Pese a tres órdenes de liberación, Lula sigue en la cárcel
PORTO ALEGRE/CURITIBA. Luego de una jornada caótica y confusa, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva continuaba preso anoche en una celda de Curitiba, debido a que un juez canceló la orden para dejarlo en libertad que había emitido otro magistrado.
Las diferentes circunstancias que se fueron sucediendo a lo largo del día y que otorgaron protagonismo a tres jueces que hasta ahora sólo habían tenido un papel muy secundario en la situación de Lula motivaron que en importantes medios locales se hable de una “anarquía judicial” en torno al caso del exmandatario.
La palabra final, sin embargo, llegó apenas antes de las 20 de ayer. Ante un conflicto de competencia entre dos jueces de similar jerarquía, Thompson Flores, presidente del Tribunal Regional Federal Cuarto (TRF4), determinó que el exmandatario debe continuar en prisión.
Según la decisión de Flores, la competencia del juez que se ocupa de la situación de Lula (Joao Gebran Neto) debe prevalecer por sobre la de Rogerio Favreto, quien había aceptado el habeas corpus para que Lula fuera liberado.
El pedido había sido presentado el viernes por la noche, pasadas las 19, por diputados del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Lula, en el TRF4, con sede en Porto Alegre. En enero, esa misma corte había condenado al exlíder sindical a 12 años de prisión.
Simpatía por el PT
En lo que se estima que fue una acción premeditada, y debido a lo retrasado del horario de presentación del recurso, el habeas corpus quedó bajo la jurisdicción del juez Favreto, quien estaba de guardia por el fin de semana y, según varios medios, en el pasado fue afiliado al PT.
Favreto decidió ayer por la mañana la aceptación del habeas corpus, por el cual Lula debía quedar en inmediata libertad. El PT y otras agrupaciones celebraron la
Una complicada jornada de órdenes y contraórdenes en la Justicia tuvo como protagonista ayer al expresidente preso.
Un juez de turno, simpatizante del PT, quiso dejarlo libre, pero fracasó en el intento.
medida.
La decisión de Favreto le permitía a Lula permanecer en libertad hasta tanto todas las apelaciones posibles contra su condena fueran rechazadas. Sin embargo, apenas pasado el mediodía y cuando el PT ya se estaba quejando de la demora en la liberación, el juez Sergio Moro, encargado de los juicios de primera instancia en la megacausa conocida como Lava Jato, emitió un despacho en el que señalaba que Favreto no era competente en el caso.
Moro se encontraba oficialmente de vacaciones hasta el 31 de julio, pero interrumpió su descan- so para emitir el primer comunicado contra la concesión del recurso. Según el diario O Globo, incluso, llamó dos veces por teléfono al jefe de la Policía Federal para que no liberen a Lula.
Unos minutos después, el juez Favreto expidió su segundo comunicado del día, reafirmando su decisión y advirtiendo que el incumplimiento de la medida acarrea una “responsabilidad de orden judicial”.
Entonces, hizo su aparición el juez Gebran Neto, quien es el encargado de fiscalizar la situación de Lula en el caso que lo condenó. En su despacho, el magistrado desautorizó las órdenes de Favreto y le pidió a la policía que se abstuviese de llevar a cabo la liberación.
Confusiones y controversias Una vez desautorizado el pedido de Favreto, y con la libertad de Lula otra vez lejana, líderes del PT salieron a repudiar la decisión.
Durante la tarde, además, y a medida que la confusión iba en aumento, manifestantes a favor y en contra de Lula comenzaron a reunirse en diferentes puntos del país y también en Curitiba, la sureña ciudad del sur donde se encuentra preso el expresidente.
A las 16.12, por tercera vez en el día, Favreto ordenó la libertad de Lula, pero esta vez en el plazo máximo de una hora. El período de tiempo establecido por el juez se cumplió y, entrada la noche en Brasil, Lula continuaba en la celda. Lindbergh Farías, senador del PT, y Jandira Feghali, diputada del Partido Comunista, se refirieron a la situación utilizando la misma palabra: “secuestro”.
La defensa de Lula emitió un comunicado, a su vez, en el que sostiene que Moro había direccio- nado estratégicamente el caso hacia Gebran Neto, para así “actuar contra la libertad” de su representado.
En medio del caos judicial, además, se sucedieron otras situaciones complejas. El grupo Abogados y Abogadas por la Democracia presentó en el TRF4 un pedido de prisión para el juez Moro por desestimar la decisión de Favreto.
Varios candidatos presidenciales se manifestaron respecto a la potencial libertad de Lula. Marina Silva dijo que “la actuación excepcional de un magistrado durante una guardia judicial de fin de semana” no debería “provocar turbulencias políticas”.
Lula fue condenado en julio de
2017 por Moro, por corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco del Lava Jato. A inicios de este año, en segunda instancia, el
TRF-4 aumentó su condena a 12 años y en abril el líder político ingresó a prisión.
A pesar de estar recluido desde hace tres meses, el precandidato del PT encabeza todas las encuestas de cara a las elecciones presidenciales de octubre en Brasil.