Las estadísticas, una fuente de controversias
La marcada devaluación del peso promete cambiar el mercado del turismo argentino. Por ahora, es más una promesa que una evidencia que se perciba con claridad, porque el fenómeno recién empieza. Además, su duración es una incógnita ante una economía tan variante.
Con el dólar un 50 por ciento más caro que el año pasado, menos argentinos saldrán a vacacionar al exterior. A la vez, esa relación cambiaria hará que más extranjeros se vean tentados de viajar a Argentina.
Para la economía doméstica, al menos esa no es una mala noticia: desde hace años, la balanza turística genera un enorme déficit porque los argentinos que se van representan el doble de los extranjeros que vienen. Pasado a números: en 2017, por ejemplo, salieron 12 millones de argentinos al exterior, mientras entraron 6,1 millones de extranjeros.
Ese “dos por uno” generó para el país, en sólo un año, una balanza turística deficitaria de unos 5.500 millones de dólares.
En cinco meses de 2018, la ecuación no varió: sólo vía aérea ingresaron 1.094.400 extranjeros a Argentina, pero se fueron 2.219.600 argentinos al exterior.
La impresión es que desde junio o julio variaría ese escenario. Desde la Asociación Argentina de Operadores de Viajes y Turismo (Aaovyt) se apunta que se empezó a percibir un mayor nivel de consulta de turismo receptivo, sobre todo desde países limítrofes, mientras que está mermando la compra de paquetes de argentinos para viajar al exterior. En algunos meses, se verá con mayor certeza cómo queda el cuadro.
¿Y Córdoba?
Con el dólar revaluado, Argentina será algo más barata para los turistas extranjeros. Córdoba puede captar algo de ese incremento, aunque nunca la porción mayor. De todos modos, en lo que va de
2018 –previo a la devaluación– se venía percibiendo un leve incremento de visitantes del exterior a esta provincia.
Un informe publicado por este diario en abril pasado dio cuenta de que Córdoba tuvo, durante 2017, apenas el
1,8 por ciento de las pernoctaciones de extranjeros en el país, según datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Ese promedio anual registra una tenue mejora en lo que va de 2018: el mismo relevamiento muestra que Córdoba subió su participación. En enero, por ejemplo, pasó del 1,4 al 2,2 por ciento del total de turistas extranjeros, y en abril subió del 2 al 2,8 por ciento de un año al otro.
En la Agencia Córdoba Turismo, la primera lectura es que ese crecimiento tendría relación con la mayor conectividad aérea que ha tenido esta provincia.
Esa impresión se corrobora con datos: según la Encuesta de Turismo Internacional, que realiza el Indec, mientras que a nivel nacional Según las encuestas del Indec, el país que más turistas extranjeros aporta a Argentina es Brasil. Un relevamiento de los ingresos vía área marca que desde Brasil provino el 27,6 por ciento de los ingresados en mayo pasado. Le sigue Chile, con el 10,9. Si se mide Europa como un solo origen (no por país), representa el 19,4 por ciento. Estados Unidos y Canadá juntas aportan otro 11. Una aclaración clave: si se suman los ingresos vía terrestre, sin estadísticas, las proporciones cambiarían, el ingreso desde los países vecinos aumentaría. el ingreso de extranjeros por aeropuertos creció un 5,8 por ciento en los primeros cinco meses de 2018 comparado con el mismo período del año anterior, en el caso del aeropuerto Córdoba esa suba fue del 28 por ciento.
De todos modos, con aumento incluido, la participación de Córdoba en la torta nacional del turismo extranjero es baja. Históricamente fue así.
De los turistas del exterior que entraron vía área, el aeropuerto de Córdoba recibió al tres por ciento del total nacional, en los primeros cinco meses de 2018. En ese punto, los aeropuertos de Buenos Aires se llevan el 90,7 por ciento de los arribos.
En cambio, si se miden los argentinos que salen al exterior, la
Las estadísticas sobre movimiento turístico siempre generan polémicas. No es sencillo medir el nivel efectivo de ocupación de una ciudad o provincia, o calcular el gasto por turista. Los criterios aplicados siempre abren dudas. Ocurre, también, con las mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Desde la Agencia Córdoba Turismo admiten que todos los números despiertan dudas y discusiones, y sugieren la necesidad de replantear los criterios de medición participación del aeropuerto Córdoba sube al 9,1 por ciento.
Paradojas
En cuanto a ocupación hotelera, la encuesta que el Indec hace sobre 49 ciudades de siete regiones del país, muestra que la ciudad de Buenos Aires sigue siendo por lejos el destino número uno de los extranjeros: allí se hospedó el 60 por ciento de ellos en abril y el 47 por ciento en enero de este año.
El segundo destino es la Patagonia (con cinco provincias), que tuvo el 14 por ciento en abril y el 31 por ciento en enero de las pernoctaciones de extranjeros en el país. Más atrás se escalonan el Litoral, Cuyo y el Norte. Los últimos en turismo extranjero son Córdoba y la provincia de Buenos Aires.
Una paradoja salta evidente: los dos destinos que en verano, por lejos, encabezan las preferencias de los turistas nacionales (la costa bonaerense y las sierras cordobesas) quedan al final de la lista en convocatoria de extranjeros en el promedio anual.
Córdoba, por ejemplo, concentró en enero pasado el 19,5 por ciento y en abril al 15,8 por ciento del total de pernoctaciones de turistas argentinos en destinos nacionales. en el país. “Hay que empezar por unificar criterios de todas las provincias respecto de qué y cómo se mide. Si no, cada una releva distinto y eso no da confiabilidad”, admite Julio Bañuelos, a cargo de esa repartición provincial.
Para muestra, un botón: según la Agencia Córdoba Turismo, esta provincia tiene hoy unas 145 mil camas disponibles en hoteles, cabañas y colonias sindicales. Pero para el Ministerio de Turismo nacional, ese número no llega a las 90 mil plazas.
El impacto real del dólar alto en el mercado turístico argentino está aún por verse. Ya se perciben señales, como la merma de viajeros argentinos al exterior. Lo notan, por ejemplo, los centros de compras chilenos. También, en la contrapartida de un ingreso algo mayor de extranjeros (sobre todo de países vecinos).
No es un fenómeno aún medible en estas vacaciones de invierno en Córdoba, por no ser esta provincia un destino de temporada alta en julio y porque, además, no está en el radar de la mayoría de los turistas extranjeros.
Pero Córdoba tendrá algún impacto si estas condiciones se sostienen. En verano, cuando esta provincia se hace fuerte, se notará más.
Algunos interrogantes asoman sobre ese escenario. La devaluación hará que los argentinos con mayor poder de gasto se queden en el país: el mercado nacional gana ahí. Pero esa misma devaluación empobrece a los sectores medios y bajos, que tendrán menos capacidad de gasto: el mercado nacional pierde ahí.
Córdoba mira de reojo ese cuadro, por ser un destino predominantemente de clases medias y nacionales.
La esperanza en pie es que se conjugue una relación cambiaria que no favorezca emigrar y que, a la vez, la incertidumbre económica para los sectores medios nacionales se desvanezca y puedan sostener su habitual gasto en servicios turísticos.
Otra duda que sigue abierta en el ambiente turístico cordobés: si crece la demanda de los sectores altos, ¿tiene Córdoba oferta suficiente?
Esta provincia se preparó, o se acomodó, al turismo mayoritario que recibe. Desde hace años, las plazas más categorizadas son las primeras que se completan pero, a la vez, representan una franca minoría del total.
Unpuntoquedaafavorynoes económico: el cambio cultural. El turismo se ha transformado en un objeto más de consumo: a diferencia de décadas atrás, más gente está dispuesta a resignar otros gastos de su presupuesto, pero no las vacaciones.
Un combo perfecto sería ese hábito, pero con más plata en los bolsillos.