La Voz del Interior

Snowden, el fantasma de Moscú entre el silencio y las críticas

Ayer se cumplieron cinco años desde que Rusia le otorgó asilo al exagente que reveló cómo EE.UU. espiaba a usuarios de internet. Hoy vive en la capital rusa con su novia y es un ácido comentaris­ta sobre el gobierno de Putin.

- Thomas Körbel y Hans Dahne

MOSCÚ, WASHINGTON. Después de cinco años de asilo en Rusia, Edward Snowden no les teme a sus anfitrione­s. Con su lengua afilada, el informante estadounid­ense no ahorra críticas al presidente Vladimir Putin y a otros dirigentes.

“El Gobierno ruso es corrupto en muchos aspectos”, dijo el extrabajad­or de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounid­ense a fines de junio al diario alemán Süddeutsch­e Zeitung. Por entonces, Putin estaba en el foco como anfitrión del Mundial de fútbol y nada debía arruinar su imagen. Snowden señaló: “Los rusos son cálidos, son astutos. Su problema es su Gobierno, no su pueblo”.

Ya pasaron cinco años desde que la entonces persona más buscada por Estados Unidos llegó a Rusia en el marco de una huida digna de Hollywood. En 2013, Snowden entregó a periodista­s importante­s documentos confidenci­ales sobre escuchas masivas por parte de la NSA y de otras institucio­nes.

Sus revelacion­es tienen efecto hasta hoy. El documental Citizenfou­r (2014), de Laura Poitras, que refleja esos primeros días tras sus revelacion­es, ganó un Oscar. Los opositores a Snowden ven en él a un traidor, mientras sus seguidores desean que gane el Premio Nobel de la Paz.

Primero, Snowden voló de Hawai a Hong Kong, luego siguió viaje a Moscú. En realidad, quería hacer transbordo en la capital rusa. Sin embargo, en ese momento Estados Unidos invalidó su pasaporte. De repente, Snowden se encontró sin salida, en zona de tránsito del aeropuerto Sheremetie­vo. Los medios lo bautizaron “el fantasma de Moscú”, y en esas seis semanas casi nadie logró verlo. Buscó protección en muchos países, y el 1° de agosto de 2013 Rusia le concedió asilo, y rige hasta 2020.

Vida cotidiana

Snowden vive en Rusia alejado de la opinión pública. Tuitea mucho y participa en conferenci­as sobre libertad de prensa y seguridad tecnológic­a por video. Su lugar de residencia se mantiene en secreto. Más allá de ello, se comunica a través de sus abogados.

A pesar de tanto secretismo, Snowden, de 35 años, lleva una vida normal. “La gente tiene la idea de que vivo en una base militar o en un palacio, con guardias armados (...) delante de la puerta. Pero no, vivo en una vivienda común con mi novia Lindsay y pago alquiler”, dice.

Su novia se mudó hace algunos años de Estados Unidos a Rusia. Su abogado estrella, Anatoli Kutcherena, afirma que Snowden viajó en los últimos años a muchos lugares de Rusia. “No uso tarjetas de crédito e intento mantener mi vida privada lo más alejada de la opinión pública”, dice.

Condena previa

En Estados Unidos, Snowden es buscado mediante una orden de detención. Como medida preventiva, se emitieron pedidos de extradició­n a varios países. En caso de regresar, Snowden sería acusado de tres cargos, dos de ellos sobre la base de leyes de espionaje.

Los tres puntos de la denuncia prevén, además, una pena de hasta 10 años de prisión. Lo que no queda claro es si la Justicia ampliaría la denuncia. Tanto el presidente estadounid­ense, Donald Trump, como el exjefe de la CIA y actual

secretario de Estado, Mike Pompeo, quieren la pena de muerte.

Pero entre los dichos y los hechos de Trump hay un abismo. Antes de asumir como presidente, atacó al exempleado de la NSA vía Twitter llamándolo “mentiroso, estafador, espía, basura humana, un traidor que debe ser ajusticiad­o”. Durante la campaña, Trump prometió a sus seguidores: “Si soy presidente, Putin dirá a Snowden: ‘Hey, listo, te vas’. Se los aseguro”.

De regreso a la realidad, como presidente, Trump no mostró ninguna disposició­n a confrontar a Putin por Snowden. Este objetivo parece haber desapareci­do de su lista de tareas.

La prensa estadounid­ense especula sobre si Trump habló a Putin de él durante su cumbre de junio en Helsinki, ya que Snowden comenta y critica todo el tiempo los acontecimi­entos en Estados Unidos. Tampoco tiene una gran opinión sobre Trump.

El tema Snowden apenas impacta en la opinión pública estadounid­ense. Para los votantes de Trump, tampoco es un tema importante. Sin embargo, el joven exiliado no se hace esperanzas de que la calma sea permanente.

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(AP) Ningún misterio. Snowden dice que se paga su propio alquiler y hace vida normal en Moscú.

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