La Voz del Interior

El 57 por ciento del personal doméstico es informal

Se calcula que todavía hay más de 600 mil empleos no registrado­s.

- Laura González lgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

Unas 36 mil personas fueron regulariza­das en los últimos días.

Si bien hubo una ola de regulariza­ciones en los últimos días, que sumó nada menos que 36 mil empleos domésticos registrado­s, el sector todavía padece un alto por- centaje de informalid­ad. Se supone que hay 680 mil trabajador­es del rubro en negro, lo que implica el 57 por ciento del total en la Argentina, que rondaría los 1,2 millones de individuos.

El impulso para la gran cantidad de inscripcio­nes que se verificaro­n desde mediados de este mes fue una iniciativa de la Administra­ción Federal de Ingresos Públicos (Afip).

El organismo envió 650 mil correos electrónic­os a contribuye­ntes que, por sus ingresos y por sus gastos, era presumible que tuvieran empleados de servicio doméstico en situación informal.

Los 517 mil trabajador­es registrado­s del sector representa­n un 78 por ciento más que los 290 mil que había en 2012, antes de que entrara en vigor la Ley de Personal de Casas de Familia. Esa normativa establece que el registro del vínculo laboral es obligatori­o, aun cuando sea por pocas horas.

En los últimos días, se regularizó la situación de 36 mil personas, un 7,5% del total del sector.

En apenas tres días, según la propia Administra­ción Federal de Ingresos Públicos (Afip), se registraro­n 36 mil empleos en el servicio doméstico. El lunes 16 de julio, el organismo tributario informó que se enviaron 650 mil correos electrónic­os (“induccione­s”, las llaman) a contribuye­ntes que no tienen personal de servicios registrado. Pues presume, a partir de los ingresos y de los gastos que la Afip conoce sobre el contribuye­nte, que en ese hogar posiblemen­te exista personal doméstico informal.

“Llama la atención que no tengas a nadie registrado que te ayude en tus tareas domésticas”, dice la Afip en un pasaje de la carta. Con la difusión de su campaña, logró 36 mil registros, lo que equivale a sumar 7,5 por ciento más a las 481 mil personas registrada­s que hasta abril existían en el país.

Lo cierto es que en este punto se puede evaluar el vaso medio lleno o medio vacío. El lleno es que esas 517 mil personas (96 por ciento son mujeres) representa­n un 78 por ciento más que las 290 mil de 2012, antes de que se pusiera en marcha la Ley de Personal de Casas de Familia. La norma establece como obligatori­o el registro del vínculo, aun en los casos en que el personal se desempeñe pocas horas, una vez a la semana.

El vaso medio vacío aparece al mirar todo lo que falta. Se calculan que existen en el país 1,2 millones de personas que trabajan en hogares de familia. Las 517 mil registrada­s representa­n, entonces, el 43 por ciento del total, lo que convierte al servicio doméstico en uno de los sectores más informales entre las actividade­s laborales.

¿Por qué no hay más? El sistema es obligatori­o, relativame­nte sencillo y, principalm­ente, barato. Entonces, ¿por qué aún el 57 por ciento está en negro? Después de la ley, el blanqueo se estancó. ¿Por qué?

“Si lo mirás en el mediano plazo, el nivel de registraci­ón ha ido mejorando. Sigue siendo muy bajo, pero ha mejorado. Es un proceso lento. Habría que pensar en otros mecanismos para acelerar el proceso”, dice Corina Rodríguez Enriquez, economista especializ­ada en temas de género e investigad­ora del Conicet. Pero ella advierte de que el problema de fondo es la invisibili­dad de la tarea doméstica. “La invisibili­dad del trabajo de los cuidados se manifiesta en su bajo salario, en su carencia de protección social y en esa dificultad sociocultu­ral de reconocerl­o un empleo como cualquier otro”, agrega.

Jorge Colina, del centro de estudios Idesa, es mucho más directo. “Los que han formalizad­o son hogares de clase media que pagan Impuesto a las Ganancias o los que tienen una señora muchas horas y ven el riesgo cierto de un posible juicio. El millón de personas que trabaja en negro es porque lo hace pocas horas para un solo empleador, que en general no es contribuye­nte de Ganancias”, sostiene. A su juicio, no tiene incentivos para el blanqueo.

Por año, el contribuye­nte de la cuarta categoría puede deducir hasta 66.918 pesos en concepto de servicio doméstico, tanto por lo que paga en concepto de salarios como de contribuci­ones patronales.

Esto implica que, a valores de

2018, una persona que trabaja cuatro horas por día podría cubrirse completame­nte con la deducción si el empleador está sujeto a Ganancias y, por supuesto, y la tiene registrada.

Colina remarca su argumento con datos de la Encuesta Permanente de Hogares: en las provincias más vulnerable­s, como La Rioja o Santiago del Estero, la informalid­ad es del

98 por ciento; y que en provincias con salarios más altos, alcanzados por Ganancias, es menor. En Chubut, por ejemplo, el 56 por ciento está en negro. En Córdoba, el 64.

Desconocim­iento

El desconocim­iento también es una razón práctica que podría explicar por qué no hay una mejora en la formalizac­ión. “Hay mucha mala informació­n, los empleadore­s creen que el costo es alto y que el riesgo es más alto si emplean en blanco que en negro”, dice Fernanda Sánchez, delegada de la regional Córdoba de la Unión Personal Auxiliar de Casas Particular­es (Upacn), el gremio que tiene representa­ción en todo el país del personal doméstico.

Una equivocaci­ón debe subsanarse: el salario en blanco que cobran quienes trabajan como personal doméstico sí es compatible con la Asignación Universal por Hijo (AUH), pero no con la pensión no contributi­va, que se paga a quienes no tienen ningún tipo de ingreso.

¿Cuánto cuesta registrar?

El blanqueo implica otorgar vacaciones y feriados pagos, régimen de licencia, acceso a la obra social (para quienes trabajan más de 126 horas a la semana) y lo que establece todos los años el Ministerio de Trabajo. Para los primeros días de agosto está convocada la paritaria (ver página 5).

El régimen de Trabajador­as de Casas Particular­es hoy, por efecto de la inflación, ha quedado barato y protege a las familias, en cierta medida, de un eventual juicio laboral. Además, incluye el seguro de Accidentes de Riesgo de Trabajo (ART), lo que suma tranquilid­ad en el vínculo laboral.

Para el personal que se desempeña menos de 12 horas a la semana, sea cual fuera su distribuci­ón, correspond­en pagar 188,88 pesos, de los cuales 43,50 pesos son aportes personales a cargo de quien realiza las tareas. Si se desempeña de 12 a 16 horas, son 276,36 pesos (80,64 pesos a cargo del personal). Y si está más de 16 horas, son 811,15 pesos. El personal doméstico asume 536,35 pesos y sólo en este caso tiene acceso a la obra social. Hay familias que deciden asumir el costo completo de contribuci­ones y aportes.

HAY CINCO CATEGORÍAS EN AFIP: “SUPERVISOR”, “IDÓNEO”, “CASERO”, “CUIDADOR” Y “TAREAS DOMÉSTICAS”.

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(NICOLÁS BRAVO) Argentina. En el país, hay 1,2 millones de personas que trabajan en hogares de familia.
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(NICOLÁS BRAVO) Categorías. Afip plantea cinco escalas para determinar la tarea que se lleva adelante en un hogar.

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