Ayer finalizó la sexta edición de Mercado de Arte Contemporáneo
momentos alimenten luego la escritura?
–Creo que eso se vincula a la sensación de felicidad de estar aquí y ahora, a una realidad inmediata y simple pero que, a través de la escritura, también se vuelve compleja y barroca. Eso mismo podría decirse de la mirada en relación con el arte, lo que capta el sentido de la vista atraviesa múltiples órdenes, recorre otras geografías y se incorpora nutrida. Es una especie de defensa de la singularidad de aquello que la historia, la teoría y los grandes proyectos museísticos no pueden retener, ese momento en que la obra habla y el mundo acontece nuevamente con el espectador/lector. Por otra parte, esa atmósfera que mencionás aparece marcando un ritmo, acentuando rasgos de la vida que a su vez el arte potencia con su intervención; expresa un nudo, dos experiencias que se relacionan estrechamente: la vida y el arte. A la escritura encarnada en la biografía la considero un gesto político, una posición frente al cúmulo de información, el exceso de circulación y de bibliografía. Partir de un supuesto existencial, es decir, de una afirmación sobre lo que somos y lo que nos diferencia, permite involucrarse desde una perspectiva propia.
–Mostrás un interés especial por lo que se podría llamar una tradición oculta o desplazada. Constelaciones insinuadas o que esperan ser armadas...
–Me siento a gusto en esa tradición oculta o desplazada, me inspira, me motiva. Me doy cuenta de que es importante trabajar en esos bordes, en el margen de los grandes relatos, fuera de los circuitos más establecidos, y que en esas inmediaciones surge una correntada. Pero también me gusta pensar, y muchas veces intento hacerlo en mis textos, que toda obra, absolutamente toda, tiene un aspecto oculto y desplazado. La relación entre arte y literatura me interesa por muchas razones, pero la que se manifiesta en Escrituras rituales es justamente la idea de que la literatura, tanto la narrativa como la poesía, nos permite ver esos aspectos, alumbrar bucles, singularidades, zonas irreductibles al pensamiento científico o las categorías y nociones de la historia. Creo que el arte contemporáneo habilitó esa posibilidad de múltiples lecturas sobre la misma cosa. Una versión de la obra donde cada sensación o perspectiva nos lleva por recorridos diferentes, el anclaje siempre sería la obra, su existencia, la incidencia sobre nuestra percepción y nuestros cuerpos.
Retroalimentación y diálogo –¿Te pensás de alguna manera cuando escribís sobre arte? ¿Creés que tiene alguna incidencia el hecho de que seas artista?
–Pienso que existe una retroalimentación y un diálogo constante entre mi mirada que escribe y mi mirada que hace, de hecho mucha de mi obra tiene que ver con lecturas de imágenes. Me fascina la historia del arte y también los museos, esos espacios simbólicos y materiales donde las obras pueden renacer una y otra vez con las diferentes interpretaciones y en tiempos diversos. Las bibliotecas y Presentación en el museo Caraffa.
Escrituras rituales. Ensayos sobre arte y literatura (Los Ríos Editorial, prólogo de Rafael Cippolini), de Mariana Robles, se presentará este jueves 23 a las 18.30 en el museo Caraffa (Poeta Lugones 411). Con la participación de Andrea Ruiz y Ciro del Barco. Entrada gratuita. las colecciones, todo aquello que permite combinar y escribir, redactar historias, ficciones, catálogos y mapas. Todo eso es también hacer obra. Pero por otra parte, me sucede que la escritura, constructivamente, es autónoma del arte, cuando escribo soy escritora, el goce tiene que ver con la palabra, los significados, el ritmo. No hay una intensión de posicionarme como artista, aunque a veces eso aparece.
–Poesía, escritura ensayística, producción artística. ¿Encontrás puntos en común entre esas prácticas tuyas? ¿Se activan desde un mismo lugar o trabajás con distintas partes de tu sensibilidad y tu pensamiento?
–Todo un gran sistema de creación, que siempre noto inconcluso. Todo sucede simultáneamente, en bitácoras, donde se amontonan ideas y libros subrayados. Cada cosa tiene su especificidad, las materias y las palabras. La lectura es un gran eje, creo que sobre todo leo, todo el tiempo. Cuando era chica y viajaba de Merlo a Buenos Aires, me encantaba entrar a la ciudad y desde la ventanilla leer todos los carteles, letreros e información que se me cruzaba. Ahora que tengo hijos veo que también adoran esa actividad. Quizás todo sea un esfuerzo para volver a ese primer impulso lector, asombrada por todo, por las letras y sus combinaciones infinitas, por el viaje de cada libro, por esa sensación de inacabado, por ese libro que siempre está escribiéndose en nuestra cabeza.
Entre las novedades que dejó la sexta edición de Mercado de Arte Contemporáneo (MAC), la feria que busca llevar las artes visuales al gran público e incentivar la compra y venta de obras, se destacan algunas iniciativas y la apertura de espacios. Este año, el evento que finalizó ayer y se desarrolló, al igual que en años anteriores, en la plaza San Martín y el Cabildo contó con charlas, performances, reconocimientos y varias nuevas “zonas” que reactivaron el interés tanto de coleccionistas como de público general.
En cuanto a los premios, la organización destacó que las obras seleccionadas fueron en consonancia con “territorio, género y condiciones de producción del arte”, los tres ejes propuestos por Elian Chali, artista y curador de esta edición de Mercado de Arte Contemporáneo.
El “Premio Adquisición para la Colección del Museo de Artes Dr. Genaro Pérez” fue para Construcción de una Resistencia , de Lucía von Sprecher, dotado en 50 mil pesos y que contó con un jurado conformado por Susana Maranzana (coleccionista), Gustavo Piñero (coordinador de la programación del Museo Genaro Pérez) y Raúl Flores.
La artista Sofía Torres Kosiba, en tanto, ganó el “Premio Adquisición del Museo de Bellas Artes de Neuquén”, de un monto de 84 pesos, con tres obras de su serie “Extraño. Un profundo Resonar”.
Tres galerías del interior de Argentina obtuvieron menciones en “Premio en Obra”, cuyo jurado estuvo compuesto por Joaquín Rodríguez, Esteban Drincovich y Gabriela Urtiaga (curadora del Centro Cultural Kirchner). Se trata de Galería La Arte (de Salta), Leche (San Luis) y Lateral (Tucumán).
Finalmente, el 4° Premio Argentino de Arte Público fue para la artista Daniela Rodi y su proyecto “Escucha flotante para una ciudad o una escritura tan larga como la vida misma”, dotado en 75 mil pesos. La feria propuso espacios en la plaza San Martín y el Cabildo.
La sexta edición de Mercado de Arte Contemporáneo contó con las zonas Crespo (43 galerías del mercado de arte nacional), Bonino (22 galerías emergentes de la región), Ágora (charlas y debates en un auditorio), proyecciones (películas vinculadas a la temática en el Cineclub Municipal), zona editada (charlas y actividades en torno a la edición y publicación de las artes) y liberada (espacio para la
la producción audiovisual y la música en vivo).
“La variedad de públicos que se cruzaron en Mercado este año, lo mestizo de la circulación, creo que se debe al trabajo de tantos años de MAC, en combinación con su locación en el centro de la ciudad y los temas elegidos para proponer desde la feria. Indudablemente, la feria se potencia más aún en cuanto se anima a dialogar con su contexto social, dejándose atravesar por la realidad”, sostuvo Chali en un comunicado difundido por la Secretaría de Cultura municipal.
De acuerdo a la organización, pasaron por la feria unas 50 mil personas.
El MAC es organizado por la Municipalidad de Córdoba junto a la Fundación Pro Arte Córdoba, con apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, la Agencia Córdoba Cultura y la Universidad Nacional de Córdoba.
EXISTE UNA RETROALIMENTACIÓN Y UN DIÁLOGO CONSTANTE ENTRE MI MIRADA QUE ESCRIBE Y MI MIRADA QUE HACE.