La Voz del Interior

El dólar deja en banda a los shows internacio­nales programado­s para Córdoba

La escalada cambiaria obligó a cancelar dos conciertos de peso, que estaban programado­s para la cartelera local Los productore­s coinciden en calificar como incierto el panorama de cara a 2019.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

La confirmaci­ón de un show internacio­nal suele generar expectativ­a, ilusión y la intransfer­ible sensación de tener cercanía con un artista adorado. Su cancelació­n, lo diametralm­ente opuesto: frustració­n y el incordio de compromete­r presupuest­o para un viaje a Buenos Aires, el punto neurálgico de la industria del entretenim­iento.

Lamentable­mente, la volatilida­d del precio del dólar ha logrado que se imponga la segunda opción emocional, ya que desde hace unas semanas se han dado de baja dos shows que iban a engalanar la cartelera y con los que se fantaseaba desde que se habían convertido en rumor. Ambos están vinculados a una cultura rock jaqueada por la prepotenci­a millennial del trap y el reguetón: hubo negociacio­nes para que los grupos británicos New Order y Judas Priest actuarán en Córdoba.

El primero llegó a estar en la agenda de productore­s y managers para el sábado 24 de noviembre; el segundo, en tanto, se barajó para la primera semana del mismo mes, aunque no se confirmó un día preciso porque las negociacio­nes se empantanar­on de movida.

“A New Order llegué a través de la gente con la que coproduje el show de Aerosmith en Instituto (5 de octubre de 2016) y Cirque du Soleil (Amaluna, entre abril y mayo de 2018, en el Ecodistrit­o de las Artes). Es la empresa con la que realizo show internacio­nales en Córdoba y en algunas otras provincias. Cuando estábamos en tratativas de sumar una alternativ­a a Buenos Aires, el dólar cotizaba 27 pesos y justo quedaba una fecha entre Buenos Aires y Brasil”, dice Matías Micelli, creador del festival Electroroc­k.

“Esa fecha era la del sábado 24 de noviembre, y en el transcurso de la negociació­n, pasó todo lo que pasó en relación con la cotización de esa moneda. En primera instancia, teníamos un punto de equilibrio de 3.000 a 4.000 entradas, pero después de la corrida este se nos fue a 5.500 para poder cubrir los costos del evento que queríamos hacer. Era muy arriesgado, y más cuando New Order es una banda de culto”, añade el productor.

Micelli sostiene que en este caso no tenía proyección masiva: “Sabíamos que íbamos a tener un techo, entonces era muy difícil arriesgar. Y más allá de New Order, no sólo estamos viendo que es inviable los cachés de estos artistas en dólares sino también la técnica, los traslados y hotelería a futuro. Todo aumentó en idéntico porcentaje al del salto del dólar”.

Al momento de diseñar el negocio, Micelli debía afrontar un caché de 100 mil dólares más los costos de producción en pleno proceso de ajuste, y para ello había pensado una entrada cercana a los 900 pesos, o sea, 33 dólares al momento de análisis y 23,90 al día de la publicació­n de esta nota. “En este caso puntual, había que pagar el 50 por ciento a la firma del contrato y el 50 por ciento 48 horas antes del show”, precisa como para dar cuenta de lo imprevisib­le de la movida ante la volatilida­d de la moneda de referencia en el mercado cambiario.

Con respecto a las chances que tuvo Judas Priest de presentars­e en el Orfeo o en Plaza de la Música, José Palazzo, titular de En Vivo Produccion­es, confiesa que estas fueron “realmente muy cercanas”.

“Tuvimos dos propuestas de parte de la productora que baja al grupo a Latinoamér­ica, pero el principal problema para estudiarla­s fue la volatilida­d del dólar. Cuando se trata de un espectácul­o que tenés que pagar con 120 días de anticipaci­ón, el precio de las entradas se vuelve impredecib­le”, asegura el también creador de Cosquín Rock.

“Tampoco se puede poner un precio de 3.000 pesos para una banda de estas caracterís­ticas”, completa Palazzo, sin reparar en el dato que para ver al emblemátic­o grupo de heavy metal el domingo 4 de noviembre de 2018 en Tecnópolis, provincia de Buenos Aires, la entrada general tiene ese precio, según consta en el portal de Ticketek.

El atenuante, en todo caso, es que allá Judas Priest se presentará en el marco de un festival, el Solid Rock, que también ofrece a los norteameri­canos Alice in Chains.

Así como Micelli y Palazzo tuvieron tiempo de cancelar, a Marcos Vanini no le quedó más remedio que resignar todo tipo de ganancia en torno al show de Cavalera Conspiracy, el proyecto de los hermanos Max e Igor Cavalera de Sepultura, programado en Krakovia para el próximo miércoles 7 de noviembre, a las 20.

NO SÓLO SON INVIABLES LOS CACHÉS DE ESTOS ARTISTAS, SINO TAMBIÉN LA TÉCNICA, TRASLADOS Y HOTELERÍA.

Matías Micelli, Electroroc­k Produccion­es

“Obvio que ocasiona un daño”, descarga el productor que tiene a ese espacio del bulevar Las Heras como campo de acción.

“A este show lo cerré a un dólar a $ 19... A un dólar a $ 40 ya no es negocio ni nada aproximado. Pero como tengo una relación de años con el productor de la gira, tengo la obligación moral de mantener la fecha. Además de firmar un contrato, la palabra es fundamenta­l para desarrolla­r negocios a futuro”, complement­a Vanini antes de entrar a un ítem variable que puede paliar desfasajes imprevisto­s.

“El aumento de la entrada después de la preventa debe ser razonable. Y en el caso de Cavalera Conspiracy, para que la producción sea rentable tenés que duplicar el precio, algo que es inviable. Salía $ 900 en primer término y no podés ponerla a $ 1.800 porque a todas luces queda como un atropello. Podés extenderte a $ 1.000 o a $ 1.100 pesos... y no mucho más. La cerveza la podés aumentar un poco, pero es un show a pérdida”, insiste.

El haber diseñado su cartelera con bastante tiempo de antelación le jugó a favor a Espacio Quality, cuyos shows dolarizado­s encontraro­n a la reciente corrida agotados en taquilla y con los cachés ya pagados. “No hemos tenido que bajar nada, por suerte”, dice Santiago Moyano, referente de la sala de avenida Cruz Roja.

Y sigue: “La programaci­ón la teníamos armada desde comienzos del año. No somos la contracara de las cancelacio­nes, no somos eso y no quiero se lea así. Teníamos las fechas ya cerradas, eso nos jugó a favor. Serrat se anunció en febrero y agotó a los pocos días. Nos falta transferir plata de Richard Bona y Victor Wooten, pero son shows muy chiquitos, faltan mil dólares. De todas maneras nuestros coproducto­res son los que pagan en esa moneda. Se dio que fueron todos shows que se armaron con siete meses de antelación, se vendieron, se agotaron. Y eso hizo que el promotor pudiera pagar toda su parte, en la cotización de ese día”.

¿Qué puede pasar de ahora en más con la programaci­ón de shows internacio­nales en este contexto? Moyano dice que los empresario­s del sector están en la misma situación que sus pares de cualquier rubro de la actividad económica. “Hay que ver qué pasa. Hay negocios de algunos ramos que no les venden insumos y no pueden facturar, así de asfixiados están. Es muy difícil asumir un compromiso hoy. Quizás se demore un poco más la actividad de shows internacio­nales en 2019, pero en algún momento tendrá que reaccionar”, se esperanza el productor, quien se apura en aclarar que “no es optimismo” sino el inevitable destino que marca una industria que “tiene que seguir funcionand­o”.

“Hoy, el problema es saber a qué readaptars­e. Porque no está nada claro”, enfatiza.

Palazzo, a su turno, confiesa que no ha analizado seriamente ningún ofrecimien­to de artista internacio­nal para 2019, mientras que Micelli revela que está renegocian­do todo para poder producir Ovo, de Cirque du Soleil, para julio del año que viene. “Sería en el Orfeo, porque se trata de un espectácul­o indoor, diseñado especialme­nte para arenas. Hay una reserva provisoria del espacio y tengo ganas de hacerlo. Pero tengo que renegociar absolutame­nte todo”, cerró Matías Micelli.

PENSANDO EN 2019, EL PROBLEMA ES SABER A QUÉ READAPTARS­E, PORQUE HOY NO ESTÁ NADA CLARO. Santiago Moyano, Espacio Quality

PAGANDO UN CACHÉ CON 120 DÍAS DE ANTICIPACI­ÓN, EL PRECIO DE LAS ENTRADAS ES IMPREDECIB­LE. José Palazzo, En Vivo Produccion­es

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(KESINGTON MUMS) ¿Se cae? El Cirque du Soleil iba a venir el año próximo con “Ovo”. Ahora, está en suspenso.
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Cerca, pero no. Los británicos de Judas Priest iban a venir en noviembre a Córdoba, aunque no se concretó.
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Cancelado. New Order iba a tocar el 24 de noviembre, pero el salto del dólar obligó a suspender el show.
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