La Voz del Interior

El goleador olvidado de los 100 años gloriosos

El chaqueño Germán Esquivel convirtió 95 goles con el Albirrojo, entre 1954 y 1965. Tiene dos más que Oscar Dertycia, quien es el máximo artillero en el fútbol de AFA.

- Gustavo Farías gfarias@lavozdelin­terior.com.ar

Mario Kempes, Osvaldo Ardiles, Paulo Dybala, Hugo Curioni, Oscar Dertycia, Diego Klimowicz... El listado de próceres de Instituto puede ser abusivamen­te extenso. La Agustina ha sido una generosa e inacabable cantera de talentos que cada tanto proyecta un nuevo valor del cual presumir. Y si la usina no funciona a pleno, algún dirigente hace un pase de magia para conseguir ese “tapado” que enseguida hace ruido con la camiseta albirroja.

Qué duda cabe, el siglo de Instituto está plagado de figuras. Las tuvo siempre desde aquel jueves 8 de agosto de 1918, cuando le propusiero­n a Ramón Isleños firmar el acta de fundación como primer presidente del club. Desde entonces, los consagrado­s desfilaron a montones, empezando por el mítico delantero rosarino Gabino Sosa, una suerte de Messi de los años ’20, quien se incorporó a los de Alta Córdoba en 1920, en ocasión de encontrars­e cumpliendo el servicio militar en esta ciudad.

A 100 años de aquellos agitados días de agosto, enmarcados por la rebelión estudianti­l que derivó en la Reforma Universita­ria, los nombres de fantástico­s futbolista­s se apilan en el recuerdo de quienes hoy levantan la copa para brindar por el centenario. Y surgirán las historias varias veces contadas: los tres goles del “Cocayo” a River, los fusilamien­tos del “Matador” ante Belgrano, la famosa tijera de “la Lora” Oliva, los penales atajados por Munutti en la Bombonera, el doblete de “Miliki” Jiménez a Chacarita o el gol de oro de Renato Riggio a Almagro.

Otro nombre: Esquivel

En ese abanico de ofertas nostálgica­s, existe un nombre repetida e injustamen­te postergado en la historia de Instituto. El de un temible artillero al que la impiadosa tiranía de los calendario­s caídos mandó a cajonear hasta convertirl­o en un ilustre desconocid­o para la inmensa mayoría de los hinchas gloriosos.

El paso de los años y la falta de registros –una constante de casi todos los clubes cordobeses– constituye­ron un combo insalvable para que Germán Esquivel, el futbolista que más veces gritó con la camiseta albirroja, pasara al olvido y hoy sea poco menos que un ilustre desconocid­o.

Sus 95 goles en partidos oficiales quedaron ocultos por los 53 años transcurri­dos desde su última conquista. También por una virtual desaparici­ón de la cancha que lo vio triunfar y por la incursión de los nuevos cracks que asomaron y mandaron al archivo los goles del “Loco”. Había nacido en Las Palmas, un pequeño pueblito del Chaco de 4.500 habitantes, y en la Gloria jugó 12 temporadas consecutiv­as de 1954 a 1965.

Una incógnita

“Cuando dejó de jugar, nunca más supe de Germán. Pregunté a mucha gente por él, y nadie tiene un dato sobre él”, recuerda hoy Hugo Trucchia, quien compartió equipo con el chaqueño en el título del ’61, cuando la Gloria volvió a coronarse como el mejor de la temporada después de 33 años.

“Era un chico alegre que llegó desde Argentino Peñarol. Jugaba mucho por la línea y fue, tal vez, el mejor cabeceador que haya pasado por Córdoba. Alto para la época (1,80 o 1,82 metros), era un puntero derecho con mucho gol, especialme­nte convertido de cabeza o aprovechan­do las diagonales que le tiraba (Orlando) Zavorra”, cuenta Trucchia, quien brilló en el arco de Instituto entre 1959 y 1961.

“En ese campeón del ’61, Esquivel fue un engranaje más. Pero la figura fue Aldo Carassai (anotó 28 goles en 27 partidos), que venía de romperla en Lavalle y fue bien acompañado por ‘Huguito’ Rivarola, una grata revelación”, puntualizó Trucchia.

La estrella de Esquivel se fue apagando de a poco. En 1965, ya con 32 años, apenas jugó tres partidos y casi no fue tenido en cuenta por el entrenador Ángel Antonioli. Su último encuentro con la albirroja fue el 13 de junio de 1965, contra Belgrano en Alberdi, con triunfal despedida por 2 a 0. En 1966 se marchó a Avellaneda, en la Primera B local, tal vez sin saber que había hecho historia grande en Instituto.

En AFA, “el Cocayo”

Si bien Esquivel es el goleador en los 100 años del club, el honor de ser el máximo artillero a nivel nacional le correspond­e a Oscar Dertycia, quien marcó 93 goles, apenas dos menos que el chaqueño. “El Cocayo”, quien durante la época dorada del club era “alcanzapel­otas”, debutó el 8 de septiembre de 1982, frente a Estudiante­s, por la 10ª fecha del Metropolit­ano. Y por curiosa coincidenc­ia, el entrenador que le dio pista fue Trucchia, el excompañer­o de Esquivel.

Con apenas 17 años, “el Pelado” comenzó a edificar una campaña que lo tiene como una de las mayores figuras de la historia del club. Dos semanas después de su presentaci­ón, el arquero Jorge Traverso, de Nueva Chicago, fue su primera “víctima”, aunque su primer grito importante fue unas fechas más tarde, cuando venció a Hugo Gatti, a cuatro minutos del final, para un histórico triunfo sobre Boca en la Bombonera por 1 a 0.

Nombres y más nombres. Dertycia, como Esquivel y tantos más son parte de una historia que a partir de hoy ya es centenaria. Salud al viejo y glorioso Instituto.

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 ??  ?? Germán Esquivel 1. Formación gloriosa de 1960, donde Germán Esquivel es el primero de los agachados desde la izquierda. 2. El chaqueño Esquivel jugó en la Gloria desde 1954 hasta 1965.3. Como capitán, intercambi­ando presentes con el capitán de Botafogo de Brasil, en un amistoso de 1962.
Germán Esquivel 1. Formación gloriosa de 1960, donde Germán Esquivel es el primero de los agachados desde la izquierda. 2. El chaqueño Esquivel jugó en la Gloria desde 1954 hasta 1965.3. Como capitán, intercambi­ando presentes con el capitán de Botafogo de Brasil, en un amistoso de 1962.
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