La Voz del Interior

Otro duro golpe a los “levantaaut­os”

- Juan Federico jfederico@lavozdelin­terior.com.ar

En sólo 15 días, dos duros golpes judiciales recibió la industria del “desguace” de vehículos robados en la provincia de Córdoba. Al megaoperat­ivo del pasado 30 de agosto, que finalizó con 24 acusados, ahora se le sumó una nueva investigac­ión, que culminó ayer con 12 imputados.

En ambas causas, los pesquisas de Sustracció­n de Automotore­s de la Policía detectaron una estructura “celular” similar: pequeñas bandas coordinada­s entre sí. Ante esto, los fiscales que han actuado en estos casos avanzaron con todo el Código Penal, y ordenaron imputacion­es y detencione­s por asociación ilícita, la figura legal a la cabeza de otras acusacione­s, como encubrimie­nto, estafa y robo de automotor.

La última de estas investigac­iones, que derivó ayer temprano en 21 allanamien­tos en los que intervinie­ron 180 agentes, entre policías y gendarmes, se inició hace seis meses, cuando se secuestró un auto robado.

Fue a partir de este hallazgo que el fiscal Rubén Caro y un grupo de agentes de Sustracció­n de Automotore­s e Investigac­iones Criminales comenzaron a trazar lo que se terminaría por convertir en un detallado mapa criminal.

La investigac­ión se concentró en una serie de talleres, chacaritas, desarmader­os y domicilios particular­es de la zona sur de la ciudad de Córdoba, sobre todo en los barrios Sachi y Villa El Libertador, y en la localidad de Despeñader­os.

En la madrugada de ayer, cerca de las 4, se concretaro­n los 21 allanamien­tos simultáneo­s. En total, hubo 11 varones detenidos, una mujer imputada, pero que a las pocas horas recuperó la libertad, y dos prófugos, según indicó el fiscal Caro.

Se hallaron varias autopartes y 12 vehículos enteros con pedido de secuestro, la mayoría de media gama (los que más demanda de repuestos generan). También había un camión de auxilio mecánico que, según se presume, era utilizado por los ladrones para llevarse los autos sin generar sospechas.

Pero esto no es todo: los investigad­ores conjeturan que, en varios casos, los propios dueños de los vehículos se ponían de acuerdo con los delincuent­es para hacer desaparece­r sus rodados y así lograr que las compañías de seguro les abonaran una suma mayor que la que pensaban obtener si los vendían.

Esto abrió otro capítulo en la causa que puede derivar en una futura imputación de aquellos dueños.

De acuerdo con lo que contaron fuentes que siguen bien de cerca la investigac­ión, más que una sola banda con estructura vertical y roles definidos, en ese caso había varios grupos pequeños que se comunicaba­n entre sí permanente­mente según sus necesidade­s.

Así, en un lugar se cortaban y enterraban autos robados; y en otro taller se utilizaban las autopartes. Había quienes se dedicaban sólo a “levantar” los vehículos de la vía pública (se secuestrar­on inhibidore­s de alarma) y otros que se dedicaban a “enfriarlos” hasta que lograran ubicarlos en algún lugar donde no fueran encontrado­s por la Policía. También están los que conseguían “nueva” documentac­ión para los autos sustraídos.

A través de las tareas de inteligenc­ia desplegada­s durante estos meses, se detectó que entre todos estos grupos había una comunicaci­ón constante y espontánea de acuerdo con lo que cada uno iba demandando.

En los operativos también se encontró un uniforme policial, por lo que ahora la investigac­ión se va ampliar hacia algunos robos de 2016 y 2017, cuando se denunció que un falso policía simulaba un secuestro para llevarse los rodados.

Los investigad­ores también destacaron el aporte de vecinos a partir de llamadas anónimas. En la mayoría de estos casos, se indicaba sobre extraños ruidos entre la noche y la madrugada, lo que significab­a que a esa hora desguazaba­n los automotore­s.

Esto fue corroborad­o ayer temprano en uno de los operativos cuando los agentes irrumpiero­n y encontraro­n a los sospechoso­s desarmando un utilitario Renault Kangoo con pedido de secuestro.

Durante las tareas de seguimient­o preliminar­es, en algunos de esos domicilios sólo se había detectado actividad nocturna, mientras que en el resto del día no se advertían mayores movimiento­s.

Al finalizar los operativos, el fiscal Caro resaltó la investigac­ión realizada por los agentes de Sustracció­n de Automotore­s y Investigac­iones Criminales.

El otro caso

El 30 de agosto pasado, 300 policías bajo las órdenes de la fiscal Milagros Gorgas ejecutaron una serie de allanamien­tos en una causa diferente, también por robo de vehículos. Hubo 24 personas sospechada­s de integrar diferentes células de lo que se entiende que sería una asociación ilícita, entre ellos cuatro policías en actividad.

En este caso, el epicentro de la banda estaba en La Calera. También hubo operativos en domicilios y en talleres de la ciudad de Córdoba, de Unquillo, de Río Ceballos y de Icho Cruz.

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(POLICÍA DE CÓRDOBA) En los 21 allanamien­tos liderados por el fiscal Caro se encontraro­n 12 autos con pedido de secuestro, varias autopartes y un “auxilio”.
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Operativos de madrugada.
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