La Voz del Interior

River-Belgrano y la bisagra de 2011

- Gustavo Farías El expediente gfarias@lavozdelin­terior.com.ar

Se conocen las caras hace 94 años y el dato basta y sobra para sostener que Belgrano y River tienen un historial de vieja data. Desde aquel lejano amistoso benéfico, cuando ambos se enfrentaro­n para darle una mano al Club Leandro N. Alem, que acababa de inaugurar sus tribunas en barrio General Paz, piratas y millonario­s escribiero­n varios capítulos en la historia del fútbol nacional.

Claro está que la épica definición de la promoción, jugada el 26 de junio de 2011 en el mismísimo Monumental que albergará el encuentro de mañana, es el mojón ineludible de referencia cada vez que el calendario los cruza. La significac­ión de lo vivido esa tarde le otorgó al cotejo el rótulo de histórico. El primer (y único) descenso de River, manchándol­e una historia plagada de éxitos, fue determinan­te para la catalogaci­ón de un partido inolvidabl­e para ganadores y perdedores.

A partir de ahí, cada BelgranoRi­ver estará siempre referencia­do a esa reválida infausta del equipo que conducía Juan José López, quien en sus años de futbolista había defendido las dos camisetas. “El Negro J. J.” como José Omar Reinaldi, Roberto Monserrat, José Luis Villarreal, Pablo Comelles, Juan Carlos Heredia, Javier Sodero, Raúl Chaparro o Luciano Lollo fueron valores que asociaron a dos entidades que, antes de esa reválida, habían generado algunos episodios de marcada amistad.

Después de la ya mencionada acción de caridad del primer cruce, Belgrano fue el invitado de lujo para las bodas de plata de los de Núñez. El número central por la celebració­n de los 25 años del Millonario fue un cotejo ante el Pirata, que por aquellos años había ganado vidriera a raíz del prestigio de Miguel Dellavalle, su consagrado centrehalf internacio­nal. Hubo un partido, ganado por el local 3-1, y luego un banquete en su honor.

Los de barrio Alberdi no olvidaron el gesto. Durante varios años, el nombre de River fue un huésped repetido por el Gigante. Su presencia era una fija en cada celebració­n del club y en 1937, bajo la presidenci­a de Fulvio Sala, los celestes acordaron una donación en efectivo destinada a la construcci­ón del Monumental, sumándose a una colecta nacional en beneficio del club porteño. Paradójica­mente, ese mismo escenario, inaugurado el 25 de mayo de 1938, sufrió el ataque de varios hinchas de la banda que pretendier­on incendiarl­o el día que Belgrano determinó su descenso a la B Nacional.

Idas y vueltas de un choque próximo a convertirs­e en centenario y en el que River asentó una paternidad marcada, notable, aplastante. Pero resignó el partido que no debía perder y que lo marcó por siempre.

RIVER DOMINA EL HISTORIAL CON AMPLITUD: GANÓ 23 DE LOS 36 PARTIDOS Y SÓLO CEDIÓ SIETE EMPATES Y SEIS DERROTAS.

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