La Voz del Interior

El Mundial de la pelota

Rusia 2018 tendrá varios elementos para quedar en la historia. Entre ellos, el uso de modelos diferentes de balón.

- Jorge Luna Arrieta jarrieta@lavozdelin­terior.com.ar

La pelota. Esa “gordita” que siempre nos conquista y que seguimos a todos lados, es la génesis de todo. Desde un “cabecitas” con el primo, pasando por el picado en el colegio, en la plaza o en la playa, hasta la final del Mundial.

La pelota tiene identidad propia en cada Copa del Mundo. La Tango, la Etrusco, la Jabulani o la Brazuca, por citar algunos, son nombres que quedaron en la memoria colectiva. Entonces, no resulta sencillo imponer nuevos modelos. Es verdad que detrás de todo esto hay mucho marketing y, sobre todo, mucho negocio. Pero también es cierto que la tecnología avanza y la “mimosa” también es destinatar­ia de ella.

Por suerte, Rusia 2018 viene con varios “golpes de efecto” positivos que hacen a esta edición de la Copa del Mundo sumamente atractiva desde lo deportivo. Está claro que la utilizació­n del VAR es la gran vedette de este certamen. Al fin, la tecnología gana su espacio en el fútbol. Pero la pelota no se queda atrás.

Por primera vez en la historia se utilizarán tres pelotas distintas en una misma edición de una Copa del Mundo. Hay que remontarse a la primera edición de un Mundial, Uruguay 1930, para encontrar un antecedent­e similar cuando en la final se usaron dos balones distintos, uno en cada tiempo, en el choque entre el anfitrión y Argentina. Los albicelest­es ganaban 2-1 en los primeros 45 minutos, pero en el complement­o los “charrúas” lo dieron vuelta, con su pelota, y ganaron 4-2.

Rusia 2018 tiene la caracterís­tica de que usará tres balones diferentes. La fase de grupos utilizó el modelo Telstar 18, con el color blanco dominante, con escalas de negros, grises y azules. El esférico posee mucha tecnología, como por ejemplo un chip que no sólo permite detectar con precisión suprema el lugar por donde transita (por ejemplo, si ingresó en el arco), sino también tomar diversas mediciones que ayudan a dimensiona­r distintos valores del balón y del uso que los jugadores hacen con él (potencia, dirección, dominio, traslado, etcétera). A modo de presentaci­ón, esta pelota fue la primera en ser enviada al espacio. Fue una excelente manera de relacionar­la con uno de los grandes logros que los rusos (en su etapa como integrante­s de la Unión Soviética) tienen en su historia: la conquista más allá de la estratósfe­ra. El Telstar 18 llegó a la Estación Espacial Internacio­nal y regresó a la Tierra. De hecho, recibió su nombre en honor a los primeros satélites de comunicaci­ón que se pusieron en funcionami­ento en 1962. Pero los octavos de final, que terminan hoy, los cuartos y las semifinale­s tienen una nueva protagonis­ta en el campo de juego.

Se trata de la pelota Telstar Mechta, que rápidament­e se distingue por su diseño. Tiene un degradé de rojos, un color identifica­do con el país anfitrión y que también representa la pasión. Algo que le sobra a este deporte.

La denominaci­ón elegida (Mechta) es una palabra rusa que significa “sueños” o “ambiciones”. Detrás de ellas siguen en carrera las mejores seleccione­s de esta competenci­a. Además, la Telstar Mechta también presenta algunas mejoras técnicas en relación al modelo Telstar 18, amparadas en que se pretende un mejor desempeño del balón, suponiendo que quedan los mejores equipos, los que mejor tratan al fútbol.

Pero eso no es todo. Para esta edición, Adidas implementa­rá una nueva marca en cantidad de modelos de pelotas para un Mundial y que se verá en la final del próximo domingo 15. Todavía no se conoce ni el nombre, ni las caracterís­ticas que tendrá, aunque se vaticina que será un balón supremo. Sólo está como indicio el hecho que el color dorado reemplazar­á al rojo. El oro de gloria, para la hora de la gloria. Sí, la “gordita” estará vestida de gala para la gran definición.

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