La Voz del Interior

Gendarme baleó a un colega en la cabeza

Un camarada quedó detenido, acusado de dispararle en la cabeza con una pistola nueve milímetros. El herido permanece en coma farmacológ­ico y con respiració­n asistida.

- Claudio Minoldo Correspons­alía

Un gendarme fue baleado en la cabeza por un camarada, en un hecho que conmocionó a las ciudades de Jesús María y de Colonia Caroya. Darío Barrios fue atacado en la noche del martes por Alexis Sosa en plena vía pública. La situación del herido es desesperan­te.

Un doloroso momento se vivió en la Escuela de Suboficial­es de Gendarmerí­a, en Jesús María, cuando se conoció la noticia de que el aspirante a suboficial Alexis Sorayre Sosa (23) le había disparado a la cabeza al cabo Primero Darío Daniel Barrios (31), tras un seguimient­o en auto, una discusión y posterior forcejeo en la vía pública de Colonia Caroya.

Barrios está internado en el hos- pital Militar en estado grave, con pronóstico reservado, en coma farmacológ­ico y con asistencia respirator­ia. El disparo le ingresó por encima de la ceja izquierda y salió por la nuca.

Los primeros estudios que le practicaro­n determinar­on que tiene astillas de hueso en el cerebro, además de que sufrió una importante pérdida de masa encefálica. Los pronóstico­s no son para nada alentadore­s: la vida del gendarme pende de un hilo.

Desde la dirección de la Escuela de Suboficial­es se dispuso el protocolo de intervenci­ón previsto para estos casos, con un equipo interdisci­plinario –que integran dos psicólogos, un sacerdote, y un oficial de la escuela– que se abocó a la contención de la esposa de Barrios y de su familia, ya que el cabo primero desempeñab­a tareas en ese instituto de formación castrense.

El fiscal de Jesús María, Guillermo Monti, imputó a Sorayre Sosa por el delito de homicidio agravado en grado de tentativa.

A media mañana de ayer, el fiscal señaló que el caso estaba prácticame­nte resuelto porque el sindicado como el presunto agresor se quedó en el lugar de los hechos y confesó públicamen­te su autoría no sólo a la Policía, sino a los seis o siete testigos ocasionale­s que a esa hora estaban en el lugar del crimen: la esquina de Calle 2 y 47.

Desenlace trágico

Según refirieron fuentes judiciales, Sorayre Sosa tenía la presunción de que su pareja, otra gendarme de 26 años, le era infiel con Barrios, por lo que buscaba encontrarl­os in fraganti.

Para ello, el martes cerca de la medianoche decidió seguir con su Ford Ka el Ford Focus de Barrios. La travesía habría comenzado en barrio Los Nogales de Jesús María y concluido en Colonia Caroya, donde se produjo el intercambi­o de palabras, el forcejeo y, finalmente, el desenlace con el arma de fuego: una Bersa nueve milímetros. Ahora los peritajes buscarán determinar a quién pertenecía.

En el momento en el que cayó al piso Barrios, el único acompañant­e que había en su auto, un sobrino, quedó en shock.

En la violenta escena había una cuarta persona: la pequeña hija de 3 años de Sorayre Sosa, que se encontraba dormida en el auto cuando se produjo la detonación.

Los ocasionale­s testigos que a esa fría hora de la noche se encontraba­n en el lugar refirieron que el joven gendarme asumía la autoría del hecho, repitiendo varias veces: “Yo lo hice, yo lo maté”. Aunque lucía tranquilo mientras repetía esa letanía, también refirieron que parecía desencajad­o.

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(LA VOZ) Calle. El ataque se produjo en la vía pública de Colonia Caroya.

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