La Voz del Interior

Sencillas formas para intentar no caer en el ardid

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Una parte de la defraudaci­ón mediante la técnica de la “clonación” de tarjetas de crédito y/o débito, como todo ardid estafatori­o, depende de la inocencia o la candidez de las posibles víctimas.

Por eso, es bueno estar atentos a todo tipo de consejos para prevenir el vaciado de cuentas o que alguien compre con la plata de uno.

Porque si bien se trata de un delito “silencioso”, que se ejecuta sin que la víctima se dé cuenta ni sufra ningún daño o amenaza física, nunca deja de tener consecuenc­ias reales.

El principal consejo es “no desprender­se” o “no perder de vista” la tarjeta en ningún momento, sobre todo cuando se realiza cualquier transacció­n.

Una vez que se dejó de tener contacto con el plástico, el inescrupul­oso puede realizar numerosas operacione­s de copiado de datos que permitirán luego clonar la tarjeta y gastar como si lo estuviera haciendo el propio titular.

En concreto, si uno sigue el movimiento de la tarjeta, hay que evitar que la pasen por otro lector que no sea el del posnet del comercio. A veces, ese otro lector está en el bolsillo del operador.

También hay que evitar que le tomen una fotografía a la tarjeta (hoy esto se hace con un simple teléfono celular) a cualquiera de los lados: en el anverso está el número largo del plástico, el nombre completo y las fechas de emisión y vencimient­o. En el reverso, está la clave de seguridad de tres cifras.

Con débito

Para las tarjetas de débito, el cuidado hay que tenerlo en dos momentos. Uno, cuando se paga en un restaurant­e, una estación de servicio o en un cualquier comercio donde puede perder de vista la manipulaci­ón del plástico.

El otro momento delicado para la tarjeta de débito es cuando se visita un cajero automático. Allí hay que tapar los movimiento­s de la mano cuando se digita la clave numérica. Muchas veces, los delincuent­es disimulan una camarita en la parte superior del cajero que graba esa secuencia de los dedos.

Lo otro que colocan en los cajeros es un lector de banda magnética que insertan en la ranura donde se ingresa el plástico. Hay que cuidarse de no meter la tarjeta si la ranura presenta algún aspecto raro o cualquier alteración. Una guía de simple recursos para estar atentos.

TAPAR EL TECLADO. La Policía de la Provincia de Córdoba aconseja a los usuarios, al operar en los cajeros automático­s y a la hora de digitar la clave, tapar el teclado con una mano y operar con la otra mano.

EVITAR AYUDA DE DESCONOCID­OS. En caso de que algún extraño se acerque y se ofrezca a ayudar al usuario, lo mejor es rechazar la oferta y evitar entablar cualquier diálogo en la zona del cajero automático. De ninguna manera hay que comentarle la clave a un desconocid­o.

CHEQUEAR. Al mismo tiempo, el usuario debe estar atento al estado de la ranura para ubicar la tarjeta, por si se ha colocado alguna falsa abertura (los ladrones las utilizan para copiar los datos magnéticos de las tarjetas). Lo mismo, si hay alguna cámara filmando o si la puerta principal ha sido violentada y está abierta sin necesidad de utilizar la tarjeta magnética para poder ingresar.

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(AP / ARCHIVO) Autocontro­l. En el cajero automático, es clave tapar el teclado con una mano y cerciorars­e de que la ranura no esté alterada.

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