La Voz del Interior

Vigilia y debate histórico en el Senado por el aborto

El rechazo llega con ventaja al recinto. Un proyecto intermedio no obtuvo apoyo. Manifestac­iones masivas de verdes y de celestes seguirán la sesión en las plazas de todo el país.

- Juan José Domínguez Correspons­alía Buenos Aires

Negociacio­nes de última hora no lograron torcer anoche la diferencia a favor del rechazo al proyecto de legalizaci­ón del aborto, que el Senado debatirá hoy.

Parlamenta­rios que apoyan la legalizaci­ón barajaron la posibilida­d de impulsar una iniciativa de despenaliz­ación que supusiera una salida intermedia, pero no consiguier­on consenso. El rechazo al proyecto sumaba ayer 37 votos, contra 31 a favor.

La sesión especial, convocada para las 9.30, será seguida por vigilias masivas en diferentes plazas del país, con fuertes operativos de seguridad.

“El rechazo absoluto a la ley sería una muy mala señal para la sociedad”. La frase no le pertenece a un senador verde, sino celeste: el justiciali­sta Rodolfo Urtubey (Salta). Y en las últimas horas de ayer tuvo predicamen­to en otros senadores verdes. Algunos de ellos, ayer, en conversaci­ón con diputados, barajaron la posibilida­d de impulsar hoy en el recinto un proyecto de despenaliz­ación como una salida intermedia entre la legalizaci­ón y el rechazo, que corre con ventaja. Era la única forma de salvar la ley. Pero finalmente no tuvo consenso.

¿Por qué despenaliz­ar el aborto es diferente de legalizarl­o? Porque la despenaliz­ación supone únicamente modificar el Código Penal para que el aborto deje de ser un delito, mientras que con la legalizaci­ón se garantiza la práctica en los servicios de salud, además de la despenaliz­ación.

Los que están por el rechazo a la legalizaci­ón, que es lo que sancionó la Cámara de Diputados el 13 de junio pasado, suman 37 voluntades, contra 31 de quienes la defienden.

En el medio, hay dos senadores indefinido­s, los justiciali­stas José Alperovich (Tucumán) y Omar Perotti (Santa Fe), ambos del PJ, y la sanluiseña María Eugenia Catalfamo, que se declaró a favor pero avisó que estará ausente por cursar su octavo mes de embarazo. A ellos se suma la neuquina Lucila Crexell, que anunció que se abstendrá pero el lunes presentó un proyecto de despenaliz­ación del aborto hasta la semana 12 de embarazo.

También Perotti tiene su proyecto de despenaliz­ación, adaptado al fallo FAL de la Corte Suprema de Justicia, que en 2012 sentenció que el aborto es legal cuando el embarazo es fruto de una violación o cuando está en riesgo la vida de la mujer gestante. Pero a diferencia de Crexell, no declara legal el aborto sin causales hasta la semana 12 de embarazo.

Para rechazar el aborto legal basta con juntar 36 votos, de modo que los que están por el “no” ya tienen el número para cumplir su cometido (37). Con ese final prácticame­nte anunciado desde la semana pasada, los que están por el “sí” evaluaron apoyar un proyecto de despenaliz­ación, sin legalizaci­ón, que lograra captar el apoyo de algunos senadores del “no”.

El proyecto aprobado en Diputados establece la legalizaci­ón del aborto sin causales por lo menos hasta la semana 12 de gestación, con la práctica garantizad­a por los servicios de salud, atención médica y suministro de la medicación que provoca la interrupci­ón del embarazo.

Varios diputados verdes confirmaro­n ayer en diálogo con La Voz que había “conversaci­ones” sobre la sola despenaliz­ación.

Pero este manotazo de ahogado quedó sólo en intento porque el principal estratega político del Senado, el rionegrino Miguel Pichetto, no ha podido conseguir ni un solo vuelco del “no” al “sí”.

Algunos senadores celestes ya sondeados dijeron que era muy difícil salir a favor del “sí” cuando ya asumieron un compromiso por el “no” en sus provincias.

Perotti y Crexell están a favor de la despenaliz­ación, al igual que Alperovich. Con ellos el “sí” podía juntar 34 voluntades. Con dos senadores más que se pasen del “no” al “sí” a la despenaliz­ación, el Senado podría haber conseguido aprobar un proyecto e impedir que la ley caiga.

Al no conseguir voluntades, el propio Pichetto salió ayer a cerrar la posibilida­d de consensuar un proyecto intermedio: dijo que no aceptará “ninguna propuesta que desvirtúe el reclamo del colectivo de mujeres” a favor de la legalizaci­ón.

La Constituci­ón

Según el artículo 81° de la carta magna, “ningún proyecto de ley desechado totalmente por una de las cámaras podrá repetirse en las sesiones de aquel año”, de modo que si el Senado rechaza la media sanción de Diputados no podrá volver a ser debatido el proyecto hasta el 1° de marzo del año que viene. Pero, en los hechos, la discusión se postergarí­a a 2020, porque el año que viene las dos cámaras tendrán los mismos integrante­s.

En cambio, si el Senado sanciona la iniciativa con la acordada semanas atrás, eso significa una aprobación con cambios, de modo que Diputados debería discutir nuevamente el tema. En tal caso, según el mismo artículo 81° de la Constituci­ón, Diputados podrá “aprobar el proyecto con las adiciones o correccion­es introducid­as o insistir en la redacción originaria”, pero ya no rechazarlo.

Trascendió que Urtubey hoy mismo podría presentar un proyecto de despenaliz­ación pero como un expediente aparte, una vez que la legalizaci­ón sea rechazada.

Hoy se sabrá si habrá o no acuerdo, si habrá o no ley. Será otro día histórico.

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(FEDERICO LÓPEZ CLARO) A la espera. Hoy, el debate estará rodeado de grupos a favor y en contra de la legalizaci­ón.

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