Un espacio ganado a pura perseverancia
El frío no puede, por estos días, frenar la movida que proponen los bares de La Cañada para festejar 74 años del comienzo de la construcción de esa emblemática obra de la ciudad de Córdoba.
No hay quien no haya pasado, alguna noche, a cualquier hora, por esa cuadra que se topa con el bulevar San Juan, desbordante de mesas ocupadas por público de todo tipo.
Amigos, parejas, grupos de estudiantes o bebedores ocasionales tejen una trama de historias y encuentros que dice mucho más que cualquier movida pasajera o que cualquier moda estacional.
El Primer plano de esta edición es un homenaje a ese muro empedrado que atraviesa gran parte de la ciudad, y también cuenta un ejemplo de perseverancia.
Mientras que otras zonas de bares emergieron y se hundieron a iguales velocidades, esta persiste aun cuando durante años dependió de su propio esfuerzo para sobrevivir.
Es un poco la historia de esta Córdoba difícil de las últimas décadas: poca ayuda oficial, pura iniciativa privada, algunas peleas para lograr que en ese sectorcito que da al arroyo la gente se sienta a gusto.
Más allá de esa cuadra y de algunas de las que se meten en Güemes, no hay muchas más en las que La Cañada sea amable con los que se le
LAS HISTORIAS Y LOS ENCUENTROS DE ESA ZONA DE LA CAÑADA DICEN MUCHO MÁS QUE CUALQUIER MODA ESTACIONAL.
acercan. Si no es la oscuridad o las veredas estrechas –aunque ahora están siendo arregladas–, son la mugre o la inseguridad las que no permiten que la ciudad se recueste en buena parte de ese emblema.
En este Primer plano, los dueños de los bares cuentan cómo surgieron y cómo se mantuvieron, qué busca la gente que va, qué toman y qué escuchan los que llegan por hábito o por primera vez. Y cómo La Cañada los define, por historia y por cercanía geográfica.
En esas mesas y sillas, se siguen gestando historias y todos saben que siempre habrá algún conocido dando vueltas, sea la hora que fuere. Ya no son sólo estudiantes. Los bares reciben a todos con los brazos abiertos, porque La Cañada sigue siendo de todos.