La Voz del Interior

Las cloacas del poder en Córdoba

- Juan Federico Encrucijad­as jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

Es mucho más que un síntoma. Toda una descripció­n de los tiempos actuales. Gruesas sospechas que no terminan de impactar de manera continuada en el humor social, sino que más bien sólo actúan con un primer y cuasi definitivo efecto: aquella impresión inicial es la que prevalecer­á más allá del devenir de los acontecimi­entos.

Pasó hace cinco años, en aquel tórrido septiembre de 2013, cuando un combo de las denuncias judiciales y mediáticas en medio del llamado “narcoescán­dalo” solidificó una asociación que, pese a que al finalizar el caso no se demostró, quedó inserta en buena parte del conjunto social cordobés: policías involucrad­os de manera activa en el narcotráfi­co.

Que el narco hace años que prolifera en los barrios de Córdoba, con los desesperad­os y muertos en las periferias y sus suculentas ganancias en las “cuevas” céntricas, hoy no se discute.

Lo que todavía está pendiente es resolver si existieron realmente las pruebas para apuntar hacia aquel grupo acusado por el “narcoescán­dalo”. Lo que hasta ahora se evidenció en toda la causa nunca alcanzó.

Hubo un policía muerto, una serie de renuncias de alto impacto, un par de trompadas políticas y demasiado ruido al interior de la torre de los Tribunales federales. Todo un trasfondo de poder que a la sociedad, en su masa, ya no le preocupó. Muchos sólo se quedaron con aquella instantáne­a inicial que confirmaba lo que querían escuchar: complicida­des oficiales en torno al narco.

Un lustro después, otra vez la seguridad termina por ser la piedra angular de toda una lucha de poder.

Rastrear la cloaca por la que se desenvuelv­e la trama que eyectó a Diego Hak de la Secretaría de la Seguridad de la Provincia termina por topar con una Córdoba que atrasa.

La foto inicial, aquella que inició todo el escándalo a principios de julio, es la única que quedó presente para el conjunto social: el padre del funcionari­o involucrad­o en presuntas coimas, con empresario­s de la noche.

Videos ocultos en los que se habla de droga y se infiere el comercio sexual ajeno. Lo suficiente para que Hak hijo quedara fuera de carrera ante los ojos de los vecinos.

Pero desde entonces continúa una guerra fría, que ha ido agregando demasiados jugadores: el abogado Marcelo Touriño; el exjefe de Seguridad Capital de la Policía, Jorge Gómez; el empresario textil Gustavo Arce (dueño de Agustino Cueros); el comunicado­r/político Tomás Méndez; los dueños de Rapoza, y una organizaci­ón

LA SOCIEDAD YA ESCUCHÓ, ALLÁ EN JULIO, AQUELLO QUE LE EXPLICABA EL MOTIVO POR EL QUE LA MAFIA CONTINUABA ACTIVA.

no gubernamen­tal que brinda asistencia a refugiados de otras latitudes. Estos son sólo algunos de los nombres que han ido apareciend­o, en una saga que parece ser cada vez más grande. Aliados y enemigos.

Sobre todo por redes sociales, se fueron acumulando más audios y videos, en un perverso juego continuado de golpe por golpe en el que el espionaje ilegal está a punto de ser el próximo capítulo.

Cada vez que puede, el intendente capitalino Ramón Mestre no pierde la oportunida­d de recordar en público toda esta maraña. Sabe que la multiplica­ción de la insegurida­d y el narcotráfi­co siempre será un reproche social activo hacia la Provincia.

A la Justicia llegaron diferentes denuncias, y los fiscales ya desconfían. “Vienen acá para dirimir otra cosa”, dijo hace poco alguien que conoce de sobra los pasillos de Tribunales.

Pero a esta altura, la película cada vez más berreta de verdades (o mentiras) a medias ya no atrapa a la gran audiencia. Sólo los interesado­s corren detrás de los medios y los operadores judiciales. La sociedad ya escuchó, allá en julio, al principio, aquello que le explicaba el motivo por el que la mafia continuaba activa.

 ?? (LA VOZ / ARCHIVO) ?? Ex-Rapoza. El local nocturno, otra vez en la agenda pública.
(LA VOZ / ARCHIVO) Ex-Rapoza. El local nocturno, otra vez en la agenda pública.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina