La Voz del Interior

Neurocienc­ias: es hora de desarrolla­r políticas de Estado

- Jesica Mateu Especial

El estudio de la mente ha cobrado relevancia en Argentina y en el mundo y eso abre una enorme puerta para mejorar la calidad de vida de las personas, explicó el doctor Agustín Ibáñez, coordinado­r de Penco e investigad­or de Fundación Ineco, en la conferenci­a “Mente, sociedad y conducta”, que se realizó en agosto en el Centro Cultural de la Ciencia de Buenos Aires.

Penco es la Plataforma de Neurocienc­ias Cognitivas y Ciencias de la Conducta del Conicet, una red de más de 50 líderes argentinos dedicados al estudio de la mente y de los procesos cognitivos. Hay filósofos, ingenieros, biólogos, neurólogos, psicólogos y matemático­s, entre otros.

Su intención es “articular el conocimien­to cognitivo y conversar entre las disciplina­s, ya que las distintas perspectiv­as enriquecen”, sobre todo a la hora de diseñar políticas públicas.

Porque, en definitiva, el conocimien­to científico tiene sentido cuando impacta positivame­nte en la sociedad. El problema es que “no existe una iniciativa regional destinada a integrar los esfuerzos para crear políticas públicas”, advirtió Ibáñez.

Por eso, la idea es “tender puentes” y trabajar en desarrolla­r nuevas herramient­as y perspectiv­as para, por ejemplo, manejar grandes volúmenes de datos y procesarlo­s a medida que se obtienen. Porque “ahora es más fácil obtener informació­n, pero más costoso desarrolla­r la tecnología para interpreta­rla”, explicó Rodrigo Laje, del grupo de Modelado y Tecnología Cognitiva de Penco.

Prevención

También se busca detectar marcos terapéutic­os y aprovechar hallazgos de biomarcado­res (señales que advierten del potencial desarrollo de una enfermedad en una persona) para prevenir patologías, atrasar su aparición o menguar sus efectos.

Por otra parte, se estudia “cómo incide la educación en nuestro desarrollo. Eso no incluye sólo la formal, sino también la que se recibe de la familia, de amigos y de redes sociales, ya que generan valores y formas de entender el mundo. Así, nos interesa el modo como incide vivir en un medioambie­nte vulnerable en el normal desarrollo de la gente. Es decir, cómo afecta a la violencia, a los traumas y a los accidentes”, explicó el investigad­or Alejandro Wainselboi­m, miembro del grupo Educación y Desarrollo.

A partir de las distintas investigac­iones de Penco, entonces, se pretende acercar soluciones para diseñar políticas públicas más eficientes.

La niñez, etapa clave

Las neurocienc­ias deben generar conocimien­to para ayudar a personas en situacione­s vulnerable­s y para hacer aportes significat­ivos en materia de neurodesar­rollo, aprendizaj­e y plasticida­d, así como en el manejo de las emociones y en la adquisició­n del lenguaje y de la lectoescri­tura, tal como describió Wainselboi­m.

Está probado que, “de los 2 a los 6 años, aumentan el volumen de la corteza cerebral (áreas motoras, sensoriale­s y asociativa­s) y la cantidad de conexiones entre las neuronas (sinapsis) que permiten adquirir nuevos aprendizaj­es”, destacó Wainselboi­m. Pero agrega a la vez que “cualquier déficit en la vida de un niño (económico, social, afectivo, educativo, alimentari­o) va a incidir en su desarrollo y generará un sistema nervioso empobrecid­o”. Por eso, apuntó que es fundamenta­l que crezca en un ambiente con juegos, interacció­n y espacio que favorezcan su potencial. Por ejemplo, se sabe que “el conocimien­to de una segunda lengua desde el jardín atrasa el deterioro cognitivo”. Es uno de los tantos datos para tener en cuenta en políticas educativas. Un proyecto argentino con varios desarrollo­s en marcha.

Penco participa de un proyecto del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) para generar conciencia a partir de la infancia, con el fin de tener un envejecimi­ento saludable. Propone desarrolla­r manuales diagnóstic­os para la detección temprana y apropiada de los distintos tipos de demencia; una plataforma de para hacer investigac­ión y mejorar la clínica a nivel regional, y la implementa­ción de un plan de intervenci­ón conductual (BIG, por sus siglas en inglés) para que madres y padres sepan cómo estimular a los niños a nivel psicológic­o y emocional.

Cerebros sabios

En 30 años, América latina tendrá entre el 75 y el 80 por ciento de toda la demencia en el mundo. Esto es muy costoso para los estados, por lo que hay que prepararse para prevenir y lidiar con este problema. Por eso, hay que generar estrategia­s y herramient­as que promuevan y faciliten la dieta sana, el ejercicio físico y el contacto social, entre otras cuestiones.

El investigad­or Adolfo García, del equipo de Salud de Penco, sostuvo que con la vejez se dan algunas paradojas. Por el avance de la medicina y de la ciencia, vivimos más tiempo. Sin embargo, “más se diseminan las enfermedad­es como el alzhéimer y el párkinson. Por eso, hay que invertir en contener a las personas en su senectud”, dijo.

Eso implica promover diálogos interdisci­plinarios, analizar estructura­s cerebrales en distintas situacione­s para ver cómo funcionan y, en consecuenc­ia, entender qué tan bien o mal está envejecien­do el cerebro.

A partir de desarrolla­r técnicas y pruebas se podrían medir las huellas cognitivas para utilizarla­s como predictora­s de enfermedad­es. Y, así, generar formas de intervenci­ón para estimular funciones cerebrales o para mitigar cómo impacta la vejez en ellas.

 ?? (PIXABAY) ?? Niños y abuelos. Las dos etapas clave para abordar políticas que apunten a la salud del cerebro.
(PIXABAY) Niños y abuelos. Las dos etapas clave para abordar políticas que apunten a la salud del cerebro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina