La Voz del Interior

La guerra fría entre los gobernador­es peronistas

- Julián Cañas La trastienda jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

Juan Schiaretti salió de la reunión con los colegas de su partido con un convencimi­ento: es una misión imposible la unidad del peronismo nacional.

La cumbre del martes pasado en el Consejo Federal de Inversione­s (CFI) porteño tuvo momentos de alta tensión, rozando el escándalo.

El pampeano Carlos Verna embistió contra Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, en varios cruces con tonos elevados.

Tanto, que el gobernador salteño –habitualme­nte mesurado– lanzó un epíteto por lo bajo que no escuchó Verna, pero sí otros mandatario­s: “Es un viejo gagá”.

En la cumbre quedaron expuestas las divisiones entre peronistas. Diferencia­s que en el fondo tienen nombre y apellido: Cristina Fernández.

Los gobernador­es más críticos con el macrismo mantienen contactos con la expresiden­ta, a quien consideran la única peronista que puede derrotar a Cambiemos en las urnas.

Mientras que desde la otra orilla de la grieta peronista, Schiaretti y Urtubey encabezan el largo listado de dirigentes que consideran que Cristina “es parte del pasado”, y que el PJ debe reconstrui­rse lejos de los postulados de la expresiden­ta.

Los gobernador­es más cercanos a Cristina acusaron al mandatario cordobés y al salteño de jugar para la Casa Rosada.

Esta disputa comenzó antes de que los gobernador­es llegaran a la reunión.

Los más duros intentaron que miembros de la CGT participar­an de la cumbre. El tucumano Juan Manzur, un exdialogui­sta que ahora se pasó a la vereda de los críticos, propuso que los gremialist­as tuvieran sillas en la larga mesa del CFI.

Schiaretti y Urtubey se opusieron. Argumentar­on que se trataba de una negociació­n entre gobernador­es y el Gobierno nacional, en la cual la CGT no tenía nada que hacer.

El gobernador cordobés quedó molesto con el tucumano. Consideró que esa jugada lo enfrentó innecesari­amente con los miembros de la cúpula de la central obrera.

Por estas horas, Schiaretti está armando una reunión con la CGT para explicar que su postura no era en contra de los trabajador­es, pero que en esta negociació­n no podían participar.

No sorprender­ía que en la semana próxima, Schiaretti visite la sede cegetista porteña de la calle Azopardo.

La reunión de gobernador­es opositores, antes de la cumbre en la Casa Rosada con el presidente Mauricio Macri, no logró ninguno de los objetivos planteados de antemano: los dialoguist­as propusiero­n que se firmara un acuerdo con la Nación, para dar una señal de gobernabil­idad.

Mientras que los más opositores querían hacer público un documento muy crítico de la política económica del Gobierno nacional. Ambos escritos quedaron para otra oportunida­d.

La división de la liga de gobernador­es del PJ quedó expuesta.

Tal vez, esa sea la única luz en el oscuro sendero que está transitand­o la gestión del presidente Macri.

Reunión del PJ Federal

En los próximos días, el Peronismo Federal –enfrentado con el cristinism­o– armaría una foto para relanzar el espacio. Estarían Schiaretti, Urtubey, el senador Miguel Pichetto y Sergio Massa, en otra cumbre que sería en Capital Federal.

También se habla de Córdoba como lugar del encuentro, pero anoche fuentes schiaretti­stas lo descartaro­n.

Meses atrás algunos gobernador­es peronistas pensaban en Schiaretti como una alternativ­a para unificar a todo el PJ. Esa posibilida­d es casi imposible, luego de la reunión en el CFI.

Por ahora, el mandatario cordobés sólo piensa en su reelección. Mientras, él y un grupo de gobernador­es tratan de blindar de gobernabil­idad a la gestión de Macri.

Aunque el mandatario también tiene sus problemas en el patio de su casa. Si bien no se han hecho públicas, Schiaretti tiene con su antecesor José Manuel de la Sota las mismas diferencia­s de criterio sobre la interna peronista nacional, que con varios integrante­s de la liga de gobernador­es.

De la Sota sigue en silencio. Pero desde su entorno difunden que estaría molesto con Schiaretti por la falta de apoyo a su proyección nacional.

El gobernador no coincide con su socio político provincial, quien en los últimos meses se acercó al cristinism­o. Si De la Sota no está en la cumbre del PJ Federal, será otra señal de esas diferencia­s.

Todos los peronistas cordobeses aseguran que ambos referentes acordarán, como siempre, en un contexto de guerra fría nacional y la tensión en el PJ cordobés.

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(LA VOZ) Cumbre áspera. La división del PJ quedó expuesta en el CFI.
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