La Voz del Interior

Nerviosena­lza,expectativ­asporel piso y parálisis en el Centro cordobés

- Héctor Brondo hbrondo@lavozdelin­terior.com.ar

“¡Ay, mi Dios, cuándo terminará esta locura!”, exclamó María Esther (72) frente a la vidriera de una financiera que opera a metros de Anses. “Todavía falta rato”, le respondió Mario meneando la cabeza desde atrás de una bufanda que le protegía la garganta de las ráfagas frías del mediodía de ayer.

Como en otras pistas del país, el dólar demostró su tremendo vigor en el circuito de la city cordobesa durante una carrera sin obstáculos en la que batió su propio récord de cotización, sin solución de continuida­d. A las 14.30, en la cartelera del Bancor el dólar marcó los 42 pesos para la venta.

“Esto no tiene control. Hay que apostar al dólar por más caro que esté”, sugirió un chef en tono de resignació­n. El cocinero le comentó que la apreciació­n vertiginos­a de la moneda norteameri­cana complica demasiado a la actividad gastronómi­ca y que la carta ya no se puede actualizar, porque “espanta a los clientes”.

Compañías de viajes y cambio, como Barujel y Coin, decidieron suspender las transaccio­nes, a la espera de un panorama más claro. Lo real es que la mayor parte de los clientes sacaban fotos a la cartelera y pegaban la vuelta: las transaccio­nes fueron mínimas.

También los “arbolitos” mostraron una conducta errática durante la mañana.

En los comercios, la parálisis era ayer el dato saliente en el Centro. Pablo Bas, titular de la sucursal de Arredo en la calle Rivadavia reconoció que la devaluació­n arrecia en su negocio. “Ha caído mucho la venta y se ha modificado la demanda. Sólo se compra lo imprescind­ible”, aseguró.

Un joyero de la galería San Martín asintió. “Nadie compra ni vende nada”, explicó.

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(PEDRO CASTILLO) Para la foto. En Córdoba, Barujel y Coin suspendier­on las ventas cuando el dólar estalló.

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