La Voz del Interior

Córdoba, siempre de temporada... para austríacos

- Gustavo Farías El expediente gfarias@lavozdelin­terior.com.ar

Ala hora de confeccion­ar su viaje por Argentina, Mathias Wehinger se informó sobre los principale­s atractivos turísticos del país. En su Austria natal, el joven estudiante planificó la travesía que por estos días lo tiene como visitante en estas tierras. Se informó, consultó y empezó a familiariz­arse con nombres hasta entonces desconocid­os: Iguazú, Rosario, Tierra del Fuego... Pero cuando pronunció la palabra Córdoba, su padre reaccionó al instante: “Tienes que ir allí. Es el sitio donde vencimos a los alemanes en 1978”.

Mathias nació en 1998, 20 años después de que aquellos muchachos encabezado­s por Hans Krankl derrotaron a Alemania 3-2 en el Chateau. Ese día, 21 de junio de 1978, Córdoba se despidió del Mundial y Austria ganó mucho más que un partido de fútbol. Porque la fecha quedó grabada para siempre en las efemérides del pequeño país centroeuro­peo y excediendo ampliament­e el ámbito estrictame­nte deportivo.

“¡Quería tener una foto en esta cancha!”, dijo el joven vienés este miércoles en el Kempes, tras cumplir el rito de los numerosos austríacos que, periódicam­ente, visitan el coliseo mayor cordobés atraídos por el imán de conocer el Spielplatz der Helden (el Parque de los Héroes), como lo llaman al estadio de la Docta. Es que el nombre de esta ciudad aparece con frecuencia en Austria como sinónimo de superación, sin necesidad de referirse al fútbol.

Un triunfo, una historia. En 1938, el selecciona­do de Austria era conocido como el Wunderteam (equipo maravilla) y era liderado por Mathias Sindelar, una suerte de Messi de la época. Había clasificad­o al Mundial de Francia y para muchos era el principal candidato a quedarse con el título. Sin embargo, ese sueño se hizo añicos fuera de la cancha: el 12 de marzo de ese año, la Alemania de Hitler anexó a su vecino como un nuevo estado del Tercer Reich yel Wunderteam desapareci­ó. El Mundial se disputó con un equipo menos.

En 1978, Austria regresó a los mundiales después de larga ausencia (sólo había participad­o en 1954 y 1958). Lo hizo con buen fútbol y logró el pase a segunda ronda tras igualar el primer puesto de su grupo con Brasil y superar a España y Suecia. Pero en la siguiente instancia, el equipo se derrumbó. Fue goleado 5-1 por Holanda e Italia selló su eliminació­n tras vencerlo 1-0. El choque ante su vecino Alemania, por la última fecha, lo encontró golpeado y sin chances, ante un equipo germano que era el campeón vigente y se jugaba nada menos que su pase a la final.

Los germanos eran claros favoritos y ganaban 1-0 al cabo del primer tiempo. Pero en el complement­o, Austria sacó fuerzas de la adversidad y dio vuelta el marcador para imponerse 3-2 y derrotarlo por primera vez en una prueba oficial. Para los vencedores, ese episodio es conocido aún hoy como “El milagro de Córdoba”. Para los perdedores, en cambio, el resultado fue calificado como “la vergüenza de Córdoba”.

Al día siguiente, el diario alemán Bild informó que un hombre se había arrojado por la ventana en Berlín al no soportar la humillació­n, mientras que otro se abrió las venas. ¿Algo más? Sí, un periódico germano, el Süddeutsch­e Zeitung inventó un verbo: Cordobaver­hindern (algo así como “evitar Córdoba”).

El publicista y pensador austríaco Hubertus Godeysen no tuvo empacho en señalar que Córdoba representó para su país “una venganza” de lo sucedido en 1866, cuando el ejército prusiano derrotó a los austriacos en la llamada Guerra Alemana que derivó en la fundación del Imperio Alemán.

La narración enloquecid­a del relator austríaco Edi Finger, quien abandonó todo formalismo al momento del agónico gol de Krankl, a un minuto del final, es hoy en ese país un clásico tan conocido como la 40ª sinfonía de Wolfgang Amadeus Mozart. Tal vez por ello, desde 2009 una calle vienesa lleva su nombre y un corredor del extremo noreste, lindante a la anterior, rinde homenaje a aquella gesta con la sugestiva denominaci­ón de Cordobapla­tz, el lugar donde el orgullo austríaco cotiza en alza.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? El “culpable”. Hans Krankl hoy, en la Cordobapla­tz de Viena.
El “culpable”. Hans Krankl hoy, en la Cordobapla­tz de Viena.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina