Rebelión de altos estudios
Masivas marchas en todo el país en reclamo por sueldos universitarios.
Una multitud desbordó anoche parte y las inmediaciones de la Plaza de Mayo en respaldo a los docentes universitarios, que desde hace cuatro semanas están en huelga nacional en reclamo de un mayor aumento salarial y de un incremento del presupuesto para la educación superior.
La impresionante movilización excedió el reclamo que encabezan los seis sindicatos universitarios convocantes para convertirse en una multitudinaria asamblea contra la política económica, educativa y social del gobierno que preside Mauricio Macri y contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) y su acuerdo con la administración nacional.
Córdoba estuvo reiteradamente presente en las consignas, en los cánticos y en los discursos de los dirigentes que hablaron, tanto por sus referencias a las luchas estudiantiles, a la Reforma Universitaria de hace un siglo y a la multitudinaria marcha del miércoles en la capital provincial, como también por un cántico que se reiteró y extendió por el Centro porteño: “Qué cagazo, obreros y estudiantes, como en el Cordobazo”.
Un acoplado atravesado sobre la calle Bolívar, a la entrada de la Plaza de Mayo y frente al Cabildo, de espaldas a la Casa Rosada y de cara a la Avenida de Mayo, sirvió de escenario desde el cual se apreciaba a miles de personas. Muchos docentes, ciudadanos de a pie y militantes de organizaciones políticas de oposición, pero sobre todo estudiantes y jóvenes que hicieron recordar las marchas a favor de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo de semanas atrás.
Pero anoche, los pañuelos verdes de entonces fueron remplazados por los azules, o se entrelazaron con ellos, con la leyenda: “En defensa de la universidad pública”. Y los pañuelos signaron a esa multitud que se extendió: desde el palco hacia la mitad de la Plaza de Mayo; por la avenida, hasta cubrir apretadamente las cuatro cuadras hasta la 9 de Julio y superarla, y por las calles aledañas, pese a la lluvia persistente y al frío, que golpeaba con ráfagas de viento sur.
Los discursos estuvieron a cargo de los secretarios generales de cinco de los seis sindicatos de docentes universitarios que hoy volverán a sentarse con las autoridades del Ministerio de Educación en procura de un acuerdo paritario. Hasta el miércoles, cuando se pasó a un cuarto intermedio hasta hoy, la oferta era de un anticipo a setiembre del 4,2 por ciento previsto para noviembre, lo que redondeaba un 15 por ciento sumado a los dos pagos previos; más dos sumas fijas en noviembre y diciembre, cuando recién entonces se llegaría a 21 por ciento, contra el 30 que piden los docentes.
Los discursos coincidieron en el compromiso ante la multitud de continuar la lucha por defender el “poder adquisitivo” de los salarios frente a la inflación, como también por el presupuesto que garantice el funcionamiento de las 57 universidades públicas; en particular, las del Gran Buenos Aires (la mitad de sus alumnos son primera generación de universitarios, se subrayó). También reclamaron a los legisladores nacionales la defensa de los recursos para las universidades cuando se discuta desde el 15 de setiembre el Presupuesto 2019.
“Hoy hemos roto el techo indignante del 15 por ciento. Pero esto no se arregla con un poquito más del 15 por ciento. Vamos a seguir en la lucha para defender el poder adquisitivo de los compañeros docentes y no docentes. Vamos a seguir la pelea por el presupuesto, para que sigan abiertas las 57 universidades públicas del país”, recalcó el secretario general de la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), Daniel Ricci.
Su par de la Conadu, Carlos de Feo, al cerrar el acto, sostuvo la necesidad de “luchar en unidad” y dijo que la protesta de los docentes “va más allá de lo salarial”. “Queremos una universidad pública, gratuita, laica e inclusiva, capaz de formar para el desarrollo de nuestro país, cosa que a este Gobierno oligarca y vendepatria no le importa”.
Al pie del palco, en sillas de rueda, estuvo Nora Cortiñas, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo; y arriba, entre los dirigentes, Sergio Maldonado, el hermano de Santiago, muerto el año pasado cuando participaba de una protesta mapuche.