Nahir Galarza
Aldo Alí
En relación con la sentencia dispuesta para Nahir Galarza, existen personas que defienden su inocencia y libertad manifestándose en contra del patriarcado, del machismo, del hombre no cual humano sino por opuesto a la mujer.
Endebles fundamentos y triste realidad la que en su esencia no se sustenta en una razonable postura feminista, sino fundamentalista, extrema en su arbitrariedad.
Como abogado, lamento que se le adjudique el 100 por ciento de responsabilidad en el hecho , pues considero que fue el brazo ejecutor de un grupo de personas y circuns- tancias que derivaron en la muerte de un inocente joven.
No ha de haber sido solo suya la decisión de matar, ni mucho menos propia la de mentir en el juicio disfrazando lo evidente.
En cuanto a la primera cuestión, ¿por qué sólo a ella juzgan? ¿Cómo es que las causales que derivaron en el evento convergen en una sola persona de tan solo 19 años? Una criatura, una adolescente sin personalidad propia ni definida.
¿Qué papel jugaron sus padres, familiares, amigas, amigos? ¿Quiénes, ya por considerar “correcto” o al menos “aceptable” asesinar, ya por alimentar la idea de hacerlo, influyeron en su inmadurez e inconsciencia?
¿Qué responsabilidad le cabe al abogado o asesores que la aconsejaron, impidiendo que espontáneamente ejerza el pertinente descargo o defensa, siquiera con paupérrimos argumentos, pero en su favor, veraces?
El entorno de la ajusticiada no tuvo nada que ver. ¡Increíble! Sus circunstancias de vida y ejemplos promotores del desenlace fatal, tampoco. El arma homicida que facilitó la tragedia ¿Por qué estaba a su disposición? ¿A quién le cabe esa “culpa”?
Hay al menos dos víctimas en este caso, una sola persona condenada e incontables coautores o, al menos, cómplices o instigadores directa e indirectamente de un mismo hecho.