La Voz del Interior

La visita 13 y la foto de lo que falta

- Virginia Guevara Panorama provincial

Mauricio Macri realizará mañana su visita número 13 a Córdoba desde que es presidente, y la tercera en lo que va de este año aciago. La provincia que le ofrendó el triunfo en 2015 lo recibe con 20 puntos menos de aprobación, con unas cuentas fiscales que ya sienten la contundenc­ia del ajuste que aún no comenzó, una economía frenando de modo abrupto y un escenario helado, de expectativ­as bajo cero y temperatur­a social en alza para lo que queda del año.

Como ocurrió en sus dos visitas anteriores, Macri viene con una agenda empresaria. Participar­á de una mesa productiva del sector de maquinaria agrícola, estará en la presentaci­ón de un nuevo modelo de Nissan en la planta de Renault y luego recibirá del empresaria­do cordobés el respaldo que lo elude en otros ámbitos: la Fundación Mediterrán­ea junto a la Bolsa de Comercio, la Unión Industrial y la Cámara de Comercio Exterior propiciará­n ese espacio, tal vez uno de los pocos donde se avala sin peros el ajuste que hoy tiene Macri para ofrecer.

¿Cómo recibe la política cordobesa a este Presidente que – ya sin el atajo del segundo semestre y con un recorte presupuest­ario de 300 mil millones de pesos en puerta– se propone entusiasma­r con una segunda gestión? Su partido le ofrendó una foto que, de momento, constituye el máximo esfuerzo de articulaci­ón política que es capaz de ofrecer Cambiemos Córdoba.

Tras horas de debate, varias chicanas fotográfic­as en los días previos y sesudas discusione­s sobre día, horario y difusión de la imagen en las redes sociales, Ramón Mestre, Mario Negri, Héctor Baldassi y Luis Juez lograron ayer la demostraci­ón de que pueden ponerse de acuerdo para sacarse una foto.

Nada indica todavía que existan consensos mayores en Cambiemos Córdoba. Hasta hoy, la defensa de un proyecto común nunca fue más fuerte que las ambiciones de sus integrante­s, y detrás de las críticas a Unión por Córdoba aún no se escuchó una sola idea que permita inferir que hay un proyecto provincial en gestación, a menos de un año de las elecciones.

Ramón Mestre actúa como si ya fuese candidato a gobernador, y el Gobierno de Juan Schiaretti contribuye a su posicionam­iento: el intendente acaparó de hecho el rol del opositor que disputa el poder, y Unión por Córdoba disfruta del ruido que esa candidatur­a de hecho genera en Cambiemos.

La alternativ­a de máxima en el Centro Cívico es que Mestre no acepte otro candidato que no sea él en la lista de Cambiemos y que se corte solo con una boleta radical, en caso de no ser el elegido por la Casa Rosada. La vieja apuesta por dividir al rival es siempre la primera opción.

Pero es cada vez más notorio el hecho de que Mario Negri es el único cordobés que el Gobierno nacional sienta en las mesas de decisión. Su rol sumará importanci­a de cara a la batalla presupuest­aria que se viene en el Congreso Nacional y su intervenci­ón en política local también será mayor en las próximas semanas.

La disputa entre Mestre y Negri es intensa y lo será mucho más. Se infiere que de esa pulseada radical saldrá un candidato. Héctor Baldassi disfruta de que los radicales se disputen las fotos con él. Luis Juez pugna por no quedar fuera de encuadre. La singular estrategia de construcci­ón política de la Casa Rosada se encarga cada día de que ninguno de ellos se sienta candidato a gobernador.

Lo real es que esa indefinici­ón es lo que más inquieta a Unión por Córdoba: el Gobierno cada vez tiene que responder más críticas – lo hace de modo sistemátic­o–, pero aún no tiene un rival. Es paradójico que hasta ahora sea el Panal el único lugar donde se interpreta que Cambiemos supone un riesgo real para el objetivo de acercarse a las bodas de plata en el poder provincial.

El schiaretti­smo se prepara para una contienda total y sigue apostando al cemento. En un escenario nacional de obras públicas paralizada­s y proyectos que se caen, el plan de obras de Schiaretti es cada vez más estratégic­o: “No se para ninguna obra en marcha y comenzarán nuevos proyectos”, reiteran desde la Provincia.

Asegurar que cada inauguraci­ón llegue a tiempo exige más préstamos en dólares a mediano y largo plazo –hay emisiones de hasta 700 millones de dólares esperando que el mercado amaine– y seguir disponiend­o de recursos para hacer frente a una situación social que se proyecta riesgosa hacia fin de año es el principal desvelo de la administra­ción provincial.

No obstante, Macri encontrará mañana en Schiaretti al gobernador racional que eligió como interlocut­or privilegia­do desde el primer día de gestión. El cordobés reiterará su postura de acompañar las decisiones del semestre intenso que se viene, y hasta el aval a que las provincias asuman la mitad de esos dolores, siempre que Capital Federal y el conurbano reciban el mismo trato que todo el resto del país.

Ese entendimie­nto macro –la negociació­n partida por partida está muy lejos de encaminars­e– no impedirá que en las seis semanas venideras libren una batalla de titanes y de millones por el peso simbólico de la elección de Marcos Juárez. Y que luego amplíen el campo de batalla a toda la provincia: hasta hace pocos meses, toda la política cordobesa dudaba de que Macri se dispusiera a enfrentar a Schiaretti. Hoy casi nadie duda de que lo hará.

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(ILUSTRACIÓ­N DE JUAN DELFINI) Mario Negri, Ramón Mestre y Mauricio Macri.
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