ver a un millón de personas deambulando por una ciudad, movidas por el amor al fútbol. Entonces junté filo y me fui a Chile, a la Copa América. Y después hice lo mismo: laburando con Los Caligaris, junté la plata para venirme acá”, resume este hincha de Talleres que decidió viajar cuando vio la oferta de una aerolínea. “35 lucas por un pasaje abierto por 96 días. No lo pensé, la puse”, precisa.
“Lo demás lo voy viendo; acá no es tan caro y, compartiendo con dos más, la repartija es diferente. Además, nos entendemos bien con los rusos. Primero usaba el traductor, pero cuando pedía talco para pies, me daban crema para lustrar zapato; y cuando pedía cebolla de verdeo, me daban hinojo”, dice.
Tunga dice que los argentinos ponen el descontrol y que la Copa es una obsesión. “Espero que los jugadores pongan un poquito más porque... si Argentina se va del Mundial esto se muere. Somos los que más agitamos. Los brasileños y los ingleses no cantan... Y los rusos están repiantados con nosotros, las chicas nos piden selfies .Y para entrar a los estadios la vamos llevando. El otro día, ‘el Patón’ Guzmán revoleó unos tickets”, cerró.