Pasó por Córdoba el reclamo por la autovía de Punilla
Miles de manifestantes se movilizaron ayer para protestar contra la autorización ambiental de la autovía de la ruta 38. Duras consignas contra el proyecto de la Provincia y contra los intendentes serranos que lo apoyan. Mucha originalidad en trajes y en
“El Punillazo”, la movilización contra la autovía de la ruta 38, se metió ayer en pleno Centro de Córdoba. La marcha congregó a miles de habitantes del valle serrano y de distintos puntos de la provincia, incluida la propia Capital.
La protesta se hizo escuchar a través de intervenciones musicales y artísticas que recorrieron todo el trayecto hasta la explaza Vélez Sársfield, lugar en el que se montó un acto, seguido de un festival. Durante todo el recorrido abundaron las expresiones de repudio al permiso ambiental firmado la semana pasada por la Secretaría de Ambiente de la Provincia que autoriza, aunque con modificaciones a la idea inicial, el segundo tramo de la obra entre San Roque y Cosquín.
La licencia ambiental es el paso que requería la Dirección Provincial de Vialidad para avanzar en la licitación del tramo de 14 kilómetros de extensión, que unirá la obra del puente sobre el lago San Roque con la ciudad de Cosquín. Fue concedida el pasado 24 de agosto y generó el rechazo de organizaciones ambientalistas.
“Estamos acá defendiendo el derecho a decidir cómo habitar nuestro territorio y el ambiente sano, para desarrollarnos indivi- dual y colectivamente. Es tanto mi derecho como el tuyo”, declaraba Javier, casi llegando a avenida General Paz.
“Toda esta gente no quiere entregar los ríos y los montes a los vivos de siempre”, resaltaba Fernanda, vestida toda de negro y con una máscara de nariz puntiaguda.
Detrás de ellos venía una aplanadora gigante construida con papel, cartón y ruedas de bicicleta, toda pintada de un amarillo que resaltaba en medio de la muchedumbre. Adentro, como manejando la máquina, un par de chicas se movían para arriba y para abajo, acompañando el movimiento de la maqueta. A los costados caminaba una persona disfrazada con un traje oscuro y una guadaña. Era la representación de la muerte, claro.
“Primero los montes, después los ríos, las sierras y al final morimos todos: así termina esta historia”, sentenciaba Carolina, que miraba la escena y sacaba fotos con un celular.
Durante la marcha, los ambientalistas denunciaron que los intendentes punillenses suscribieron su apoyo al proyecto sin un asesoramiento previo al estudio ambiental. Mencionaron a la comuna San Roque, Santa María de Punilla, Bialet Massé y Cosquín. “La firma de los intendentes fue sin información técnica ni asesoramiento profesional sobre lo que estaban autorizando; sin informar a sus concejos deliberantes ni consultar al pueblo; sin realizar una ordenanza o decreto que publicite oficialmente el acuerdo”, señalaron.
Licencia social
Más cerca de la cabecera, señalaron la posibilidad de un “ecocidio” en caso de que las obras avancen, ya que lo harían “sin reparar en la salud ambiental de los cursos de agua, de la flora y la fauna”.
Además de cuestionar al gobernador Juan Schiaretti, también apuntaron al secretario de Ambiente, Javier Britch, y al presidente de Vialidad Provincial, Osvaldo Vottero, a quienes cuestionaron por mostrar “la parte más conveniente” del estudio de impacto ambiental.
Los duros posicionamientos fueron arribando a la plaza y allí se leyó un documento que destacó la multitudinaria audiencia pública del 11 de mayo, en Santa María de Punilla, como un “hecho histórico al que no asistió el secretario de Ambiente de la Provincia”.
“Sin licencia social, no hay licencia ambiental”, cerró la lectura del documento. Después siguieron los números artísticos en un festival que repitió, consigna tras consigna, las máximas que convocaron a los manifestantes.