Educación sexual, pero con enfoque moralista
La ley nacional que obliga a incluir el tema en las escuelas sugiere abordarlo con una visión integral. En Córdoba, hay limitaciones. Los prejuicios y el temor a la reacción de las familias obstaculizan la implementación. Pero, a la vez, se involucran má
Cada vez más escuelas incluyen la educación sexual en las aulas, pero el enfoque sigue siendo más “moralista” que integral y persisten dificultades para su implementación, vinculadas a los prejuicios y al temor a la reacción de las familias.
Los datos surgen del relevamiento 2016/2017, publicados en el documento Estado de la implementación de la educación sexual integral (ESI) en instituciones educativas de Córdoba, realizado por el Ministerio de Educación de la Provincia.
Del trabajo participaron 2.600 escuelas, públicas y privadas, de nivel inicial, primario, secundario y superior. Es decir, el 56 por ciento del total de centros educativos de la provincia.
La información revela que, a 12 años de sancionada la ley 26.150 de Educación Sexual Integral (2006), el 85 por ciento de las instituciones de todos los niveles realiza acciones y actividades relacionadas con la temática. Más de la mitad de las escuelas lo hace de manera sistemática y el resto, esporádica. Pero todavía hay obstáculos para su plena implementación.
Esta radiografía de la aplicación de la ESI, más el debate que desató la legalización del aborto (que incluyó los déficits de información en diversos sectores de la sociedad), obligó a la Provincia a impulsar una especie de refundación de la educación sexual y a preguntarse por qué el tema aún no está instalado por completo en las escuelas.
El secundario es el que presenta más dificultades; en especial, con el compromiso de los docentes. Sin embargo, hay deudas en todo el sisción tema educativo ya que persiste un enfoque moralista, por encima del integral, con diferencias notorias entre escuelas de gestión estatal y privadas.
En el secundario
Según el informe oficial, el 85% de las escuelas secundarias aborda la ESI, mientras que sólo el 30% lo hacía antes de sancionarse la ley. En la actualidad, el 59% trabaja el tema de manera planificada y sostenida, frente al ocho por ciento que lo hacía antes de 2006.
En contraposición a lo que ocurre en el nivel inicial y primario, en la secundaria es alto el porcentaje de profesores que no participan en acciones vinculadas a educación sexual. Sólo dos de cada 10 (21%) escuelas tiene a su plantel docente completo involucrado en la temática. Estos casos ocurren en escuelas en las que la gestión directiva se compromete de manera particular con su implementa- e, incluso, figura en el proyecto institucional.
El bajo porcentaje de profesores involucrados estaría vinculado a características propias del nivel: muchos docentes, escasa articulación, falta de espacio y tiempo para trabajar en conjunto y fragmentación del conocimiento en asignaturas diversas.
Aquellos que se interesan de manera activa indican que lo hacen por demanda de la institución y de los propios alumnos. También, y en este orden, por iniciativa personal, por la capacitación recibida, por solicitud de los supervisores y por la demanda de las familias.
Los enfoques relacionados con valores religiosos o espirituales predominan en colegios privados (63%) y caen en los estatales (37%). La abstinencia y fidelidad también son tópicos que se abordan con más fuerza en las instituciones aranceladas, la mayoría de ellas confesionales.
El 42% de las escuelas, en general, utilizan un enfoque moralista (religioso-espiritual), mientras que el 40%, uno integral –recomendado por la ley nacional–, que incluye aspectos vinculados con el cuidado de la salud y el cuerpo, la diversidad sexual, la perspectiva de género, derechos y afectividad. El 15%, en tanto, sigue reduciendo el tema a aspectos biológicos.
En las escuelas estatales, un
30% utiliza un enfoque basado en la biología (16% en las privadas), mientras que el 58% de las privadas sostiene un enfoque moralista
(21% en las estatales). El relevamiento muestra, además, que el principal obstáculo para la implementación son los prejuicios en relación al tema
(58%) y el temor a la reacción de las familias (37%).
En relación con las trabas institucionales, la mayoría de los consultados acuerda que la principal es la falta de tiempo para la planificación colectiva (78%).
En el nivel inicial
El 87% de los jardines de infantes realiza acciones de educación sexual integral y casi todos los docentes están involucrados por interés personal (21%), solicitud institucional (70%), porque recibió capacitación (69%), por necesidad de los alumnos (49%), por pedido de supervisión (41%) o por necesidad de las familias (38%).
Se abordan temas relacionados al cuidado del cuerpo y la salud, a la expresión de emociones, a los vínculos saludables, a la violencia de género, al maltrato y abuso sexual, a la sexualidad y amor y a valores espirituales y religiosos.
Los enfoques integral (43%) y moralista (42%) son los predominantes, aunque varían de manera notable según se trate de escuelas de gestión estatal o privada. En las estatales, el 34% lo aborda desde un punto de vista moralista mientras que en las privadas ocho de cada 10 (78%) utilizan una visión basada en espiritual y religioso.
En las estatales, el 49% utiliza un enfoque integral y el 10%, basado en lo biológico. En las privadas, en tanto, sólo 18% integral y tres por ciento, con foco en la biología.
Los obstáculos para la implementación son: temor a la reacción de las familias, prejuicios, miedo a la vulneración de derechos y objeciones por creencias religiosas. El 59% plantea falta de tiempo para la planificación.
En el primario
El 90% de las instituciones primarias realiza algunas acciones de ESE. La mayoría (57%) de manera sistemática. El 63% de las escuelas lo hace en espacios curriculares, el
14% en espacios específicos, y el 23 por ciento en ambos.
En este nivel también predomina el enfoque moralista en el 42% de las escuelas. El 40% tiene una mirada integral y el 15%, basado en la biología. En las escuelas estatales, el 36% plantea un enfoque moralista y lo mismo hace el 79% de las privadas. El integral se da en el 44% de las estatales y sólo en el
14% de las que cobran un arancel. La violencia de género se aborda en el 79% de las escuelas estatales (y en el 61% de la privadas); la diversidad sexual, en el 69% de las estatales y el 50% de las privadas; la prevención de infecciones de transmisión sexual, en el 57% de las estatales y el 31% de las privadas; prevención de embarazo: 53% estatales y 30, en privadas; derechos sexuales y reproductivos:
61% en estatales y 42% en privadas; maltrato y abuso sexual: 72% estatales y 55% en privadas; valores religiosos y espirituales: 49% en estatales y 77%, en privadas.