Gestión Mestre
Juan Diego Álvarez
“Gestión Mestre: siete años de parches urbanos”, se titula la nota de la concejala Victoria Flores publicada por La Voz (http://goo.gl/8DawHc)
Ya en su artículo, “Del planeamiento al parchamiento urbano” (http://goo.gl/WKtXyD), vuestra periodista Virginia Guevara señalaba: “Aunque se tratara de un gran negocio para la ciudad, ya nadie sabe bien para qué están las normas que supuestamente marcan el rumbo de cómo, cuánto y hacia dónde debe crecer Córdoba para hacerlo de modo sustentable”.
En este punto, está el origen de muchos de los problemas que aquejan a los ciudadanos, en particular a aquellos que elegimos los barrios residenciales para organizar nuestras vidas, donde desde el año 1987, sistemáticamente, se viola la ordenanza 8.256, lo que “facilita” la intromisión de “usos diferentes” de los previstos normativamente.
La facilitación de estas irregularidades no es exclusiva de este Gobierno; al contrario, se sucedió desde las gestiones de Rubén Martí, pasando por Germán Kammerath, Luis Juez, Daniel Giacomino, hasta llegar a la gestión de Ramón Mestre (h).
Tampoco ha sido “gracias a los equipos técnicos municipales” que hubiera una garantía de continuidad de criterios a contramano de los intereses políticos, pues, a mi entender, es responsabilidad de esos equipos técnicos la aplicación de interpretaciones contra legem como las contenidas en el memorándum G042/87, que ciertamente fueron aprovechadas por el “mercado inmobiliario”, pero siempre con el aval de una autoridad complaciente y poco apegada a las normas. Resulta verdaderamente grave y gravoso para toda la ciudadanía que quienes, teniendo a su cargo el deber y la obligación funcional de tutelar la correcta aplicación de las normas, se hayan apartado de estas y convertido en cómplices o facilitadores del caos y el desorden al que hemos arribado.
Es cierto que en este último período se introdujeron innumerables modificaciones a la ordenanza 8.256 y se dictaron muchas nuevas también; todas ellas, lejos de revertir los problemas generados, sólo buscaban dar respaldo legal a aquellas irregularidades ya materializadas a partir de “interpretaciones técnicas” dentro de la trama urbana.
Coincido con la concejala Flores en que la normativa no debe ser estática, pero no dudo de que debe ser trasparente e igual para todos los ciudadanos; lo primero es cumplir y hacer cumplir las ordenanzas. Ella, desde su sitial de concejala, tiene las facultades y las herramientas para hacerlo.