Una jugada a dos bandas del gobernador
Julián Cañas
El Gobierno provincial enfrenta dos problemas: las dificultades financieras de varios municipios del interior y las demandas judiciales de algunos intendentes opositores. El gobernador Juan Schiaretti pergeñó una jugada a dos bandas para tratar de encontrar una solución a través de un nuevo pacto fiscal.
La caída de la recaudación genera sobresaltos en las administraciones de los intendentes.
Schiaretti dice que tiene el financiamiento asegurado para su ambicioso plan de obras. Pero, la situación de los municipios es una preocupación en aumento.
El gobernador espera arrancar la campaña por su reelección a principios de 2019 inaugurando las obras. El plan de mostrarse cortando cintas sería inviable en un contexto de municipios fundidos. El auxilio financiero de la Provincia trata de que se evite llegar a esa situación.
El otro nubarrón amenazante para el Centro Cívico son los juicios que intendentes opositores presentaron por el reparto de la coparticipación.
Las demandas las firmaron el radical Ramón Mestre (Capital) y el macrista Oscar Tamis (Oliva).
Ambos aseguran que representan en lo político a todos los intendentes de Cambiemos. Pero, para la Justicia, técnicamente, se trata sólo de dos demandas.
Tamis es un dirigente del PRO que responde al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con el cual Schiaretti tendrá una negociación por el Presupuesto nacional. No extrañaría que en esa conversación también ingrese el conflicto planteado en Córdoba.
Más allá de la inquietud por la realidad de los municipios, el nuevo pacto fiscal que propone Schiaretti tiene un objetivo político: aislar a Mestre.
Los intendentes tienen la necesidad de mejorar sus gestiones si quieren aspirar a ir por sus reelecciones. Y para eso necesitan fondos. Allí está el anzuelo del Gobierno provincial.
En la otra vereda, Mestre no parece preocupado. Cree que puede aprovechar la situación para quedar plantado como el principal opositor a Schiaretti.