Ya son 20 los detenidos de una megabanda que robaba autos
En total hay 24 acusados, 20 de ellos detenidos. Se sospecha que los uniformados tenían diferentes roles. Hubo operativos simultáneos con cerca de 300 agentes. El cabecilla sería un viejo conocido.
Una megainvestigación para desbaratar los tentáculos de la telaraña que envuelve el fenomenal mercado clandestino de vehículos robados y autopartes derivó ayer en una serie de allanamientos simultáneos en los que intervinieron cerca de 300 policías cordobeses, y que culminó con la imputación de 24 personas sospechadas de integrar diferentes células de lo que se entiende que sería una asociación ilícita.
Entre los imputados figuran cuatro policías, todos de bajo rango, que aparecen en esta investigación con diferentes roles, según apuntó la fiscal de Distrito 2, Tur- no 1 de la ciudad de Córdoba, Milagros Gorgas, a cargo de esta causa. Mientras que uno está sospechado de tener un rol activo en un robo; a otro se lo acusa de intentar insertar un falso testimonio para desviar un caso; mientras que un tercero habría ido a comprar autopartes que sabía que provenían del mercado clandestino. A un cuarto se lo acusa de avisar a los delincuentes sobre un operativo.
Uno de los presuntos cabecillas de toda esta banda es un viejo conocido de la Policía. Se trata de Jorge “Cara de Papa” Fredes, quien hace un tiempo volvió a la calle porque se le venció la prisión preventiva en una causa similar por la que había sido detenido en 2012.
Desde que salió de prisión, entiende la fiscal Gorgas, habría vuelto a las andanzas de siempre: el desguace clandestinos de vehículos en La Calera.
Por eso, ahora tanto la fiscalía como los investigadores del departamento Sustracción de Automotores de la Policía, quienes durante meses fueron armando el gigantesco rompecabezas de esta banda “celular”, aguardan que “Cara de Papa” sea juzgado pronto por aquella otra causa.
Según trascendió, cerca de 300 policías allanaron domicilios y talleres de la ciudad de Córdoba, La Calera, Unquillo, Río Ceballos e Icho Cruz.
Veinticuatro personas fueron imputadas y 20 de ellas quedaron detenidas. De estas últimas, tres ya estaban en la cárcel por otros delitos.
De los cuatro policías ahora acusados, tres están presos y uno sigue en libertad. La fiscal prefirió mantener en reserva sus identidades hasta que les tome declaración testimonial la semana próxima.
Cuando Fredes fue capturado allá por 2012, la investigación del fiscal Pedro Caballero terminó por detonar un sismo dentro de Sustracción Automotores.
Cuatro policías de alta jerarquía terminaron imputados junto a él, lo que generó una purga: en horas, 20 suboficiales y oficiales que no habían sido alcanzados por la causa fueron trasladados a otras reparticiones de la Policía.
Ahora, en Jefatura se muestran muchos más tranquilos. Tanto altas fuentes policiales como la propia fiscal resaltaron que fueron los propios investigadores de Sustracción de Automotores los que llegaron a los cuatro agentes ahora imputados y lograron atraparlos sin que se filtrara nada.
Cabe destacar que ninguno de ellos trabaja en esa área. El concepto de “autodepuración” de la fuerza, en este caso, parece haber funcionado de manera adecuada, según se destacó ayer.
Asociación ilícita
La carátula global que encuadra toda la investigación es de asociación ilícita, ya que la causa no se circunscribe a un caso puntual, sino que pretender mostrar una radiografía integral de cómo funciona el mercado clandestino del robo de autos en una parte de la provincia de Córdoba. Un negocio que maneja cifras millonarias.
Según la causa, que lleva meses de trabajo de campo (cerca de un año, según destacaron las fuentes) e intervenciones telefónicas, los sospechosos trabajaban de manera celular: algunos se dedicaban a “levantar” autos (robos con y sin violencia), otros a “enfriarlos” o guardarlos, estaban quienes los desguazaban y aquellos que se dedicaban a vender los vehículos enteros o sus autopartes.
No necesariamente todos respondían a un líder en común, sino que cada “célula” se iba comunicando con otra de acuerdo con sus necesidades, según se investiga.
Por lo general, se buscaban rodados de mediana gama: vehículos cuyas autopartes son muy solicitadas, tanto en el mercado legal como en el clandestino.
Además, se sospecha que una parte de esta banda ofrecía un “servicio especial”: robaban autos a pedido de los propios dueños, que preferían denunciar en el seguro la sustracción antes que poner a la venta el vehículo.
Esto generará un capítulo especial dentro del expediente, en el cual se indagará sobre una presunta estafa a las compañías de seguro, por lo que no se descarta que surjan nuevas imputaciones.
En los operativos de ayer se secuestraron 14 rodados, aunque durante toda la causa ya se habían hallado otros más. También se incautaron varias armas de fuego, dinero en efectivo, teléfonos celulares y documentación que ahora será analizada.