“Pensé que había entrado en la menopausia”
La cantidad de consultas de mujeres cursando embarazos no deseados con intención de abortar de enero a julio de 2018 se duplicó respecto de igual período del año anterior. Si se toman en cuenta los datos de 2017, la mayoría de las interesadas tenían entre 20 y 34 años y representaban un 59 por ciento. El 27 por ciento fueron mujeres de entre 35 y 44 años; un 12 por ciento, de 15 a 19 años; y un 2 por ciento, menores de 15. En el 39 por ciento de los casos no tenían hijos previos, mientras que el 29 por ciento tenía tres hijos o más. El 22 por ciento tenía sólo un hijo anterior, y el 10 por ciento, dos.
“Tenía 48 años y pensé que había entrado en la menopausia”, relata Juana (no es su nombre real), para poner en contexto lo imprevisto de aquel embarazo no deseado, no buscado, producto de una falla en una relación sexual con preservativo. El obstetra de toda la vida fue el consejero sobre cómo hacerse un aborto con misoprostol, y sobre los riesgos o posibles consecuencias.
“Me interesaba saber que no iba a tener dificultades después de abortar, su palabra me dejó tranquila, y el único problema entonces era conseguir el misoprostol”, rememora. Tras algunas consultas a líneas de socorristas, fue finalmente una farmacéutica amiga quien le consiguió la medicación. “Estaba ansiosa, quería hacerlo cuanto antes”, describe.
Juana se había hecho una ecografía para confirmar la normalidad del embarazo, y con todas las certezas del caso, aprovechó un fin de semana largo para tomar las pastillas que interrumpirían aquel embarazo. “Mi marido me acompañó todo el tiempo, él tampoco quería ser padre nuevamente pero estaba decidido a hacer lo que yo decidiera, e hicimos todo como me habían recomendado”, detalla hoy, cuando la discusión por la legalización parece haber abierto la puerta a una mayor aceptación social. A los pocos días, una ecografía confirmó que la práctica había sido correcta.
“Algo extraño pasó entre mis amigas, especialmente entre las de 50 años, porque aunque yo pensaba que estaban a favor del aborto legal, seguro y gratuito, parece que varias de ellas no estaban a favor de que una amiga suya lo hiciera”, cuenta. Y dice que le costó bastante que comprendieran los motivos por los cuales a los 48 años y con dos hijos, no tenía intenciones de repetir la experiencia de la maternidad. No obstante ello, destaca que con información precisa y controles, pudo atravesar la interrupción sin ningún tipo de complicación.
–¿Cómo funcionan las consejerías en el ámbito municipal?
–Ante la consulta de una mujer cuyo problema de salud es un embarazo no buscado y que plantea la intención de interrumpirlo, la información brindada por el profesional debe ser clara, completa y sin juicios de valor, para que la decisión final –sea cual fuere, es decir continuar o interrumpir el embarazo– sea tomada por la mujer con los mayores elementos de juicio posible.
Luego, cuando la consulta al profesional es posaborto, las acciones deben orientarse a tratar y prevenir posibles complicaciones,