Las dudas en la economía empujan el dólar a $ 32
La desconfianza reina en el mercado financiero. El Central vendió U$S 200 millones.
Pese al intento oficial por aplacarlo, el dólar superó ayer la barrera de los 32 pesos. Una señal clara de que en el mercado financiero impera la desconfianza respecto de la política económica que está implementando la administración de Mauricio Macri.
La divisa norteamericana sigue aumentando desde hace siete jornadas consecutivas. Ayer subió 51 centavos en comparación con el día anterior y se ubicó en 30,97 para la compra y en 32,05 para la venta en el mercado minorista.
Si bien el Banco Central de la República Argentina –que preside Luis Caputo– volvió a sacrificar 200 millones de dólares de reservas, no logró satisfacer la demanda, marcada por la necesidad de los ahorristas de protegerse de la inflación y por el oscuro horizonte que se anticipa en los próximos meses en la economía argentina.
El dólar avanzó sobre cualquier intento del Gobierno para aplacar la frenética demanda, rompió la barrera histórica de los 32 pesos y se coronó nuevamente como el principal termómetro para medir la creciente incertidumbre sobre el rumbo económico de la gestión de Mauricio Macri.
La divisa norteamericana se mueve al ritmo de la desconfianza reinante en el mercado y así lo volvió a demostrar ayer, cuando subió más de 51 centavos (1,6 por ciento) respecto al cierre anterior y terminó negociándose a 30,97 pesos para la compra y a 32,05 para la venta en las ventanillas minoristas.
La mayor demanda también se vincula a la expectativa inflacionaria en alza, que lleva a muchos ahorristas a comprar dólares para protegerse de la permanente devaluación que sufre el peso.
Ayer la divisa marcó su séptima jornada consecutiva con subas, en las que acumuló un salto de 1,66 pesos. Y la misma suerte corrió la moneda en el mercado mayorista, donde operan empresas y entidades financieras, pese a los intentos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que conduce Luis Caputo, por saciar la demanda.
La autoridad monetaria ayer volvió a realizar dos subastas de 300 millones de dólares de las reservas y terminó colocando 200 millones de dólares entre los grandes jugadores de la plaza cambiaria. La primera intervención se produjo cerca del mediodía, cuando el dólar mayorista tocó su máximo nivel de 31,60 pesos.
Tras la aparición del Central, que según operadores se complementó con actuaciones en el mercado de futuros, la moneda norteamericana recortó su aumento y se posicionó en torno a los 31,40 por unidad.
Fue apenas un respiro y la demanda no tardó en resurgir para sumar presión. Pero hacia el cierre de las operaciones el BCRA reapareció y entregó otros 100 millones de dólares, a un precio promedio de corte de 31,40 pesos. Caputo consiguió así moderar el salto y el dólar mayorista terminó a 31,35 (38 centavos más que el cierre del lunes).
La dolarización de las carteras pone en relieve las crecientes dudas sobre el rumbo de la economía local y sobre los coletazos que puedan llegar desde el frente externo, donde los inversores siguen de cerca la situación política en Brasil y la crisis de las monedas de los países emergentes.
Puertas adentro, la inestabilidad del mercado cambiario refleja los problemas del Gobierno nacional para dar previsibilidad ante las graves proyecciones para lo que resta del año, con una inflación aún sin freno y con la actividad económica ingresando en una fase recesiva (en junio cayó 6,7 por ciento y acumula tres meses de contracción).
Moody’s formalizó algunos de los cálculos que alimentan la preocupación y hasta vaticinó que la marcha negativa de la economía podría extenderse hasta 2019 por la decisión del BCRA de llevar las tasas de interés al 45 por ciento, el nivel más alto desde 2016, para frenar la debacle cambiaria.
“Si bien el incremento de las tasas ayudará a contener la devaluación del peso, se debilitará aún más la economía, que se aproxima a una recesión que podría extenderse al próximo año”, planteó Gersan Zurita, de la calificadora de riesgo.
La de ayer también fue la primera reacción ante las palabras del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien proyectó el lunes que el producto interno bruto (PIB) caerá 1% este año y reveló que se le pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI) adelantar en septiembre el segundo desembolso de tres mil millones de dólares.
Acciones, en picada
El rojo volvió a ser generalizado en las principales variables financieras: la Bolsa porteña llegó a tocar su nivel más bajo en los últimos 11 meses y las acciones de las empresas argentinas en los Estados Unidos registraron una sangría casi absoluta con desplomes de hasta el 7,1%.
El índice Merval perdió 1,4 por ciento. Quedó en 25.080 puntos y arrastra una baja de 14,4 por ciento en lo que va de agosto. El indicador recuperó terreno luego de perforar el piso de los 25.000 puntos por primera vez desde septiembre del año pasado. La tendencia la encabezaron los títulos de Agrometal (-5,3%), de Metrogas (-5,2%), de Aluar (-5%), de Banco Francés (-4,5%) y de Banco Galicia (-4,2%), entre otros.
Los desplomes se repitieron también en las pantallas de los ADR de las firmas argentinas en los Estados Unidos. Las mayores caídas fueron las del Grupo Galicia (-6,9%), Banco Francés (-6,5%), Banco Macro (-3,9%), y Loma Negra (-3,8%).
Los guarismos dan cuenta de la crisis de desconfianza interna y externa que no logra sortear el Gobierno, incluso con el megacrédito de hasta U$S 50.000 millones que se acordó con el FMI. En ese sentido, algunos analistas proyectan que se necesitarán entre 7.500 y 15.000 millones de dólares adicionales para afrontar con más espalda los futuros compromisos financieros.
En este contexto, el desafío inmediato del equipo económico de Macri será llevar a buen puerto las gestiones con otros organismos financieros, para recuperar la capacidad de acceso al mercado crediticio internacional, y mostrar fortaleza política a través de un acuerdo con los gobernadores para formalizar en el Presupuesto 2019 el plan de ajuste con el que se busca reducir el déficit fiscal hasta el 1,3%.