Cuando el silencio no es salud
Fue tan impactante e inesperado para el Mundo Instituto el 0-3 del debut frente a Villa Dálmine del sábado pasado –el peor de todos desde que juega en la B Nacional– que muchos hinchas aún no reaccionan. Sobre todo, después de las ilusiones futbolísticas estimuladas antes y después de los festejos del centenario, a partir de los amistosos de pretemporada y de los deseos expresados por todos.
Sin embargo, lo que más sorpresa generó tras el fallido debut fue que ningún protagonista, o casi ninguno, saliera a bancar la parada ante tamaña diferencia entre la expectativa y la realidad. Sobre todo cuando se pierde la forma en el primer partido y ante un rival que sólo se aprovechó de algunas de las limitaciones ofrecidas y cuando queda todo un torneo por delante, el que pretende ser el último en la Primera B Nacional.
A excepción de Franco Canever y de su “esto recién empieza”, el resto de los jugadores, el cuerpo técnico y hasta los dirigentes eligieron el silencio. ¿Qué es lo que no se puede contar con palabras? ¿Tan difícil es hablar de qué se buscó y de lo que salió? ¿Tan grave es hablar de fútbol? ¿De las reservas anímicas que deben existir para torcer el rumbo? Lo peor que se le puede hacer al hincha de Instituto, en este momento, es dejarlo sin razones para creer y sin las respuestas para los interrogantes que se abrieron.
Si el mensaje fue unívoco para los hinchas –cuando se les pide que se hagan socios, que renueven su carné o que lo saquen tranquilos porque es muy probable que algo cambiará–, ahora es cuando más hay que bancar la historia. Hay que hacerse cargo. Es cierto que los resultados son los que mandan y quizá muchos hinchas no quieran saber demasiado de los protagonistas hasta que vuelvan a ganar, pero nadie puede pensar que el 0-3 se dio por casualidad. Aparte, hoy en día ya no se puede subestimar la capacidad de entendimiento de nadie. Las imágenes de los partidos están ahí, al alcance de un clic.
Una respuesta fue el anuncio de la contratación de Julio Chiarini, aunque el golpe de efecto no podrá empatar o ganar el partido en Campana . La gente saludó el regreso del arquero-idolo, pero espera más del equipo. ¿Quién podrá convencerse de que este silencio no es salud para Instituto? Con un primer equipo en modo decepción y sin que se expliquen determinados comportamientos futbolísticos en el inicio mismo de una temporada, sin dudas hará falta más que un arquero que llega con la chapa de haber sido “ganapartidos”.
CON UN PRIMER EQUIPO EN MODO DECEPCIÓN, HARÁ FALTA MÁS QUE UN ARQUERO QUE LLEGA CON LA CHAPA DE HABER SIDO “GANAPARTIDOS”.