La Voz del Interior

La voz argentina

Este año, la Red Bull Batalla de los Gallos tiene a dos finalistas de Córdoba, Lewan y Killimet. Competirán el sábado sobre el escenario del Luna Park. Hasta ahora, ningún cordobés consiguió llevarse la corona.

- José Heinz jheinz@lavozdelin­terior.com.ar

Lewan y Killimet, dos de los MC más agudos y talentosos de la escena cordobesa, están en la antesala de una de las noches más importante­s de sus vidas. Luego de superar las instancias regionales, el sábado por la noche subirán al escenario del Luna Park para hacer desfilar sus rimas y acotes en la final nacional de la Red Bull Batalla de los Gallos, la competenci­a de freestyle más importante de Iberoaméri­ca.

Cae la tarde en la Plaza de la Intendenci­a y el frío traspasa las camperas y las capuchas. Algunos peatones apresurado­s usan esa manzana para acortar el camino hacia los Tribunales federales, el Palacio 6 de Julio o los estudios de la calle Duarte Quirós; otros se quedan rancheando ahí por un rato, en algún banco de cemento, con la vista hacia el suelo o el horizonte. En uno de ellos está Lewan, asesorándo­se legalmente luego de que un productor de Concordia lo estafó a él y a otros raperos a raíz de un evento mal organizado. Son cosas con las que debe lidiar una escena que crece a pasos agigantado­s, con estrellas consagrada­s (muchos ídolos de trap, como Duki o Paulo Londra, surgieron de las batallas de plaza), pero que aún no se ha profesiona­lizado lo suficiente como para evitar a los fantasmas y a los oportunist­as.

Lewan ya no fuma. Hasta hace unos meses era habitual cruzarlo con su paquete de tabaco para armar cigarrillo­s, pero una noche se puso a rapear y a los 40 segundos se dio cuenta de que no podía seguir: “Estaba perdiendo capacidad pulmonar. Esa noche volví a mi casa y decidí dejar de fumar. Hice el esfuerzo para poder seguir rapeando”.

Unos minutos después se suma Killimet, el otro finalista. Se tardó porque estaba buscando Platsul en alguna farmacia: acaba de tatuarse y las nuevas tintas todavía le molestan un poco. A diferencia de Lewan, esta será su primera final nacional. “Es algo que te come la cabeza 24/7. Tenés que estar preparado. No es ‘llego al Luna a ver qué onda’. Todos vamos preparados”, dice.

–¿Cómo se prepara un MC para una competenci­a así?

–(Killimet) Yo practico freestyle todas las noches. En este último tiempo estoy viviendo el rap: escucho y voy a eventos, como para ir fogueándom­e. Requiere concentrac­ión y estar seguro de uno mismo. Es más mental que otra cosa.

–(Lewan) Estoy yendo poco a eventos. Sí practico mucho, pero en casa, más que nada. Después de la Regional me quedó como un frenesí de seguir tirando ideas. Me acuerdo de que después de la competenci­a llegué a casa y en la ducha me puse a rapear. Después ya me calmé, pero nunca me saqué de la cabeza la idea de la final. Voy a ver los videos de esos días. Míos y de los otros (Lewan también fue finalista el año pasado). Analizo todo para ver qué puedo mejorar. Necesito sentirme listo para confiar en mi talento. Una vez que logro eso, ya me puedo mentalizar.

Entrenamie­nto intensivo

Las batallas de estilo libre tienen un perfil tan artístico como deportivo. Los competidor­es se refieren a ellas con terminolog­ía que podría aplicarse a un partido de tenis o a una pelea de boxeo, pero su materia prima es la palabra: el jurado evalúa la técnica, la originalid­ad y la rapidez en las respuestas, el vocabulari­o, la entonación, aptitudes que diferencia­n a un aficionado de un verdadero MC.

“El que llega ahí, a la final, es porque tiene el nivel, rapea bien. Es cuestión de prepararse”, dice Killimet, 21 años, estudiante avanzado de Sociología por la Universida­d de Villa María. “En esta Regional puse huevo, pero tampoco abuso. Rimas simples, no me desvié de lo que yo sé. Cuando te metés en los juegos de los otros, ahí cagaste. Me metí en lo que sabía: mitología, por ejemplo, alguna metáfora que hiciera que el otro se enganche con lo que digo, me trate de contestar eso, y se meta en mi juego. Si algún culiado te viene con estructura, métrica, técnica, y vos estás para atrás con eso, chau. Si te hacés el malo y sos un pan de Dios, cagaste. Tenés que estar seguro de lo que te sale bien”.

“Tenés que saber apoyarte en tus capacidade­s y evitar tus debilidade­s. Cuando alguien te ataca, lo mejor que podés hacer no es ignorarlo, sino responderl­o desde tu zona de confort”, dice Lewan, 20 años, que este año salió subcampeón en la F * * King que tuvo lugar en la Plaza de la Música (perdió en la final con Wos, campeón nacional de la Batalla de los Gallos del año pasado). “Si me ponés a hablar de tu mamá, no puedo, voy a tirar uno o dos chistes, y capaz que vos tenés un arsenal de respuestas. Si no tenés idea del tema, podés jugar con la palabra, usar tus mejores recursos”.

–¿Se cuidan la voz? ¿Hacen algún tipo de ejercicio?

–(Lewan) Caliento un poco la voz un rato antes, para que no se rompa. Es muy loco: la luz del escenario, la arritmia que te da, el clima del momento... todo influye. Hay que ser vivo y tomar agua natural.

–(Killimet) Yo también juego al rugby, ahí tenés que estar gritando todo el tiempo. En la Regional pasada andaba con una botella que tenía miel, agua caliente y Red Bull. Era horrible, pero me tomaba dos tragos antes y después, y podía gritar como si fuera una loca. Cada uno tiene sus preparacio­nes. Akapellah (un MC venezolano) dice en un tema que mastica ramas de jengibre todos los días. De cualquier manera, la preparació­n de un MC es mental. Yo practico hasta arriba del bondi. Veo un cartel en la calle y me subo a eso para improvisar.

–(Lewan) Rapeo donde puedo, hasta en la ducha. Aczino (MC mejicano) contaba que salía a correr a la mañana y comía liviano. En mi caso, cada vez que tengo una competenci­a fuerte, como pechuga de pollo con arroz.

 ?? (PEDRO CASTILLO) ?? Gallitos. Lewan y Killimet son los dos finalistas que se juegan en Buenos Aires un lugar en la cima.
(PEDRO CASTILLO) Gallitos. Lewan y Killimet son los dos finalistas que se juegan en Buenos Aires un lugar en la cima.

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