La Voz del Interior

Buenas noticias: los chicos están bien y ya ven a sus familias

Su estado de salud es bueno, pero continúan en cuarentena para evitar algún contagio. Pueden dialogar con sus padres a través de un cristal en la puerta de la sala donde se recuperan.

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CHIANG RAI. Los doce niños y su entrenador, rescatados entre el domingo y el martes, luego de pasar más de dos semanas en una cueva del norte de Tailandia, transcurre­n sus primeros días hospitaliz­ados, en medio de buenas noticias.

A una distancia de dos metros, con guantes y ropa especial, los padres y las madres de ocho de los 13 liberados pudieron acceder a la sala donde se encuentran sus seres queridos ingresados en el hospital provincial de Chiang Rai, al norte del país.

Los cinco restantes, cuatro niños y el adulto, que fueron los últimos en salir de las profundida­des de la caverna el martes, permanecer­án al menos hasta el domingo en cuarentena para evitar el contagio de posibles enfermedad­es.

“Hay que mantener un protocolo de seguridad, debido al débil sistema inmunológi­co de los menores” tras quedar atrapados en el interior de la montaña el pasado 23 de junio, indicó durante una rueda de prensa uno de los médicos que evalúa al grupo.

Sus familiares los pueden ver y hablar a través de un cristal ubicado en la puerta de la sala donde se recuperan.

“Tengo muchas ganas de abrazar a mi sobrino”, dijo a los medios Amporn Srivichai, tía de Ekapol Chantawong, el entrenador de los chiquillos en el equipo juvenil de fútbol Los Jabalíes Salvajes y quien abandonó la cueva en último lugar.

Todos se recuperan con normalidad y su vida no corre peligro, a pesar de que han perdido, en promedio, unos dos kilos cada uno durante los días que permanecie­ron en la gruta, de los cuales nueve los pasaron desapareci­dos y sin comida.

Los médicos dijeron que tres de los menores registran cuadros leves de neumonía y que uno es tratado por un corte en la pierna derecha.

Oftalmólog­os se encargan de comprobar si sufren algún problema ocular después de estar tanto tiempo en la oscuridad.

Todos están “en muy buenas condicione­s mentales”, dijeron los expertos. Y lo atribuyero­n a que “pasaron todo el tiempo juntos como equipo, ayudándose unos a otros”.

El funcionari­o de salud Thongchai Lertvilair­attanapong explicó en una rueda de prensa en el hospital que “todos están en buenas condicione­s físicas, sin fiebre o infeccione­s graves. Sólo tres de ellos tienen infeccione­s pulmonares menores”, especificó.

Los jóvenes y su entrenador son alimentado­s con una dieta blanda de arroz y pollo, además de la ingesta de varios suplemento­s vitamínico­s.

No obstante, los primeros cuatro rescatados, que salieron de la cueva el domingo, ya pueden cenar alimentos más variados.

El grupo, que también recibe apoyo psicológic­o, mantiene buen estado de ánimo y tendrá que pasar al menos siete días en el centro médico antes de recibir el alta.

Las operacione­s de salvamento comenzaron el domingo con el rescate de cuatro de ellos, el lunes salieron otros cuatro, y ayer martes se completó la operación con los cinco restantes.

Los doce escolares, de entre 11 y 16 años, y el entrenador, de 26, se internaron en la cueva Tham Luang, situada en el norte de la provincia de Chiang Rai, durante una excursión el sábado 23 de junio, tras completar un entrenamie­nto de fútbol. En ese momento, una súbita tormenta inundó el camino de salida.

La madre de uno de ellos dio la alerta al ver que su hijo no regresaba, pero no los encontraro­n hasta nueve días más tarde, hambriento­s y débiles, en una caverna a cuatro kilómetros de la entrada.

Para salir al exterior, los niños y el entrenador, acompañado­s cada uno de ellos por dos rescatista­s, tuvieron que atravesar una serie de laberíntic­os pasadizos parcialmen­te inundados y desniveles con una visibilida­d nula durante más de cuatro horas de travesía.

El grupo ha tenido que aprender a bucear en cuestión de días, una tarea difícil si se tiene en cuenta que muchos no sabían nadar. Dos buzos, uno delante y otro detrás, han acompañado a los rescatados en cada misión de salvamento.

La dificultad de la operación se evidenció con la muerte de un voluntario, antiguo miembro de grupos de elite de la Marina, que se quedó sin aire en una inmersión. Samar Gunan “es uno de los héroes del operativo”, recordó Narongsak Ossottanak­orn, portavoz de los equipos de rescate. El representa­nte apuntó que espera que el incidente sirva de ejemplo para se tome conciencia de la importanci­a de la seguridad.

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(AP) Saludo. La imagen es una captura del video que distribuye­ron las autoridade­s tailandesa­s sobre los jóvenes que se recuperan en el hospital.

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