La economía del magnate
Desde que Donald Trump está en el poder, sus medidas económicas no dejan de poner en vilo a la economía mundial. Es sabido que los ajustes y desajustes de la economía norteamericana provocan ondas expansivas hacia los cuatro puntos cardinales, situación agravada por las iniciativas proteccionistas del actual mandamás de la Casa Blanca.
El magnate está convencido de que el crecimiento de su país está asociado con una economía cerrada, basada de modo prioritario en la demanda interna. Desde su enfoque, la globalización económica resultó nociva para los norteamericanos.
En lo que va de la actual administración republicana la economía de Estados Unidos pasa por un buen momento, aunque la mayoría de los analistas coinciden en que una parte significativa del éxito se debe a medidas que se tomaron durante la gestión de Barack Obama.
Los datos son elocuentes: pese a que Trump señala que el país experimenta un fuerte crecimiento después de años de estancamiento, entre el segundo trimestre de 2009 y el último de 2016 la economía ya mostraba crecimiento a una tasa anual del 2,2 por ciento.
Las mediciones de julio arrojaron que el desempleo se ubica en 3,9 por ciento, uno de los índices más bajos de las últimas dos décadas en Estados Unidos.
Según datos divulgados por la Casa Blanca en los primeros días de agosto, durante el mes de julio