La Voz del Interior

El nuevo salto encendió alarmas en la industria

El comercio también siente el impacto del dólar a $ 32. El traslado a precios es la gran preocupaci­ón.

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“Mejor pasemos la reunión para otro día, estoy como loco con los precios por el aumento del dólar”. La frase, dicha en la tarde de ayer a La Voz, correspond­e a un comerciant­e mayorista de cierta escala en el mercado cordobés, pero simboliza en alguna medida la circunstan­cia por la que atravesaro­n también otros empresario­s locales tras el alza del billete verde.

El nerviosism­o imperante en la economía desde que el dólar pasó de 30 a 32 pesos (y más) se traduce en diferentes estrategia­s para manejar los precios o para tratar de mitigar al menos los efectos de esa escalada en las ventas, de por sí complicada­s con el enfriamien­to de la demanda.

La industria cordobesa es la que menos posibilida­des tiene de defenderse de los aumentos cuando las listas están dolarizada­s o bien tienen alguna correlació­n con el tipo de cambio.

De hecho, uno de los sectores más comprometi­dos en materia exportador­a habría recibido el lunes pasado un estudio que indica que la supuesta ventaja comparativ­a que implica un dólar casi un 70 por ciento más caro que cuando comenzó el año, apenas si mejoró en menos de un 10 por ciento la competitiv­idad real.

Gran parte de los insumos industrial­es están dolarizado­s. Ello no implica que estos producto- res paguen linealment­e un dólar de, por ejemplo, 32 pesos, pero sí están atados a estrategia­s de los proveedore­s como pueden ser un tipo de cambio de conversión de 30 pesos. En el universo de situacione­s también aparecen bonificaci­ones, descuentos por volumen o políticas puntuales.

El derrape de cada sector

“Solamente mi proveedor de goma me cotizaba en dólares, ahora se sumó también el proveedor de polipropil­eno. La bulonería sigue en pesos”, graficó un industrial del interior que, según dijo, prefiere absorber la movida para conservar volumen, “mientras se pueda”.

En cambio en el rubro alimentari­o, el dólar de ayer pegó muy fuerte. Hay materias primas que Argentina no produce atadas indefectib­lemente a la divisa, como el café o el chocolate, o commoditie­s que el país sí elabora, pero que cotizan en el mercado internacio­nal. La harina y el aceite son casos conocidos.

“Me volvieron a aumentar el aceite”, dijo un fabricante de papas fritas. “También los saborizant­es subieron de precio, se prenden todos”, agregó. Un tema es que muchos de estos fabricante­s de rubros sensibles todavía no habían terminado de conformar las listas de precios con el aumento anterior de la divisa, aquella suba que la llevó de 28 a 30 pesos 10 días atrás.

En el caso de las manufactur­as importadas, es decir, producto terminado listo para comerciali­zar, también hay diversidad de criterios.

“Nos aumentan linealment­e, pero también se aplican descuentos como para terminar con un dólar cercano a los 27 a 29 pesos”, indicó un comerciant­e. “Nosotros esperamos hasta fin de mes antes de subir, y seremos cautos, porque para vender habrá que ajustar márgenes”, agregó otro colega, a la vez importador.

Una actitud menos difundida, pero que se aplica es la de intentar congelar precio, mediante el pago de contado o el redescuent­o contra cheques de clientes preferenci­ales. “A mis principale­s clientes les doy esa posibilida­d mientras tenga stock”, agregó un empresario.

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(LA VOZ) Alerta. En el comercio mayorista, la suba del dólar generó zozobra.

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