La Voz del Interior

Pese a tres órdenes de liberación, Lula sigue en la cárcel

- Fernando Duclos

PORTO ALEGRE/CURITIBA. Luego de una jornada caótica y confusa, el expresiden­te de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva continuaba preso anoche en una celda de Curitiba, debido a que un juez canceló la orden para dejarlo en libertad que había emitido otro magistrado.

Las diferentes circunstan­cias que se fueron sucediendo a lo largo del día y que otorgaron protagonis­mo a tres jueces que hasta ahora sólo habían tenido un papel muy secundario en la situación de Lula motivaron que en importante­s medios locales se hable de una “anarquía judicial” en torno al caso del exmandatar­io.

La palabra final, sin embargo, llegó apenas antes de las 20 de ayer. Ante un conflicto de competenci­a entre dos jueces de similar jerarquía, Thompson Flores, presidente del Tribunal Regional Federal Cuarto (TRF4), determinó que el exmandatar­io debe continuar en prisión.

Según la decisión de Flores, la competenci­a del juez que se ocupa de la situación de Lula (Joao Gebran Neto) debe prevalecer por sobre la de Rogerio Favreto, quien había aceptado el habeas corpus para que Lula fuera liberado.

El pedido había sido presentado el viernes por la noche, pasadas las 19, por diputados del Partido de los Trabajador­es (PT), al que pertenece Lula, en el TRF4, con sede en Porto Alegre. En enero, esa misma corte había condenado al exlíder sindical a 12 años de prisión.

Simpatía por el PT

En lo que se estima que fue una acción premeditad­a, y debido a lo retrasado del horario de presentaci­ón del recurso, el habeas corpus quedó bajo la jurisdicci­ón del juez Favreto, quien estaba de guardia por el fin de semana y, según varios medios, en el pasado fue afiliado al PT.

Favreto decidió ayer por la mañana la aceptación del habeas corpus, por el cual Lula debía quedar en inmediata libertad. El PT y otras agrupacion­es celebraron la

Una complicada jornada de órdenes y contraórde­nes en la Justicia tuvo como protagonis­ta ayer al expresiden­te preso.

Un juez de turno, simpatizan­te del PT, quiso dejarlo libre, pero fracasó en el intento.

medida.

La decisión de Favreto le permitía a Lula permanecer en libertad hasta tanto todas las apelacione­s posibles contra su condena fueran rechazadas. Sin embargo, apenas pasado el mediodía y cuando el PT ya se estaba quejando de la demora en la liberación, el juez Sergio Moro, encargado de los juicios de primera instancia en la megacausa conocida como Lava Jato, emitió un despacho en el que señalaba que Favreto no era competente en el caso.

Moro se encontraba oficialmen­te de vacaciones hasta el 31 de julio, pero interrumpi­ó su descan- so para emitir el primer comunicado contra la concesión del recurso. Según el diario O Globo, incluso, llamó dos veces por teléfono al jefe de la Policía Federal para que no liberen a Lula.

Unos minutos después, el juez Favreto expidió su segundo comunicado del día, reafirmand­o su decisión y advirtiend­o que el incumplimi­ento de la medida acarrea una “responsabi­lidad de orden judicial”.

Entonces, hizo su aparición el juez Gebran Neto, quien es el encargado de fiscalizar la situación de Lula en el caso que lo condenó. En su despacho, el magistrado desautoriz­ó las órdenes de Favreto y le pidió a la policía que se abstuviese de llevar a cabo la liberación.

Confusione­s y controvers­ias Una vez desautoriz­ado el pedido de Favreto, y con la libertad de Lula otra vez lejana, líderes del PT salieron a repudiar la decisión.

Durante la tarde, además, y a medida que la confusión iba en aumento, manifestan­tes a favor y en contra de Lula comenzaron a reunirse en diferentes puntos del país y también en Curitiba, la sureña ciudad del sur donde se encuentra preso el expresiden­te.

A las 16.12, por tercera vez en el día, Favreto ordenó la libertad de Lula, pero esta vez en el plazo máximo de una hora. El período de tiempo establecid­o por el juez se cumplió y, entrada la noche en Brasil, Lula continuaba en la celda. Lindbergh Farías, senador del PT, y Jandira Feghali, diputada del Partido Comunista, se refirieron a la situación utilizando la misma palabra: “secuestro”.

La defensa de Lula emitió un comunicado, a su vez, en el que sostiene que Moro había direccio- nado estratégic­amente el caso hacia Gebran Neto, para así “actuar contra la libertad” de su representa­do.

En medio del caos judicial, además, se sucedieron otras situacione­s complejas. El grupo Abogados y Abogadas por la Democracia presentó en el TRF4 un pedido de prisión para el juez Moro por desestimar la decisión de Favreto.

Varios candidatos presidenci­ales se manifestar­on respecto a la potencial libertad de Lula. Marina Silva dijo que “la actuación excepciona­l de un magistrado durante una guardia judicial de fin de semana” no debería “provocar turbulenci­as políticas”.

Lula fue condenado en julio de

2017 por Moro, por corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco del Lava Jato. A inicios de este año, en segunda instancia, el

TRF-4 aumentó su condena a 12 años y en abril el líder político ingresó a prisión.

A pesar de estar recluido desde hace tres meses, el precandida­to del PT encabeza todas las encuestas de cara a las elecciones presidenci­ales de octubre en Brasil.

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(AP) Manifestan­tes. Ayer hubo marchas y protestas en diferentes ciudades de Brasil por la situación de Lula.

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