Los gimnasios se reinventan y crecen en la ciudad
Hay 295 establecimientos habilitados y otros 200 que presentaron solicitudes y están con permisos provisorios o en trámite. La actividad se multiplicó en los últimos años de la mano de las nuevas propuestas como el crossfit, la zumba y las clases grupales
“Empecé el gimnasio”. La frase es cada vez más repetida por los cordobeses, que cada día están más pendientes del cuidado de la salud y la imagen. En los últimos meses, se registraron en la ciudad 200 nuevos pedidos para inscribir establecimientos deportivos, algunos de los cuales ya están funcionando con habilitación provisoria de la Municipalidad.
La cifra es muy significativa, ya que representa casi el 70 por ciento de los 294 gimnasios que tienen habilitaciones en regla en Córdoba capital.
Esta tendencia de crecimiento concuerda con el aumento de gente que realiza actividad física. Entre 2005 y 2016, la cantidad de hombres y mujeres que van al gimnasio pasó del 12 al 18 por ciento, según señala un estudio de la consultora Delfos.
Si bien el dato no es reciente, se trata de un indicador del comportamiento que tiene diferentes alcances. El segmento que va de 18 a 29 años es el que más practica actividad física. Y va decreciendo a medida que aumenta la edad de los grupos. Recién entre los jubilados, el porcentaje de los que concurren al gimnasio vuele a crecer.
“Se nota que hay una cultura que está en movimiento y que está cambiando. La gente se preocupa por realizar actividad física. Hay más y nuevas propuestas que cuentan con un formato más atractivo. Esta práctica está muy asociada al cuidado de la salud y no tanto a lo estético, como quizás se pensaba antes”, señala Carola Tejeda, decana de la Facultad de Educación Física de la Universidad Provincial de Córdoba (UPC), ex-Ipef.
El interés por la actividad física también se traduce en las instituciones educativas. En el último tiempo, tanto en entidades públicas como privadas, la cantidad de inscriptos para las carreras de profesores, técnicos en educación física o musculación –según sea el caso– conserva su ritmo o crece.
Mientras que el profesorado está orientado a la educación formal, las tecnicaturas, que tienen una duración menor de entre dos y tres años, apuntan a la educación física no institucional, tanto en clubes como en gimnasios.
“Venimos viendo que hay cada vez más interesados en incorporar la actividad física a la vida diaria como parte de una construcción de la vida saludable. Los equipos de salud vienen promoviendo la actividad física para prevenir diversas enfermedades. También es una característica de nuestro tiempo este culto al cuerpo”, describe Fernando Artunduaga, director suplente del Instituto Superior en Actividades Deportivas (Isad).
Además de la tendencia de una vida más sana que se completa con ejercicio y dieta, según señalan los especialistas, el componente social suele ser otra excusa para inscribirse en un gimnasio. Allí se pueden generar amistades y parejas, permanentes u ocasionales.
Una actividad potente
El crecimiento tanto de metros cuadrados de gimnasios como de usuarios señala una curva ascendente, pero difícilmente se trate del techo de la actividad.
Con 17 años en el negocio, Marcos Aguade vivió distintas transformaciones en la actividad, y si bien reconoce que están en un buen momento, cree que aún tienen un potencial enorme.
“Los gimnasios tradicionales tenían musculación fundamentalmente. Y hace ya 15 años que se empezó a ver la reconversión con clases grupales, aerobic y step. Después vinieron el spinning y el pilates, y ahí fue el primer boom de la actividad, cuando se mezcló todo eso en el mismo lugar. Y pocos años atrás se empezó con la zumba, que fue increíble cómo sumó gente”, apuntó Aguade, presidente de la Cámara de Gimnasios de Córdoba.
La diversificación de la oferta y las nuevas propuestas también fueron remarcadas por las autoridades de los establecimientos educativos como un nuevo atractivo para las personas.
“Entendimos que cuando viene una persona con un objetivo, no podemos pensar en cómo cumplirlo sólo desde la actividad física, sino que hay que entretenerlo para que lo alcance. Vos al plan podés hacerlo bien, pero si una persona se cansa, se acaba ese plan. Entendimos que entre nosotros –gimnasios– no competimos, y sí lo hacemos contra el control remoto, el cine o el shopping, contra el ocio de las personas”, dijo José Hoyos, también miembro de la Cámara.