Alta Gracia recupera su Monumental: sería sede del Congreso de la Lengua
Aún vacío y en plena obra para su recuperación, la acústica es impecable. Asombra cómo se escucha lo que se habla en esa gran sala. Para aquellos que conocieron el viejo cine teatro Monumental Sierras en su época de esplendor y luego en sus años de abandono, el cambio que ya deja ver es notorio: las butacas recuperadas con sus características originales, la cúpula iluminada y pintada, y otras modificaciones que están por estos días en su etapa final.
Según el intendente Facundo Torres, con esa histórica sala recuperada, Alta Gracia podría ser la sede donde arrancará el Congreso Internacional de la Lengua, que en
2019 tendrá a Córdoba como escenario. “Puede llegar a venir el rey de España”, indicó.
Fue el segundo cine más grande de Sudamérica en la década de
1950 y un patrimonio cultural que Córdoba parecía dar luego por perdido. Tras años de abandono en manos privadas, ya sin uso, fue adquirido en 2011 por la Municipalidad de Alta Gracia, que en 2013 solicitó al estudio Gazal-Kroft un proyecto de restauración para transformarlo en centro cultural.
La propuesta original de la arquitecta Betina Kroft, encargada de la última restauración integral del teatro Colón de Buenos Aires, fue modificado luego en varios puntos por otros especialistas convocados por el municipio.
La finalización de la obra se proyecta para dentro de cuatro o cinco meses. El costo, hasta ahora, ronda los 60 millones de pesos, sin con- tar la ultima etapa que resta para sumar sonido, iluminación y ornamentación, según se indicó desde el municipio. Todo corrió por cuenta de la Provincia, al igual que la expropiación del inmueble.
Sin cine
“No está previsto el tema cine. Será teatro”, apuntó Héctor Buppo, asesor del municipio. Detalló que se recuperaron y se restauraron 700 butacas originales para la planta baja y 458 para la superior. La capacidad se redujo para mejorar la movilidad de personas con discapacidades motrices.
El intendente Torres precisó que el espacio ofrecerá tres opciones, según los eventos: uno con toda la capacidad completa, para más de 1.200 personas; otro, con sólo la parte superior, para algo más de 400, y un tercer sector para eventos con necesidades de menos público.
“Allí funcionarán también las oficinas de Cultura del municipio, por lo que será un espacio abierto todos los días”, anticipó Torres.
A las modificaciones y restauraciones proyectadas se sumaron las dificultades propias de un edificio viejo y abandonado por años.
“Queríamos mantener los valores arquitectónicos y acústicos”, precisó Buppo. Entre las obras, además de la recuperación histórica, cambiaron el techo, colocaron desagües fluviales, modificaron todo el sistema de agua y cloacas, y se redujo el escenario. “Algunas cosas se han tenido que incorporar, como la calefacción”, precisó. También se sumó un sistema de prevención de incendios y se dispuso un ascensor.