Hubo foto, pero la película está por verse
El Gobierno nacional tuvo ayer la foto que buscaba: sentó a la mesa a 22 de las 24 provincias, con las únicas ausencias de San Luis y de La Pampa. Y todos los que estuvieron salieron diciendo lo mismo: que Argentina tendrá presupuesto en 2019 y que ese cálculo será equilibrado y equitativo. Para que eso sea posible, se recortarán partidas por 100 mil millones de pesos a las provincias –sobre un total de casi 500 mil millones que ajustará la Nación– y se subirán impuestos.
La foto ayer llegó puntual desde la Casa Rosada. Lo real es que la película del ajuste presupuestario todavía está por verse y tendrá sus escenas cruciales en el Congreso de la Nación.
Los mismos gobernadores que estuvieron sentados a la mesa de Mauricio Macri advertían al salir de que no habían visto siquiera un borrador del proyecto de Presupuesto que a más tardar el lunes ingresará al Congreso. Nada indica que esa discusión legislativa vaya a resultar sencilla para Cam- biemos: a la hora de contar los votos, es muy probable que el peronismo encuentre reparos puntuales, o generales.
Eso no ocurrió ayer. Los gobernadores aceptaron renunciar en bloque al objetivo de máxima que compartían: que se postergara por un año la reducción de Ingresos Brutos (en numerosas provincias, la principal fuente de ingresos).
LOS GOBERNADORES AVISAN QUE NO VIERON NI UN BORRADOR DEL PRESUPUESTO. SERÁ EN EL CONGRESO DONDE PONGAN LOS REPAROS.
En cambio, lograron postergar la baja del Impuesto a los Sellos, que también estaba prevista en el Consenso Fiscal. ¿Mantendrán esa postura los representantes de las provincias en el Congreso? Es la gran duda que subsiste tras la foto de ayer.
Los cálculos preliminares indican que –a valores de este año– Córdoba perderá con el ajuste algo más de ocho mil millones de pesos. Compensará 2.500 millones con la postergación de la baja de Sellos, y logró una promesa que calma la preocupación mayor de la gestión de Juan Schiaretti: Anses seguirá financiando el déficit imparable de la Caja de Jubilaciones.
No es poco. Tampoco está claro que las provincias no pidan algo más en el Congreso.