Hallan un antiguo sitio funerario en Cerro Colorado
Arqueólogos hallaron un sitio funerario con restos óseos de más de 30 personas. El descubrimiento se realizó durante la obra de los gasoductos troncales.
¿Qué tenía y tiene de especial Cerro Colorado? La pregunta que ha volado en el aire durante siglos podrá encontrar algunas respuestas a partir de un hallazgo de decenas de restos humanos detectados de casualidad.
El sitio del norte cordobés parece que ha cautivado a los seres humanos desde hace miles de años hasta la actualidad. Atahualpa Yupanqui lo eligió como su hogar por muchos años.
Rodeado por estos cerros con cientos de pinturas rupestres, fue hallado lo que parece ser un sitio de enterramiento que albergaría a varias decenas de cuerpos de entre 500 y miles de años.
El anuncio fue realizado ayer por la Agencia Córdoba Cultura con la presencia de los dos arqueólogos responsables de los estudios: Sebastián Pastor y Andrea Recalde, investigadores del Conicet en el Centro de Estudios Históricos Carlos Segreti.
Cabe aclarar que las precisiones que se tienen sobre el hallazgo son provisionales y que hasta el momento no se han publicado en ninguna revista especializada.
El sitio fue detectado a mediados de mayo cuando se estaba construyendo el gasoducto troncal norte. Si bien fue sorpresivo, el estudio de impacto ambiental ya había estimado que se trataba de una zona con potencial arqueológico.
Con cuidado, los arqueólogos excavaron la zanja por donde iba a pasar la tubería. Tiene 300 metros de largo, 80 centímetros de ancho y hasta 1,20 de profundidad.
Allí se encontraron 18 puntos de enterramiento, algunos múltiples, por lo que habría al menos 30 cuerpos.
“Si lo proyectáramos a la totalidad del espacio, seguramente se encontrarían hasta cientos de personas enterradas. Pero la excavación no se va a ampliar”, indica Pastor.
El especialista aclara que no son restos de una sola época. “La evidencia indica que ha sido un lugar funerario durante cientos y quizás miles de años. Los cuerpos están enterrados según modalidades prehispánicas”, detalla.
Y agrega: “Hay puntos que tienen hasta tres niveles de enterramiento, es decir que se fueron cavando tumbas durante cientos de años en el mismo sitio pero a profundidades muy diferentes”.
Los trabajos científicos se realizarán in situ y sólo se enviarán muestras de unos pocos miligramos a laboratorios del mundo para determinar su antigüedad y otros datos genéticos. Para esto último ya está avanzado un convenio con la Universidad de Harvard.
En tanto, Recalde explica que Cerro Colorado es una de las localidades arqueológicas más importes de Córdoba y del centro del país. “Pero siempre ha predominado la investigación sobre las pinturas rupestres. Las preguntas “¿quiénes pintaban?” y “¿para qué pintaban?” quedaban diluidas. Como si las pinturas alcanzaran para contarnos toda la historia”, comenta.
La idea que prevaleció por mucho tiempo es que las personas iban a Cerro Colorado a pintar y que era sólo un lugar de encuentro para realizar esta actividad y luego regresar a su sitio de origen.
Pero en 2013 Recalde y colegas comenzaron a estudiar en profundidad el sitio y detectaron varias evidencias de que en la zona vivía gente. Por ejemplo, hallaron restos de plantas cultivadas como maíz y poroto, pero también quinua, papa y batata. “La presencia de papa y batata, por ser cultivos de invierno, habla de un vínculo con la tierra más estrecho y de una perma-
HAY QUE ENTENDER QUE CERRO COLORADO ERA UN SITIO ESPECIAL. POR EL ARTE RUPESTRE, ACUMULÓ PRESTIGIO.
Sebastián Pastor, arqueólogo
nencia mayor en el paisaje”, explica. Durante su trabajo lograron detectar más de 50 sitios con arte rupestre, pero también cinco sitios residenciales y más de 20 lugares de molienda. Y ahora se suma un sitio de enterramiento que es único para la provincia.
“Este hallazgo nos va a permitir responder a las preguntas de quiénes y para qué pintaban. La información es importante para los científicos, pero también para entender el pasado de nuestros pueblos originarios y para que comiencen a formar parte de nuestro presente”, agrega.
Para Pastor el trabajo llevará por lo menos cinco años de análisis hasta lograr completar una perspectiva completa del lugar.
“Quizá había una comunidad anfitriona de los peregrinos que venían a pintar, o no había nadie durante la mayor parte del año o quizá había un poblado, pero en cualquiera de los casos hay que entender que Cerro Colorado era un sitio especial”, dice Pastor.
Y agrega: “Por el arte rupestre, el sitio seguramente fue acumulando historia, conocimiento y prestigio social que se extendió hasta todo lo que hoy es Córdoba y más allá de los actuales límites de la provincia”.