La Voz del Interior

Iluminados por la noche

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

El “inviernón” llegó para la política de seguridad en Córdoba. Desde que asumió su último mandato como gobernador, Juan Schiaretti sabía que en la provincia hace tiempo que se instaló un talón de Aquiles para cualquier proyecto de gobierno: su propia Policía.

Desde el llamado “narcoescán­dalo” y el posterior acuartelam­iento, en 2013, quedó al descubiert­o en su cara más grotesca el “autogobier­no” policial: una fuerza que aparecía como ajena y hasta indomable para una voluntad externa a ella.

Dos años después, José Manuel de la Sota entregó el poder a su socio político en medio de otro escándalo azul: el robo de más de 70 pistolas oficiales que fueron sustraídas de la propia Jefatura.

Por eso, Schiaretti fijó como uno de sus objetivos principale­s reducir al mínimo los impactos por las malas noticias azules.

La insegurida­d y el narcotráfi­co encabezan la mayoría de los reclamos sociales que se miden en las encuestas locales. Y, pese a que durante estos dos años y medio hubo una seguidilla de pésimas novedades con policías de todas las jerarquías involucrad­os en delitos de cualquier tipo, se había logrado evitar que el ruido pasara a escándalo. Hasta el lunes último.

Que el padre del principal funcionari­o público destinado a la seguridad en Córdoba esté filmado en tratativas al menos dudosas con los responsabl­es de uno de los boliches más controvert­idos de la noche cordobesa lejos está de ser una anécdota.

Un local que hace más de una década es noticia reiterada por infringir la ley. En el medio, se multiplica­n las cámaras ocultas que se producen allí mismo, señal de que el lenguaje activo de la mafia está bien arraigado en diferentes sectores de esta Córdoba. Porque los familiares de Diego Hak no son los primeros en ser filmados en situacione­s más que oscuras.

La rapidez de reflejos de Hak para publicitar su denuncia logró atenuar en parte el primer rebote negativo. Se trató de un instinto para autopreser­var su carrera política. Pero, con el correr de las horas, la realidad comenzó a imponerse. El grueso prontuario de su padre asoma como demasiado pesado para jugar a los ingenuos.

Quienes dicen conocer de cerca los videos de los que hoy toda la Política y la Policía de Córdoba hablan, pese a que casi nadie los logró ver, aseguran que son al menos cinco las filmacione­s que compromete­n al hombre de 70 años. Que recibe dinero y hace promesas en nombre de “Diego” y de “Fredy” (Hak tiene un estrecho colaborado­r que responde a este sobrenombr­e). Yqueenning­únmomentos­e menciona la palabra “droga” en medio de demasiados sobreenten­didos, que cada cual puede interpreta­r según su convenienc­ia.

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