San Cayetano: una oración por tierra, techo y trabajo
Cerca de 400 personas participaron en la iglesia de barrio Altamira del tradicional acto religioso de cada 7 de agosto. Con viento y tierra al momento de la procesión, la convocatoria fue menor que años anteriores.
Con menos gente que en años anteriores, la tradicional misa de San Cayetano –de cada 7 de agosto– se celebró ayer en Córdoba en la parroquia de barrio Altamira, ante unas 400 personas, que llegaron al lugar luego de una procesión que duró una hora.
Diez minutos después de las 16, justo cuando la cálida y soleada tarde era alterada por un fuerte viento y una gran nube de tierra, los fieles empezaron su caminata desde la iglesia de San Cayetano, en calle Río Paraná.
Lentamente, siguiendo los pasos de quienes cargaban en la parte delantera la imagen del patrono del trabajo, se recorrieron 10 cuadras al ritmo de canciones conocidas como Sobreviviendo, Sólo le pido a Dios y Hay que seguir andando.
Los vendedores de velas y espigas de trigo se filtraban por cada espacio que dejaban los caminantes para ofrecer sus productos, y en las esquinas cercanas al edificio religioso se apostaron los puestos con juguetes, ropa, gaseosas, churros y pan casero.
Desde los altoparlantes que llevaba un automóvil delante de la marcha repitieron en varias ocasiones: “Necesitamos y queremos una transformación del mundo y del entorno natural, fuera de la lógica de la ganancia a toda costa”.
Las tres “T”
El mensaje de la procesión no se corrió de su eje básico.
La homilía del papa Francisco del año 2015 en Bolivia, sobre el derecho de todas las personas a acceder a trabajo, tierra y techo, fue repetida durante toda la caminata, a la que también le agregaron los pedidos de pan y paz.
Sólo un puñado de pañuelos celestes se mezclaron durante la celebración y no hubo ni una mención a la votación que mañana se dará en el Senado por la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
“No se habló del aborto porque no era la temática de esta procesión, queríamos profundizar en temas estructurales. En el barrio se ve que progresivamente la gente está perdiendo su capacidad laboral y su poder adquisitivo y este es el día en que la gente viene a reclamar por eso”, indicó el padre Sergio Mancini.
A las 17, arribó la figura de San Cayetano a la iglesia, y pocos minutos después empezó la misa concelebrada entre el sacerdote de la parroquia, Sergio Mancini, más sus pares Mariano Oberlín y Miguel Armada. Pese al mal clima, se decidió hacer la ceremonia en la calle para que pudieran participar todos los presentes que acomodaron sillas sobre el pavimento y las veredas.
La mayoría fue a pedir trabajo para ellos o para su familia, o a agradecer el haber conseguido un empleo. “El trabajo no se resuelve pidiéndolo a San Cayetano, sino desde políticas estructurales. Pero esta es una posibilidad para la gente de agradecer y pedir, de renovar la fe en San Cayetano frente a la necesidad”, añadió el cura.
La ocupación fue sin dudas el mayor reclamo, y como cada 365 días, vecinos de la zona sur se acercaron hasta Río Paraná 1249 para pedírselo a su santo.
EL TRABAJO NO SE RESUELVE PIDIÉNDOLO A SAN CAYETANO, SINO DESDE POLÍTICAS ESTRUCTURALES.
Sergio Mancini, párroco de la Iglesia de San Cayetano