Cualquier momento es bueno para demostrar
Se vive una nueva era en la selección argentina, llena de estrenos. Desde el DT Lionel Scaloni y sus ayudantes hasta aquellos jugadores que alcanzaron a tener cierto rodaje, pero que casi siempre debieron orbitar en torno a la generación de Lionel Messi (hoy fuera de la selección, de acuerdo con AFA) y a los que más jugaron con él. Un grupo cuyos recursos se agotaron y de la manera más absurda, al creer que la suma de los talentos sería suficiente para convertir a la selección en una potencia futbolística y hasta para prescindir de la figura de un entrenador como ocurrió en el ciclo de Jorge Sampaoli. El mismo que llegó a preguntarle a Messi si debía hacer ingresar al “Kun” Agüero en pleno partido con Nigeria.
Pero no es tiempo de recordar miserias, sino de empezar a descubrir qué y cómo piensa Scaloni y lo producido por los jugadores. La mejor noticia de este inicio es que el equipo mostró los trazos de una idea inicial de ataque. Presión alta, recuperación y circulación rápida con Giovani Lo Celso, Exequiel Palacios y Gonzalo Martínez para desequilibrar con los extremos (desborde o diagonal de Pavón o Meza) o morir en el intento del pase profundo e hiriente para Simeone o para Icardi. Es el intento por darle una identidad que el equipo no tiene desde la fase inicial del Mundial de Brasil y con Alejandro Sabella como DT, quien ordenó al equipo.
Lo cierto es que, con ese solo hecho, Scaloni ya hizo más que que Sampaoli y Bauza, por caso. Guatemala y Colombia fueron los primeros examinadores; luego, vendrán Egipto y el clásico con Brasil. La Copa América 2019 y el Mundial de Qatar 2022 quedan lejos y el presente indica que Scaloni les dará oportunidades a muchos. Entre ellos, a los cordobeses Pavón, Dybala, Vázquez, Saravia y Bustos. También será el turno de otros que se quedaron sin jugar en Rusia, como el ya mencionado Lo Celso u otros que jugaron poco, como Federico Fazio.
Es el tiempo de validar antecedentes, de pensar menos en la comodidad –y en los objetivos que los relacionan con sus clubes–, y mucho más en hacer historia con la selección. Ese objetivo jamás perderá vigencia, ya sea al comienzo, en el desarrollo o en el final de una etapa.