La Voz del Interior

Otra condena para “el Gallo” Altamira

Jorge Altamira sumó otra condena en su vida. Pidió perdón y le dieron seis años y medio por liderar una banda narco en Colonia Lola. También fue sentenciad­a parte de su familia. Pese a los cargos, fue escasa la cantidad de droga que le hallaron. Por estar

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

El “lungo” y canoso hombre caminó lento y se sentó frente al juez. Carraspeó un par de veces y con voz ronca comenzó a hablar pausado. Tiene 62 años, pero los últimos padecimien­tos de salud lo hacen ver aun mayor.

“Si cometí delito, pido perdón en lo malo que le hice a la sociedad. Yo vendí, es cierto, pero ya no manejo una organizaci­ón. Es cierto que yo perdí a un hijo, me lo mataron, fue una desgracia. Pero no tuvo nada que ver con las drogas. Pido que se me condene por lo que hice, no por lo que dicen que soy y por la imagen que se creó”.

Jorge Guillermo Altamira, quien llegó a ser un capo del narcotráfi­co años atrás en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba, habló por última vez antes de sumar una nueva condena en su contra.

La Cámara 9ª del Crimen lo sentenció ayer a la pena de seis años y medio de prisión por comerciali­zación de estupefaci­entes agravada por el número de personas.

“El Gallo” fue sentenciad­o como jefe de una organizaci­ón dedicada al narcomenud­eo en su territorio de siempre: barrio Colonia Lola, en la zona aledaña al cementerio San Vicente.

Junto con él, fueron condenadas otras 12 personas. Sobresalen otro hijo, una hija, la pareja de esta y hasta un nieto del narco.

Restará ver los fundamento­s en agosto para entender por qué el juez Roberto Cornejo no avaló el pedido de la fiscal Mercedes Balestrini, en torno a su solicitud de nueve años de cárcel, y quizá se mostró más cercano a lo exigido por el defensor del “Gallo”.

El abogado Enrique Pérez Aragón había reclamado cuatro años y medio de cárcel para su cliente.

Durante los alegatos, la fiscal apuntó que “el Gallo”, pese a haber salido de la cárcel tras purgar otra condena por narcotráfi­co, había vuelto a dedicarse al narcomenud­eo y de forma sistemátic­a. Remarcó que lideraba una banda y habló, incluso, de jóvenes dañados por las drogas que el veterano narco comerciali­zaba.

“El Gallo” insistió –y así lo hizo saber su defensor– en que, si bien vendía drogas al igual que sus seres cercanos, lo hacía por su cuenta y negó ser el líder de una banda. El narco remarcó que era un cuentaprop­ista.

Está claro que, a tenor de la nueva condena, el juez comprende que “el Gallo” no es ningún simple dealer, sino que seguía teniendo una organizaci­ón hasta que cayó preso en aquel invierno de 2016.

De todos modos, no deja de llamar la atención lo exiguo de lo incautado al “Gallo”: sólo 114 gramos

EL SEÑOR ALTAMIRA LE HIZO MUY MAL A LA SOCIEDAD. LE HIZO MUY MAL A LA JUVENTUD CON LAS DROGAS. Fiscal Mercedes Balestrini

de cocaína “estirada”.

Noche, mujeres y drogas

Esa fue la droga que los agentes de la Fuerza Policial Antinarcot­ráfico (FPA) le hallaron a Altamira en la madrugada del 16 de julio de 2016 cuando allanaron el domicilio donde estaba, junto con otras personas, en Colonia Lola. Se trataba una excasa del “Gallo” con una verdulería montada en un garaje contiguo.

Cuando los efectivos entraron, se toparon con prostituta­s corriendo para todos lados, hombres desesperad­os por escapar, restos de polvo blanco sobre mesas, el piso, la cocina y hasta el baño.

Todo era descontrol. Muchas canillas de la casa estaban abiertas. La fiscal está convencida de que era para borrar toda evidencia de droga ante la sorpresiva irrupción de los hombres de negro.

De ese domicilio se recolectar­on los 114 gramos de cocaína.

De todos modos, la acusación permitió demostrar que “el Gallo”, si bien ya no era el “patrón” narco de años anteriores, aún seguía al frente de la actividad ilegal, aunque de manera menos pomposa. De hecho, el centro operativo era una verdulería.

Más allá de lo exiguo de la droga incautada, la fiscal se basó en testimonio­s, filmacione­s, cruces de llamadas telefónica­s y hasta escuchas para cerrar el cerco en torno al “Gallo” y su larga sombra.

En la acusación se destacó cómo la banda comerciali­zaba droga en Colonia Lola y alrededore­s. Y se hizo mención a varios domicilios convertido­s en búnkeres.

Ante el juez, “el Gallo” insistió en que en torno de él se había creado una imagen que no era la real.

Además de remarcar que ya no era el jefe narco de otrora, llegó a burlarse de un video esgrimido por la acusación en el que se ve a un hombre “vigilando” la verdulería. “Ese es mi hermano mayor, tiene 65 años y tiene problemas de salud y vive caminando en la vere-

SOBRE ‘EL GALLO’ ALTAMIRA SE CREÓ TODA UNA IMAGEN DE UN MONSTRUO NARCO. Y LA JUSTICIA TOMÓ ESO. Abogado Enrique Pérez Aragón

Jorge “el Gallo” Altamira había sido condenado a seis años de prisión en 2009 en un juicio abreviado –no tuvo debate oral y público– por transporte de estupefaci­entes y por considerar­se que era el jefe de una asociación ilícita, según dispuso el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba. Había sido detenido en enero de 2008 un Fox VW con cocaína en su poder. Fue una de las primeras condenas a nivel nacional por lavado de dinero narco. El 5 de noviembre de 2011 salió en libertad condiciona­l. Esa sentencia se cumplió en su totalidad el 5 de noviembre de 2013.

da de un lado para el otro. ¡No es un custodio!”, se quejó.

También hubo sentencias para todos los demás juzgados. Las penas oscilaron entre los tres años y tres meses y los cuatro años y 10 meses de cárcel. Jonathan, hijo del “Gallo”, se llevó esta última condena.

Pedirá volver a su casa

Altamira lleva dos años preso en Bouwer por esta causa. La defensa presentará un pedido para que “el Gallo” acceda a un régimen de prisión domiciliar­ia. Se basa en que tiene problemas de tensión (a causa de un fuerte golpe en la cabeza), de diabetes y de cirrosis. Avalará el pedido con los certificad­os de los mensuales traslados para chequeos en el hospital San Roque.

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(NICOLÁS BRAVO) Todo terminó. Jorge Altamira fue condenado por liderar una banda narco en la zona sudeste de Córdoba. Continuará preso junto con parte de su familia, también juzgada.

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