Por feas, las rejas duraron dos días
to se expresó uno de los miembros del equipo que diseñó la obra construida en 2014, exponiendo su malestar. “La reja rompe la idea del proyecto con objetivos de acceder al parque por distintos lugares, conectar los museos con el Rosedal, con el Superpark. Se presentaron distintas propuestas de seguridad, e incluso, si es imprescindible que en determinada hora esté cerrado, se puede poner una reja que se esconda en el suelo, como hay en otros parques. Pero nos dijeron que era imposible por el costo”, indicó el arquitecto Alejandro Cohen.
“Pedíamos poder sentarnos en una mesa para poder aportar ideas, sin honorarios, para simplemente poder sumar a una obra tan importante como lo demuestra el hecho de estar ahora presentándose en la Bienal de Venecia. El enrejado es una acción autoritaria fundada supuestamente en la seguridad para las personas, para evitar otro accidente, cuando el proyecto original tenía propuestas para dar mayor seguridad”, agregó.
El nuevo Parque de los Museos se construye entre las calles Poeta Lugones y Deodoro Roca y tiene un presupuesto de nueve millones de pesos. Además hay otros cinco millones destinados a una intervención en el Faro, con una nueva iluminación.
En el predio se colocarán bancos prefabricados de hormigón, cestos de basura, solados cribados para remarcar las áreas de estar y de vegetación, sendas peatonales y un mural que estará realizado por artistas locales.
El viernes 29 de junio por la mañana ya estaba dispuesto un robusto enrejado que limitaba la entrada a la plaza-techo del Centro Cultural Córdoba e ingreso al Faro del Bicentenario. Apenas un espacio de entre dos y tres metros permitía el paso de los transeúntes al lugar, que se encontraba casi en su totalidad vallado.
Sin embargo, el lunes sólo quedaban en el lugar los rastros del fallido cerramiento: huellas de postes que se habían colocado y marcas de tornillos que fueron arrancados a fuerza de amoladora.
“Cerrar la plaza me resultó un agravio, porque no se respetó el proyecto que ganó el concurso; que días después lo hayan sacado me desconcertó, pese a que lo que habían puesto era un mamarracho impresentable”, expresó, notablemente molesto, Cohen.
Desde la Secretaría de Arquitectura explicaron que el viernes la empresa constructora colocó en el lugar unas rejas, según lo que estaba previsto, aunque tras ir al sitio comprobaron que no eran las que habían acordado, por lo cual las autoridades exigieron que fueran removidas.
“La empresa se hizo responsable del error. Desconocemos por qué se puso una reja que era notablemente diferente en el diseño, que no tenía nada que ver con el lugar, pero va a ser modificada por la que nosotros habíamos proyectado”, mencionaron en Arquitectura.
Además, especificaron que de los costos que implique la equivocación se hará cargo en un ciento por ciento la firma constructora.