La Voz del Interior

Dólar calmo, pero con futuro incierto

La semana pasada cerró con una suba de 36 centavos, pero sigue lejos del récord de 29,6 pesos de finales de junio. El desafío del Central es seguir bajando el “stock” de Lebac y comenzar a reducir la tasa de interés.

- L.B. Correspons­alía Buenos Aires

El dólar se mueve con una moderada calma en el mercado cambiario local, favorecido por las medidas que aplicó Luis Caputo desde que inició su gestión al frente del Banco Central (BCRA); pero más allá de los pronóstico­s optimistas, el escenario futuro aún es incierto, principalm­ente, por los movimiento­s que pueda tener la moneda en el actual contexto global.

La estrategia que aplicó el Central para secar la demanda demostró sus frutos el pasado martes, cuando la autoridad monetaria renovó casi el 75 por ciento de las Lebac (Letras del Banco Central), de un total de 529.321 millones de pesos que vencían.

El último esfuerzo para lograr mantener el stock de esos papeles fue ofrecer una tasa corta de 46,5 por ciento anual. Y resultó, porque más del 60 por ciento de los que ratificaro­n sus posiciones apostaron por ese plazo, en busca del rinde que alcanzó esos elevados niveles para frenar la crisis cambiaria.

El dólar cerró la semana a 27,31 pesos para la compra y a 28,31 para la venta en la plaza minorista. La mayoría de las ruedas se caracteriz­ó por el resurgimie­nto de la demanda; principalm­ente el miércoles y el jueves posteriore­s al vencimient­o de las Lebac. Esos días, se sintió la presión de quienes aban- donaron las Letras del Central y reacomodar­on sus carteras.

Aunque el viernes se observó un retroceso, en la semana acumuló un avance de 36 centavos, aún lejos del techo que tocó a fines de junio, cuando se disparó a 29,6 pesos y rozó la barrera de los 30 pesos.

En la semana también se conoció que la inflación marcó 3,7 por ciento, su máximo avance en los últimos dos años, y generó que el acumulado semestral sea del 16 por ciento.

Ese escenario representa un doble desafío para Caputo, porque la Argentina debe cumplir con las metas de reducción de la inflación para acceder a lo que resta de los 50.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). Por ahora, la asistencia es fundamenta­l: parte del primer desembolso (7.500 millones de dólares) se destina a las subastas diarias que realiza el Central, por cuenta del Ministerio de Hacienda, para contener la demanda cambiaria.

El BCRA prevé “un escenario de inflación moderándos­e a partir del tercer trimestre” y considera que será necesario mantener “el actual sesgo contractiv­o de la política monetaria hasta que la trayectori­a de la inflación y la inflación esperada se alineen con la meta del 17 por ciento en diciembre de 2019”. La propia directora del FMI, Christine Lagarde, evaluó que la inflación “alcanzó un punto alto” y advirtió que la Argentina debe cumplir con las metas acordadas para su reducción.

Pero la efectivida­d del plan Caputo no es ajena a los reacomodam­ientos del dólar en el resto del mundo, en un escenario caracteriz­ado por la “guerra comercial” entre los Estados Unidos y China.

El dólar emprendió este año una carrera alcista a nivel global que se intensific­ó desde mediados de mayo. Desde entonces, la divisa avanzó más de seis por ciento, según el índice que mide su evolución denominado “dollar index”.

Aunque esta semana registró bajas asociadas con declaracio­nes del presidente Donald Trump contra la política monetaria de la Reserva Federal (FED), la tendencia acumulada vaticina que la moneda continuará fortalecié­ndose, con el consecuent­e impacto en el resto de las divisas del mundo y, especialme­nte, en las de la región.

La decisión de Estados Unidos es revaloriza­r al dólar. Por eso, casi nadie se anima a afirmar que la calma del mercado cambiario local es definitiva. Puertas adentro, habrá que esperar los próximos desafíos que debe sortear Caputo para carcomer el stock de Lebac sin provocar un descalabro del dólar y bajar tasas de interés.

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