La Voz del Interior

La suba de precios cambia los hábitos alimentari­os en los barrios

Según un relevamien­to del Centro de Almacenero­s, cayó el consumo de leche, carne y verduras en las áreas de 8 de 11 CPC. Está en alza la venta de pan, fideos y papas. El trabajo abarca a 700 almacenes y 900 hogares.

- Diego Marconetti dmarconett­i@lavozdelin­terior.com.ar

Nora vive en barrio Coronel Olmedo, en el extremo sudoeste de la ciudad de Córdoba. Llega al almacén de Darío, saca un bollito de billetes y pide 30 pesos de criollos, 20 pesos de pan y un paquete de yerba de las más económicas, que cuesta 35 pesos el medio kilo.

“Compro por día. Ya ni voy al súper. Comemos para lo que alcanza, carne ya muy poco, seguimos con el pollo, que mucho no aumentó”, dice la mujer.

El almacén de Darío está en la avenida Ildelfonso de Muñecas, una de las principale­s de esa barriada. Los clientes de la mañana del jueves pasado no varían demasiado en lo que compran: pan, fideos y yerba. “Lo que es panificaci­ón más elaborada ni se mueve”, comenta el almacenero.

En la otra cuadra está la carnicería de Juan. “Acá, el asado sale sólo los fines de semana”, comenta el carnicero mientras un cliente le pide 50 pesos de carne molida común. Entra una señora mayor y le pide alitas de pollo. “Es lo que más se vende”, cuenta Lorena, la esposa de Juan.

La gente va y compra lo que puede. Come para lo que le alcanza. Deja de consumir proteínas, como carnes, lácteos y verduras, los reemplaza por los “llenadores” más baratos, como los fideos y el mate cocido.

La situación de barrio Coronel Olmedo se repite en casi todos los territorio­s de los centros de participac­ión comunal de la ciudad de Córdoba, según las mediciones mensuales que realiza el Centro de Almacenero­s.

A pedido de La Voz, la entidad que agrupa a los comercios minoristas comparó los consumos entre julio de 2017 y julio de 2018, con resultados que evidencian cómo está impactando la crisis económica y la inflación en lo que comen los cordobeses.

El trabajo mensual del Centro de Almacenero­s alcanza 900 hogares encuestado­s y 700 comercios de la ciudad de Córdoba.

En los primeros seis meses del año, la evolución del costo de vida ya acumula un aumento de 15,79 por ciento. Si la medición incluye los últimos 12 meses, la magnitud del indicador trepa al 29,52 por ciento.

Esa situación se traslada al modo de consumo. Por ejemplo, en ocho de los 11 CPC se evidencia una baja en el consumo de leche fluida, y en contrapart­ida se incrementa el de mate cocido y yerba mate.

También hay disminucio­nes sensibles en otros lácteos como yogures y aflanados o quesos blandos en la misma cantidad de territorio­s.

Y cae en la misma cantidad de CPC el consumo de panificaci­ón como criollos o chipacas y el del pescado fresco.

“Primero se pasó de primeras a segundas y terceras marcas, pero eso ya quedó atrás, los clientes van y buscan hidratos de carbono”, señala Vanesa Ruiz, gerenta del Centro de Almacenero­s.

“A nuestro criterio está en riesgo la seguridad alimentari­a. Ya no hay recursos, el tema de la inflación ya no detona el bolsillo sino el estómago”, agrega Ruiz.

El relevamien­to sólo representa el fenómeno que viven los almacenes barriales. Es posible que la crisis también haya generado un corrimient­o de los clientes con mayor capacidad económica a mayoristas, y que en los almacenes se haya concentrad­o la población de menores recursos.

Caso por caso

En el CPC Centro América, que agrupa a los barrios ubicados en el nordeste capitalino, viven unas 148 mil personas, según los datos actualizad­os de la Municipali­dad. Allí se registra un descenso interanual en el consumo de quesos blandos del 8,35 por ciento, de pescado fresco del ocho por ciento, de leche fluida del 7,35 por ciento, de facturas del seis por ciento, de carne vacuna del 5,50 por ciento, frutas y verduras –excepto papas– del tres por ciento y pollo fresco

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