Acusan a un empresario cordobés de liderar una banda de “piratas”
Aníbal Eduardo Morgenstern no dormía más que una o dos noches en el mismo lugar. Cerca de las 20 del viernes último, llegó para descansar en su casa de barrio Parque Liceo, al norte de la ciudad de Córdoba. Ese fue el fin de su libertad, cuando lo rodearon efectivos de la Policía Federal.
El empresario transportista cordobés era el último sospechoso de integrar una banda de “piratas del asfalto” que continuaba prófugo. Según los investigadores, él habría sido el líder desde hacía al menos 13 años.
El hombre, responsable de la firma Aníbal Morgenstern, era buscado por la Justicia desde hacía un año y medio, cuando escapó de un tiroteo en Buenos Aires, según apuntaron ayer fuentes con acceso a la causa.
“Se escapó de un robo al último camión, en medio de un enfrentamiento armado en Villa Constitución”, comentó un informante.
La fiscalía de Lomas de Zamora había ordenado la captura nacional e internacional y desde hacía un mes los efectivos de la Policía Federal de Córdoba estaban tras el rastro de que “paraba” en una vivienda en la ciudad de Córdoba. Lo capturaron la fría noche del viernes, cuando llegó caminando a la casa de Constancio Virgil al 400, Parque Liceo.
Según se sospecha, luego de cada asalto a camiones en Buenos Aires y Santa Fe, Morgenstern “se guarecía” en Córdoba.
Para evitar ser atrapado, se “movía” entre cinco domicilios. La modalidad era la misma: una o dos noches en un mismo lugar y luego se trasladaba a otra ciudad. Algunas de sus guaridas se anotan en La Carlota, ciudad de Córdoba, La Matanza y San Justo. Los investigadores contaron que el prófugo llegaba al atardecer o apenas comenzada la noche, descansaba y, posteriormente, se trasladaba a otro sitio.
Cómo operaban
El modus operandi de la banda consistía en interceptar, con la intervención de dos o tres vehículos, a los camiones que circulaban en la zona sur de Buenos Aires y en Santa Fe. El chofer asaltado era obligado a descender y tomado como rehén y encerrado en un baúl.
Al mismo tiempo, uno de los delincuentes se subía al camión y lo trasladaba a un galpón para “limpiarlo”: descargar la mercadería que llevaba.
Luego, el camión y el chofer eran abandonados en otros lugares. Si el robo era perpetrado en Buenos Aires, el camión aparecía en Santa Fe. Y viceversa.
Con esa modalidad, los asaltantes se apoderaron de electrodomésticos y granos, siempre según investiga la Justicia de Buenos Aires. Luego de varios años, la banda de cinco hombres fue desbaratada, pero Morgenstern logró escapar. Hasta ahora.
Sobre él pesan condenas por asociación ilícita, adulteración en la numeración de vehículos y estafas reiteradas. Tras la orden de captura, se lo buscaba ahora por robo y por integrar la banda de “piratas”. Ya fue llevado a la cárcel de Bouwer a la espera de su traslado a Buenos Aires.