“Matador”, Diego y “Leo”, al museo
Kempes, Maradona y Messi son parte de las atracciones de un paseo imperdible en Moscú.
Enviado especial a Rusia
“No hay palabras para expresar lo que se siente ganar la Copa del Mundo, pero les puedo decir que es algo así como tocar el cielo con las manos”. La frase, escrita en inglés y en ruso, pertenece a alguien que de esto sabe mucho y que en la foto gigante aparece sonriente, a punto de aplaudir, con la cinta de capitán en primer plano y el “10” perfilado por el “1”.
Diego Armando Maradona, de él se trata, es uno de los tres “10” vestidos con la celeste y blanca que tienen un espacio de privilegio en el Museo del Fútbol Mundial de la Fifa, en el coqueto barrio moscovita de Arbat. Los otros dos son el cordobés Mario Alberto Kempes, con quien se representa a Argentina campeón de 1978, y el rosarino Lionel Messi, como un referente ineludible de estos tiempos, aunque este Mundial ruso sólo le haya deparado más amarguras que alegrías.
El lugar se ha transformado en un paso obligado para los fanáticos de la redonda que llegaron de todas latitudes a disfrutar del Mundial, porque ofrece varias atracciones dignas de ser visitadas. La base de la exhibición es un repaso por la historia de los mundiales, con algunas joyitas para admirar como el primer trofeo o reliquias históricas del museo (botines de Pelé o la tarjeta amarilla del partido Austria-Alemania jugado en Córdoba en 1978, entre unos 200 objetos) cuya base central está en la sede de la Fifa, en Zúrich.
Pero si de estrellas se trata, la pantalla redonda que está en el centro del museo se lleva todos los aplausos porque desde allí se exhiben los grandes momentos del fútbol mundial, con el segundo gol de Maradona a los ingleses (considerado el mejor de las Copa del Mundo) como uno de sus puntos máximos de atención.
Y después hay tres exposiciones imperdibles. Una, de todos los balones utilizados, desde el de tiento en Uruguay 1930 (fueron un modelo uruguayo y otro argentino), pasando por nuestra querida Tango (usada en Argentina ’78 y España ’82) hasta la tecnológica Telstar que se está utilizando ahora en Rusia 2018, con la particularidad de que el blanco y negro de la primera fase le dio pase al rojo y blanco de octavos.
La otra que llama la atención es la de todos los afiches de cada Mundial, uno más lindo que otro y que atraen los recuerdos a la mente como si fueran imanes. Por supuesto, está el de Argentina ’78, pero hay algunos imperdibles como el de España ’82, Italia ’90, México ’86 o Sudáfrica 2010.
Y la tercera exhibición que tiene la virtud de ser bien actual es la que muestra la pelota de los partidos que se están jugando en este Mundial. Como no podía pasar de otra manera, entre ellas está la fatídica del sábado pasado, cuando Argentina perdió en Kazán frente a Francia y quedó eliminada.
Además, hay tres figuras de tamaño natural del legendario arquero ruso Lev Yashin (para muchos, el mejor de la historia), del brasileño Pelé y, por supuesto, de nuestro Diego Maradona. Y la colección de las camisetas de los 32 equipos que juegan este Mundial también está bue- no recorrerla.
Así es este museo que comenzó a construirse hace dos meses, se inauguró el 9 de junio y permanecerá abierto hasta el 20 de este mes, cuando la fiebre mundialista ya haya bajado. Todo en un edificio utramoderno, en cuyos vidrios se han ido armando las llaves de este campeonato.
Un lugar imperdible en el que se respira fútbol y con el orgullo para los argentinos de que están Kempes, Maradona y Messi (¡qué pedazo de delantera!) y hay una clara referencia a los hinchas como reconocimiento.